Un gen clave en la formación de la mayoría de los órganos fue identificado por un equipo internacional de científicos. La actividad del gen interviene en el desarrollo de numerosos tejidos, incluyendo la formación del ojo, el corazón, la cara o las extremidades. De acuerdo con los investigadores su estudio puede comprender aspectos de diversas enfermedades congénitas.

(17/06/09 – Agencia CyTA-Instituto Leloir) – Si bien se han realizado grandes avances científicos en lo que se refiere al modo en que se forman los órganos del cuerpo humano, así como de otros organismos, aún son varios los misterios a resolver.

Ahora, un equipo internacional de científicos de Alemania y España ha identificado un gen que define un proceso clave en el desarrollo de la arquitectura de tejidos y órganos. “Identificamos un gen, al que hemos denominado ojoplano (opo) debido a la peculiar morfología ocular que se observa en mutantes para este gen. Se trata de un gen morfogenético con un papel fundamental en el control del plegamiento de epitelios, un proceso importante en la formación de la mayoría de los órganos”, explicó a la Agencia CyTA uno de los autores del estudio, el doctor Juan Ramón Martínez Morales, científico del Centro Andaluz de Biología del Desarrollo, un centro mixto del Consejo Superior de Investigaciones Científicas (CSIC) y la Universidad Pablo de Olavide, de España.

De acuerdo con la investigación- cuyos resultados fueron publicados en la revista científica Development-, el gen ojoplano se aisló a partir del análisis de mutantes inducidos en el pez medaka (Oryzias latipes). “El proceso de aislamiento es técnicamente complejo y se conoce con el nombre de mapeo posicional. Mediante este proceso, que se basa en el uso de marcadores genéticos, se puede identificar la localización de una lesión cromosómica y aislar por tanto el gen responsable”, señaló Martínez Morales y agregó: “Dado que el gen participa en el control de un proceso esencial como es el plegamiento de epitelios en general, tiene un papel importante en el desarrollo de numerosos tejidos, incluyendo formación del ojo, el corazón, la cara o las extremidades”.

La gran mayoría de las estructuras anatómicas y los programas genéticos del desarrollo son comunes a los vertebrados, incluyendo tanto a los mamíferos como a los peces. “Por esta razón, los modelos teleósteos del pez zebra (Danio rerio) y medaka (Oryzias Latipes) nos ayudan a entender procesos que ocurren en humanos. Además ofrecen ventajas experimentales. El genoma de ambas especies ha sido secuenciado y por otra parte, disponemos de potentes herramientas de análisis genético”, indicó el experto.

Malformaciones congénitas

La caracterización de la función del gen ojoplano contribuye de a mejorar la comprensión de los movimientos celulares que definen la arquitectura tridimensional de tejidos y órganos. “Entender estos mecanismos es a su vez clave para comprender las causas de numerosas malformaciones congénitas en humanos. De hecho, en pacientes humanos se ha demostrado ya la asociación entre este gen y el síndrome de labio leporino, una malformación congénita muy frecuente. Actualmente estamos investigando la asociación de este gen con otras patologías hereditarias tales como el coloboma (defecto de cierre de la fisura óptica o las malformaciones cardiacas hereditarias”, afirmó el experto en biología del desarrollo.

“De forma similar a como ocurre durante la organogénesis en el embrión, en el organismo adulto la arquitectura de los tejidos se remodela constantemente. Por tanto, entender los mecanísmos moleculares que controlan el plegamiento de epitelios es una inversión a largo plazo que nos permitirá desarrollar en el futuro nuevas terapias dirigidas a numerosas enfermedades incluyendo el cancer, las enfermedades cardiovasculares o las enfermedades degenerativas, entre otras”, concluye Martínez Morales.