Datos preliminares de un estudio indican que en viviendas sociales de Corrientes y Resistencia hasta el 85 por ciento del tiempo se transcurre en situaciones de disconfort por calor o frío. Los resultados surgen a partir de una base de datos de viviendas construidas por programas sociales, a fin de evaluar su comportamiento higrotérmico y poder aportar soluciones al déficit de confort que presentan. El proyecto lo llevan adelante arquitectos de la Universidad Nacional del Nordeste.

(22/07/09 -Agencia CyTA-Instituto Leloir/UNNE. Por José Goretta).- Un Banco de Datos de Viviendas Sociales construidas en Corrientes y Resistencia está siendo desarrollado por los arquitectos Guillermo Jacobo y Herminia Alías de la cátedra “ESTRUCTURAS II” de la Facultad de Arquitectura y Urbanismo de la Universidad Nacional del Nordeste (UNNE), como forma de aportar conocimiento profesional al logro de mejores condiciones de habitabilidad en las viviendas construidas en la región.

El proyecto surgió en vista de que en las viviendas sociales construidas en las ciudades de Corrientes y Resistencia, la adecuación climática es un factor que se introduce generalmente en instancias posteriores al diseño, por parte del usuario, para paliar así las falencias de diseño tecnológico y de construcción.

Dichas falencias obligan a recurrir a la implementación de dispositivos técnicos electromecánicos para lograr un acondicionamiento ambiental frío-calor satisfactorio, pero en paralelo se genera un alto y continuo consumo energético para lograr climatización interior.

Ante tal situación, mediante la información técnica relevada y volcada en un banco de datos, los investigadores de la Facultad Arquitectura y Urbanismo pueden evaluar desde el punto de vista tecnológico, constructivo, energético y climático el desempeño de este tipo de casas.

Tras lograr el relevamiento de los tipos de viviendas y cargarlos en la base de datos, se los analiza mediante herramientas informáticas específicas que simulan las condiciones de las unidades habitacionales. El uso de tecnología de simulación se torna importante debido a la gran cantidad de información a analizar, pues hace más de 35 años se construyen viviendas sociales en Corrientes y Resistencia.

A la fecha se encuentran en proceso de análisis cerca de 50 prototipos diferentes de viviendas sociales ejecutadas en las ciudades de Resistencia y Corrientes según diferentes programas habitacionales del Fondo Nacional de la Vivienda (FONAVI). Los primeros resultados dan como común denominador de diagnóstico que el comportamiento energético es deficitario desde el punto de vista térmico.

Hasta un en un 85% del período anual en una de estas viviendas se puede pasar en condiciones no apropiadas de confort térmico, de acuerdo a las primeras evaluaciones realizadas.

Las condiciones negativas encontradas radican en la baja resistencia térmica de la tecnología empleada en la construcción del perímetro del edificio, lo que significa una gran pérdida y/o ganancia anual de energía térmica y genera sensación de disconfort térmico en el usuario de los espacios interiores.

“El objetivo de este trabajo es detectar los problemas tecnológicos, higrotérmicos y energéticos que presentan las viviendas sociales existentes en Corrientes y Resistencia, y poder en elaborar propuestas que optimicen sus condiciones térmicas de habitabilidad y a la vez mejoren el consumo energético” explicaron Jacobo y Alías.

Agregaron que la predicción de las condiciones interiores es decisiva en el diseño de estrategias de acondicionamientos ambiental como ventilación, humidificación, desecación, enfriamiento y calentamiento.

La aplicación de software de simulación en el estudio higrotérmico y energético de edificaciones se propone teniendo en cuenta que la situación climática externa es dinámica, pero debido a la inercia térmica del edificio los elementos constructivos del mismo responden lentamente a estos cambios. Esto conduce a modificaciones graduales del ambiente interior que afectan a los usuarios, especialmente en época de frío o calor intenso.

Para comprender la magnitud socio-ambiental y económica del tema, explicaron que para una vivienda social tipo de las ciudades del NEA de 80 metros cuadrados de superficie, el consumo anual de energía para mantener las condiciones de confort con el uso de equipos electromecánicos de acondicionamiento alcanza los 14.400 KWh/año, valores que resultan muy elevados.

Sin embargo, dicho consumo anual de energía podría reducirse sustancialmente sólo optimizando las propiedades y el rendimiento termo físico de los componentes de construcción perimetral, sin modificar ninguna otra variable de diseño como orientación, factor de forma, disposición de aberturas, entre otros factores.

“Si tenemos en cuenta este ahorro en la vida útil proyectada de una vivienda que es de 40 años, se tendría un sustancial ahorro energético, con un alto beneficio ambiental” señalaron.

Comentaron además que otro de los objetivos centrales del proyecto es transferir los resultados a los organismos públicos y privados relacionados con el control de la construcción de viviendas sociales, para que puedan introducir la aplicación obligatoria de normas térmicas y/o de habitabilidad en las nuevas construcciones.

Para ello se prevé confeccionar un catálogo para consulta de profesionales, empresas constructoras y organismos estatales sobre los requerimientos térmicos particulares para viviendas de la región, con lo cual se lograría una racionalidad energética que redunde no sólo en un ahorro monetario para los usuarios y los gobiernos, sino en beneficio del medio ambiente.