En una colección de artículos publicados en el portal PLoS Medicine se aborda el tema de la influencia de la pobreza en la salud de los más pobres en el mundo, en un intento por debatir los mecanismos para disminuir las inequidades entre los que tienen y los que no.

(24-10-2007. Agencia CyTA-Instituto Leloir. Por Alejandro Manrique) – La serie de artículos publicados en el portal PLoS Medicine sobre la influencia de la pobreza en la salud es parte de la iniciativa del Reunión Global sobre la Pobreza y el Desarrollo Humano del Consejo de Editores de Ciencia (“Council of Science Editors´s Global Theme Issue on Poverty and Human Development”) de los Estados Unidos, que abarca a más de 230 revistas científicas y de medicina tanto en países desarrollados como en desarrollo. La iniciativa ha sido encarada como un evento especial para los medios y tuvo lugar el 22 de octubre en el Instituto Nacional de Salud de los Estados Unidos.

En un hecho sin precedentes, el consejo de editores solicitó a todas las publicaciones participantes que faciliten en forma gratuita sus artículos para reunirlos en una colección de documentos accesible al público a través de su sitio web.

Los editores de cada revista nominaron el mejor artículo de investigación en la categoría y los autores seleccionados fueron invitados a presentar sus trabajos en una videoconferencia.

En el caso de PLoS Medicine, el artículo elegido es el de Sheri Weiser y colegas. Este trabajo es un recordatorio de cómo la falta de recursos económicos puede llevar a que la gente tome riesgos en su salud.

El artículo examina la asociación entre la insuficiencia diaria de alimentos y los peligros de índole sexual en Botswana y Swazilandia. Las mujeres pobres de esos países carecen de control sobre los recursos, entre ellos el suministro de alimentos para el hogar, y son responsables de los ancianos, niños y enfermos del grupo familiar.

La obtención de alimentos para ellas y sus familias muchas veces es a través de la oferta sexual. En las encuestas para los dos países, los investigadores encontraron que más del 30 por ciento de mujeres y más del 20 por ciento de los hombres sufrieron de insuficiencia alimenticia en el año anterior, que estuvo asociada, entre otros factores, a los crecientes riesgos de SIDA e intercambio de sexo por dinero.

“El mensaje del estudio es claro”, asevera Nigel Collins en el anexo que acompaña el trabajo. “En ausencia de alimentación adecuada para uno mismo o las familias, los individuos arriesgan su seguridad personal a largo plazo para sobrevivir a diario”.

Otro de los estudios de PLoS Medicine sobre la relación entre pobreza y salud es el de Gary Bennett y colegas que trata de los complejos habitacionales de bajos recursos en Boston, Estados Unidos, y la dificultad para la actividad de las mujeres de la ciudad con escasas posibilidades.

El caso de las viviendas inseguras también fue tema del trabajo a cargo de Alon Unger y Lee Riley, donde enfatizan el alto grado de exposición de la salud de la gente que vive en asentamientos en el mundo en desarrollo. Además del hacinamiento, la falta de acceso al agua potable, a una infraestructura conveniente y a servicios sanitarios, son factores fundamentales que impiden alcanzar niveles de salud aceptables.

Estos datos coinciden con un reciente informe del Banco Mundial, que destaca el hecho de que las personas de bajos recursos usan menos los servicios de salud, no tienen comportamientos adecuados en la prevención de enfermedades y se encuentran en desventaja con respecto a otros índices sanitarios relevantes.

De las investigaciones seleccionadas se desprende la necesidad de analizar las diferentes formas en que la pobreza conduce a enfermedades, como un paso crucial para determinar las políticas que podrían mejorar notablemente la salud de los pobres. De acuerdo con Rollins, autor de uno de los reportes sobre el riesgo de infección de SIDA como consecuencia de la falta de alimentos, los planificadotes deberían considerar el alivio del hambre como componente central de los programas de prevención de SIDA.

Propuestas para el cambio

Los editores de PLoS Medicine propusieron una pregunta a comunicadores de todo el mundo, conocidos defensores de los temas de salud, activistas y periodistas de salud, investigadores del tema salud e incluso a individuos que viven en estado de pobreza: “¿Cuáles serían, además del alivio del hambre, las otras intervenciones que podrían transformar favorablemente la salud de la gente más pobre del mundo?”

Específicamente, se les preguntó lo siguiente: ¿Qué única intervención haría lo máximo para mejorar las condiciones de los que viven con menos de un dólar al día? La treintena de respuestas, de acuerdo a los editores de PLoS Medicine, son impactantes en tres sentidos.

Primero, se destaca que casi todas las sugerencias son de bajo costo y simples de poner en práctica. La comunidad global cuenta con los medios técnicos y financieros para instrumentar las intervenciones en forma inmediata, por ejemplo: distribuir redes con insecticidas y terapias basadas en artemisina para combatir la malaria; capacitar trabajadores comunitarios en temas de salud; fomentar la lactancia materna; y promover el cumplimiento de vacunación para todos los niños.

En segundo lugar, las respuestas de los pobladores de las comunidades rurales pobres de Ayacucho, Perú, nos recuerdan que la visión de los pobres sobre ellos mismos y de cómo mejorar su salud difiere de los puntos de vistas de los expertos en desarrollo internacional. Los pobladores hablaron de la importancia de la familia, la alimentación, la vivienda y las interacciones sociales; indudablemente una perspectiva que va mucho más allá del enfoque médico tradicional.

Un ejemplo: Julián de la Cruz Chahua, de la comunidad de San Luis en Ayacucho, reclamó “medicamentos disponibles en la comunidad y un promotor activo de la salud, dado que estamos muy lejos del puesto sanitario”.

Por último, muchas de las respuestas destacaron la importancia que el mundo rico cumpla sus obligaciones con el mundo pobre, a través de compromisos de por lo menos un uno por ciento del Producto Bruto Interno en asistencia al desarrollo y cooperación internacional.

Según los promotores de esta iniciativa editorial es que nuestra interconexión global es el punto clave para enfrentar las inequidades en la salud que tienen una causa económica. Sobre este aspecto, Solomon Benatar, profesor de Medicina en la Universidad del Cabo, Sudáfrica, e integrante del comité editorial de PLoS Medicine, fue categórico: “la economía global mejorará con ventajas significativas para los pobres solamente cuando los que tienen desarrollen una empatía genuina por los que no tienen, y reconozcan su propia interdependencia a largo plazo con todos los otros seres humanos”.