Ingresaron en los lastres de los buques de ultra mar provenientes del país oriental. Las almejas no tienen un depredador natural en la región por lo que cada año se triplican. Afectan a las cañerías de recolección de agua potable y se desconoce si son tóxicas.

(22/5/07 – Agencia CyTA-Instituto Leloir. Por Andrés Viveros UNNE) – Un grupo de investigadores de la Facultad de Ingeniería de la Universidad Nacional del Nordeste, integrado por los ingenieros Mario Butticé, Aguada Agripina Leiva y Guillermo Niveiro, descubrieron en el año 1996 la existencia de unas pequeñas almejas características de los ríos de China en las probetas de bronce y aluminio de los pontones ubicados en los laterales del puente interprovincial General Belgrano, mientras realizaban un trabajo de campo sobre cómo se comportaban los diferentes materiales del puente frente a la corrosión

El descubrimiento hizo que los investigadores ampliaran su estudio inicial sobre corrosión, para realizar un seguimiento de los moluscos y su incidencia en la fauna íctica. Por otra parte, trataron de descubrir sus efectos nocivos para las estructuras acuáticas, como botes, barcos, barcazas, muelles y columnas de los puentes de las provincias de Chaco, Corrientes y Formosa.

Aunque no es su campo específico de estudio, los ingenieros lograron determinar que los moluscos se adaptan bien a las aguas de los ríos de la zona. Esa adaptación tiene lugar a pesar de ser originarios de aguas saladas. Durante la investigación descubrieron que una cañería de 500 milímetros de toma de agua de la planta potabilizadora de la ciudad de Corrientes había quedado totalmente obstruida por las pequeñas almejas.

Las mayores concentraciones de población de moluscos pueden encontrarse en los remansos de los ríos formados por salientes en la superficie, como es el caso de barrancas, árboles caídos, muelles, cañerías de desagüé fluvial y, principalmente, las columnas del puente general Belgrano. Otras -las más perjudiciales a pesar de que las almejas miden tan sólo dos centímetros por uno de ancho – se ubican en los caños de toma de agua de las plantas potabilizadoras, como así también en las barrancas y embarcaciones de la región.

Cómo llegaron

Según el ingeniero Mario Butticé, \”los moluscos ingresaron a las provincias del norte argentino, a través de la conexión del río Paraguay con el Paraná. Esto se produjo por la descarga de los lastres de los buques de ultra mar, en los puertos paraguayos. Los moluscos aprovechan la corriente de los ríos para desplazarse y con las últimas crecidas producidas a comienzos del año en curso, tanto en Chaco como en Corrientes las almejas ingresaron en los reservorios de aguas (lagunas), donde no tienen un depredador natural\”.

Antecedentes

La ingeniera Agripina Azuaya Leiva explicó que \”el fenómeno de los moluscos se viene detectando en otros ríos donde se encuentran los grandes puertos de la Argentina y ya durante 1992 se encontraron las primeras colonias de moluscos en el puerto de Buenos Aires. No fue hasta 1996 que se produjo el hallazgo de manera casual y accidental de las almejas en el Paraná, cuando un grupo de investigadores retiraron las probetas de aluminio y bronce de los pontones del puente general Belgrano\”.

Daños

Guillermo Niveiro sostuvo que \”hace dos meses una cañería de medio metro fue totalmente cubierta por los moluscos en Corrientes, lo que llevó a que se la tuviera que cambiar. Lo mismo ocurrió en el interior del Chaco, en Las Palmas, pero el dato significativo se centra en que la toma de agua para potabilizar es extraída desde una laguna\”. El profesional añadió: \”También se registraron otros daños en pequeñas embarcaciones, porque el molusco al adherirse a los cascos provoca problemas en el normal desplazamiento, como en las estructuras\”.

Los investigadores de la Facultad de Ingeniería de la UNNE, ante la falta de estudios de cómo combatir al nuevo fenómeno, se encuentran buscando la colaboración de científicos de otras partes del mundo. Fundamentalmente, buscan conocer los posibles daños al ecosistema natural de la región, cómo así también determinar si la eliminación de las almejas en forma manual provocaría o no la liberación de toxinas que ocasionen la mortandad de peces del Paraná, entre otros aspectos.

Aumento y Disminución

Durante los inviernos de la región la población de los moluscos tiende a disminuir, pero con los primeros calores vuelve a incrementar su número, que año a año se triplica. Otro dato significativo es que se desconoce cuál es el tamaño máximo de crecimiento que pueden alcanzar las almejas al interactuar en este nuevo hábitat.

Según los ingenieros Butticé, Leiva y Niveiro, los pescadores de las costas del Paraná, luego de la época de veda, lograron observar con la extracción y limpieza de los peces llamados \”armados\” que esa especie comenzó a alimentarse de los moluscos, pero no pueden determinar si podrían transformarse en una real depredadora y de esa manera controlar y eliminar de manera efectiva a las almejas originarias de China.

Los investigadores concluyeron en que el único punto positivo de las almejas chinas es que podrían transformarse en una capa aislante de los pilares y columnas del puente interprovincial Manuel Belgrano, protegiendo de esa manera la superficie de hierro y hormigón (que conforma la estructura) de los efectos nocivos del agua.

Por su parte, el departamento de Biología de la UNNE se encuentra estudiando la sustancia que los moluscos generan para adherirse a casi todo tipo de material y superficie, a fin de determinar si la misma puede ser reproducida y usarse como pegamento industrial.