Los antidepresivos suelen tardar semanas en surtir efecto y en algunas ocasiones, provocan eventos secundarios adversos. Un científico francés, que trabaja en la Universidad de Columbia, EE. UU. y que estuvo en Buenos Aires, habló sobre los resultados experimentales de sus trabajos destinados a mejorar esos medicamentos.

(15/05/08 – Agencia CyTA-Instituto Leloir) – Dado que a menudo los antidepresivos pueden llegar a producir algunos efectos secundarios, como mareo, dolor de cabeza o sequedad de la boca, entre otros, los psiquiatras los tienen muy presentes antes de administrar la dosis para sus pacientes.

Por ese motivo, investigadores que trabajan en el campo de la ciencia básica, realizan en la actualidad, estudios para diseñar antidepresivos que sean más específicos y que no provoquen efectos secundarios adversos para el organismo.

Uno de ellos es el doctor Rene Hen, científico francés, profesor de farmacología en Psiquiatría del Centro de Neurobiología y Comportamiento de la Universidad de Columbia, Estados Unidos. De visita en Buenos Aires, participó como docente en un curso denominado Programa para el Mejoramiento de la Educación en Ciencias Biomédicas en Latinoamérica (PABSELA), que se realiza en el Instituto Leloir, en virtud de un acuerdo firmado con el Harvard Medical Institute y la Fundación Crimson.

“Entre otras cosas, estamos interesados en saber por qué los antidepresivos tardan tanto en surtir efecto en los pacientes. Pueden pasar semanas hasta que se registren cambios en el ánimo de las personas”, indica Hen, quien presentó algunos resultados de su línea de investigación al respecto.

Por otra parte, Hen señala que cuando un paciente toma ciertos antidepresivos muy en boga, “aumentan los niveles de un neurotransmisor llamado serotonina en todo el cerebro, y probablemente, por eso aparecen los efectos secundarios. La idea es elaborar medicamentos que se dirijan a un blanco más preciso y que actúen con mayor rapidez”.

En ese sentido, trabajando con ratones, Hen y su equipo de colegas llegaron a la hipótesis de que los antidepresivos funcionan porque, entre otras cosas, estimulan la neurogénesis en el hipocampo. En el caso particular del que estamos hablando, “la neurogénesis es la producción y el desarrollo de neuronas en el hipocampo del adulto”, explica la doctora Amaicha Depino, científica del CONICET, que investiga en el Instituto Leloir. Y continúa: “Hasta ahora, se han descrito dos zonas del cerebro donde la neurogénesis persiste en el adulto: la pared de los ventrículos que dan lugar a las neuronas del bulbo olfatorio y una región del hipocampo”.

Hen y su equipo de investigación bloqueó la neurogénesis en el hipocampo en un grupo de ratones y observó que los antidepresivos no funcionaban. “Los resultados sugieren que los efectos de los antidepresivos están mediados por la estimulación de la neurogénesis en el hipocampo”, informó Hen.

“Si la neurogénesis en el hipocampo es necesaria para que los efectos de los antidepresivos tengan lugar, entonces el objetivo es buscar drogas que estimulen en forma directa la neurogénesis y averiguar si actúan como antidepresivos. Si fuera así, el paso siguiente sería intentar llevar la investigación a la clínica en humanos”, destaca el científico.

Pero como la depresión es una enfermedad compleja, Depino coincide con Hen: “Sin duda que, además de la neurogénesis, es necesario descubrir otros procesos involucrados en esa patología, sobre los cuales sea posible actuar mediante el empleo de medicamentos específicos”, subraya la investigadora. Y agrega: “Lo interesante del trabajo de Hen es que muchos ensayos realizados en ratones, que se han utilizado para validar psicofármacos, posteriormente han pasado a la clínica y han demostrado ser efectivos”.

Todavía habrá que realizar muchos estudios para avanzar en el tema.