La trypanosomiasis africana humana es una enfermedad transmitida por la mosca tse-tse que afecta a África, pero se han registrado casos en todos los continentes. En un artículo de PLOS Medicine, expertos de la OMS explican cuál es la situación actual del mal y advierten que es necesario reforzar los esfuerzos para combatir al insecto.

(28/03/08 – Agencia CyTA_Instituto Leloir. Por Laura García Oviedo) – “La paciente tiene la enfermedad del sueño”, diagnostica el doctor House en uno de los capítulos de la serie televisiva homónima, en el que una mujer está muriendo. “¿La enfermedad del sueño, en los Estados Unidos?”, desconfían sus colegas. El médico acierta, y gracias a un tratamiento, ayuda a la paciente a sobrevivir. Ahora bien, ¿qué está sucediendo en la vida real con esta enfermedad letal?

La trypanosomiasis africana humana (HAT, por sus siglas en inglés) es causada por dos tipos de parásitos que habitan en la mosca tse-tse. Afecta principalmente las poblaciones rurales de 36 países sub-saharianos, donde el mal es endémico. Se han registrado casos en todos los continentes, principalmente en personas que han visitado las áreas afectadas. Como su nombre lo indica, unos de sus síntomas es la alteración del sueño y puede ser fatal si el paciente no recibe tratamiento (Ver recuadro “Dos formas…”).

Según un artículo publicado en febrero en la revista PLOS Medicine, el control de la HAT se encuentra en una situación histórica. Gracias a la implementación de medidas de detección sistemática de casos, aplicación de tratamientos y seguimiento de millones de individuos a partir de 1997, bajó la frecuencia de la enfermedad. Pero existe el riesgo de que las autoridades sanitarias pierdan interés en combatir el mal y que resurja con más fuerza.

Reto sanitario

“El mayor desafío para los próximos años será incrementar y sostener los esfuerzos de control usando las herramientas existentes. La vigilancia efectiva acompañada por un buen registro serán cruciales”, afirman los autores del artículo. Y destacan que es fundamental que los sectores que toman las decisiones mantengan el tema como prioritario en sus agendas.

Ya hubo una lección sobre las consecuencias de olvidarse del problema luego de haber obtenido buenos resultados al dedicar recursos a combatir la HAT. A principios del siglo XX, la enfermedad diezmó a la población de varias zonas de África sub-Sahariana (se registraron hasta 60 mil casos por año). El control que comenzó a hacerse a partir de 1930 tuvo resultados positivos: la cantidad de casos comenzó a disminuir.

Treinta años después, cuando la enfermedad ya no parecía ser un problema y se estaba cerca de su erradicación, comenzó el proceso de independencia de los países africanos y la HAT dejó de ser una prioridad en la agenda de los gobernantes. Entonces, la cantidad de casos del mal transmitido por la mosca tse-tse comenzó a aumentar con una velocidad lenta pero sin pausa. Según el artículo publicado en PLOS Medicine, en 1960 se registraban menos de cinco mil casos, mientras que en 1997, la cifra superó los 30 mil casos.

Segundo round

La Organización Mundial de la Salud impulsa, desde 1997, un programa de vigilancia y control de la HAT en el continente africano. De esa manera, se busca ayudar a las poblaciones rurales, que tienen poco o nulo acceso a los sistemas de salud y son las principales afectadas. “La enfermedad del sueño, acompañada de nagana, la forma de la trypanosomiasis africana que afecta a los animales, ha sido el mayor obstáculo para el desarrollo rural sub-sahariano y un gran impedimento para la agricultura del continente”, afirman los autores del artículo.

“Durante el período1997-2006, el número de personas analizadas por los equipos móviles de los países donde la enfermedad es endémica pasó de 1.345.809 a 3.014.740”, informó a la Agencia CyTA el doctor Pere Simarro, uno de los autores del artículo publicado en PLOS Medicine, y especialista de HAT en la Organización Mundial de la Salud.

“A partir del año 2003 la cifra de personas analizadas ha estado siempre por encima de los tres millones. También ha mejorado el registro de casos detectados. Tener un buen sistema de información sobre lo que realmente ocurre en el terreno es fundamental para evaluar la evolución de esta enfermedad de distribución tan rural”, agregó el experto. En 2006, veinte de los treinta países endémicos lograron o estuvieron prontos a lograr la meta de no tener casos para informar, y ocho países reportaron menos de cien casos por año.

Control continuado

El gran riesgo, según Simarro y sus colegas Jean Jannin y Pierre Cattand, es que el éxito en la disminución progresiva de casos de la HAT tenga un efecto no deseado: una nueva etapa de desinterés. Los autores denominan ese potencial fenómeno como “castigo del éxito”. El concepto implica el riesgo de que una vez obtenido una reducción de casos, haya una disminución del grado de alerta respecto de la enfermedad en las personas que viven en las zonas endémicas, y también en los planificadores de salud.

“La enfermedad empieza a perder interés, por lo que nos encontramos con menos fondos para luchar contra ella, menos personal destinado a las unidades de control y menos participación de los pobladores de las áreas endémicas en las encuestas sanitarias. Estos factores pueden hacer que retrocedamos como ocurrió en los años setenta del pasado siglo”, advierte Simarro.

Algunos de los desafíos en la actualidad implican que se desarrollen nuevos enfoques para el control y la vigilancia de la enfermedad, que surjan más herramientas de diagnóstico, y que se avance en el control de la mosca tse-tse, según afirman los autores.

Mientras tanto, poco se escucha de la enfermedad del sueño en otras partes del mundo. Aunque en raras ocasiones, como en el programa del Dr. House, el tema está latente. Una salvedad: en ese capítulo, el extravagante médico descubre que su paciente se contagió de este mal mediante vía sexual. En la realidad, esto es difícil que ocurra.

“Ha llegado a mi conocimiento un caso descrito de transmisión sexual, pero es puramente anecdótico. Sin embargo, la transmisión por transfusión es posible. La más frecuente, además de la vectorial, es la transplacentaria, muy común cuando la madre está afectada”, destacó Simarro. Todo un problema, que si vuelve a ser olvidado, puede convertirse en algo peor.

RECUADRO

DOS FORMAS “VÍA TSE TSE”

(28/03/08 – Agencia CyTA_Instituto Leloir. Por L.G.O.) – La trypanosomiasis africana humana o HAT es causada por dos tipos de parásitos protozoos unicelulares que pertenecen al género Trypanosoma (el mismo género al que pertenece el parásito que causa la enfermedad de Chagas). Es transmitida al ser humano a través de las moscas tse- tse, que han adquirido la infección de personas o animales.

Cada parásito causa una variante distinta de la enfermedad del sueño, que ser fatal si los pacientes no reciben tratamientos en una etapa temprana, según informa el equipo del doctor Pere Simarro en PLOS Medicine.

Uno de los parásitos se llama Trypanosoma brucei gambiense y se registra en el oeste y el centro de África. Causa una infección crónica y afecta al sistema nervioso central. Entre los síntomas, se encuentran dolores de cabeza severos, fiebre, problemas en el sueño, alteraciones en el estado mental y desórdenes neurológicos. El 90% de los casos registrados son de ese tipo.

El segundo parásito que causa la enfermedad se llama Trypanosoma brucei rhodesiense. Se encuentra en el este y el sur de África. Causa una infección aguda (grave), y algunos de los síntomas son úlceras en la piel, dolores de cabeza ocasionales, fiebre, prurito y adenopatías (inflamación de ganglios). El 10% de los casos es causado por ese parásito.