Durante el fin de semana, científicos de todo el país convirtieron plazas y parques en verdaderos laboratorios a cielo abierto para mostrar qué se hace en Argentina en ciencia y tecnología y por qué es importante que el país invierta en investigación. Según los organizadores, unas 24 mil personas se sumaron a algunas de las actividades propuestas.

(Agencia CyTA-Leloir).-  El 6 y 7 de abril se celebró “Elijo Crecer”, el primer Festival Federal de Ciencia, creado con el fin de contarle a la sociedad en qué trabajan los investigadores argentinos y por qué es importante que el país siga invirtiendo en ciencia. Así, el último fin de semana cientos de plazas y parques se convirtieron en verdaderos laboratorios a cielo abierto, que atrajeron la atención de unas 24 mil personas, las que se sumaron a las actividades propuestas por alguno de los 62 nodos del evento, distribuidos desde Jujuy a Tierra del Fuego.

“Lo que pasó este fin de semana con ‘Elijo Crecer’ fue único. Y fue único en muchos sentidos, pero sobre todo porque se trató de la primera vez que se hizo un festival en defensa de la ciencia de esta envergadura”, aseguró a la Agencia CyTA-Leloir la doctora en Química Valeria Edelsztein, una de las cuatro organizadoras del encuentro. “Fue algo realmente muy grande. Hubo muchísimas personas en simultáneo mostrando que la ciencia es algo que nos importa, que queremos defender y cuidar. No somos tan pocos ni estamos tan solos”, resaltó.

Lo que surgió como una tímida idea a comienzos de enero, ante los primeros recortes que se empezaban a dar en el área de la ciencia, luego cobró impulso de la mano de la disminución de la cantidad de becas otorgadas a los investigadores más jóvenes, la falta de respuesta de las autoridades y los despidos en distintas instituciones del sector. Y con una amplia convocatoria promovida especialmente a través de las redes sociales “Elijo Crecer” fue un éxito, al punto de que sus organizadores ya están pensando en una nueva edición. “Se va a repetir, la lucha sigue”, resaltó Edelsztein, quien mencionó que otro de sus reclamos es el cumplimiento de la Ley de Financiamiento de Ciencia y Tecnología, que fue aprobada por unanimidad en ambas cámaras del Congreso de la Nación.

Experimentos, charlas con científicos, debates y música se replicaron en los distintos puntos del país que se sumaron al festival. En total, 22 de las 24 jurisdicciones nacionales (sólo no se sumaron San Luis y San Juan). En la Ciudad de Buenos Aires, los parques Saavedra, Centenario y Rivadavia fueron los escenarios elegidos para que investigadores y docentes de las facultades de Ciencias Exactas y Naturales y de Filosofía y Letras de la UBA, el Museo Argentino de Ciencias Naturales y la Fundación Instituto Leloir, entre otras instituciones, pudieran exponer desde cráneos de dinosaurios hasta modelos de moscas que se utilizan para estudiar enfermedades neurodegenerativas como el Parkinson. Para la divulgación también se optó por el formato de “speed sciencing”, que permitió al público elegir a alguno de los especialistas presentes para conversar mano a mano durante cuatro minutos.

“El balance es muy positivo. Vino mucha más gente de lo que esperábamos y todos muy interesados, curiosos y respetuosos por lo que teníamos para decir”, señaló Giuliano Antelo, becario doctoral del CONICET en el Laboratorio de Fisicoquímica de Enfermedades Infecciosas de la Fundación Instituto Leloir. “Fue un contraste muy grande con lo que uno ve en redes, en donde priman los ataques y las difamaciones. Nos encontramos con personas, grandes y chicos, que estaban interesadas en lo que hacíamos y mostraban solidaridad”, añadió.

“Cuando vimos que apenas subimos el formulario a las redes con la propuesta para que se anotaran los interesados en participar y se anotaron 400 personas, qué rápidamente llegaron a 700, nos dimos cuenta de que lo que se estaba gestando iba a ser más grande de lo que pensábamos. Entonces quisimos que fuera federal en serio, no con algo gestado en Buenos Aires y con participación virtual de las provincias”, contó Edelsztein. Junto al filósofo Claudio Cormick, la biotecnóloga Nadia Chiaramoni y la comunicadora Julieta Elffman, los otros organizadores, comenzaron a contactar a los que se habían inscripto y se empezaron a formar los distintos nodos en todo el país.

“Esto es algo que recién empieza; estamos tejiendo esta red federal para seguir contando por qué necesitamos ciencia y tecnología financiadas por el Estado”, concluyó Edelsztein, autora junto a Cormick de la letra de la canción con la que cerró la primera edición del festival. Con música del clásico “Vení Raquel”, de Los Auténticos Decadentes, la primera estrofa arranca: “Milstein, Houssay y Leloir, las tres estrellas de la Argentina / Por Favaloro hay bypass y con INVAP hay tecnología”. Luego de mencionar otros hitos locales, el tema termina: “Hay que ‘bancar’ a la ciencia argentina porque es un orgullo nacional”.