Las Odontomachus bauri, hormigas oriundas de América Central y América del Sur, poseen las mandíbulas más fuertes y rápidas comparadas con otras especies animales. Mediante un sistema de captación de imágenes que puede registrar 250 mil cuadros por segundo, investigadores estadounidenses comprobaron que las mueven muchísimo más rápido que el parpadeo de los ojos humanos. Las mandíbulas les permiten derrotar a sus enemigos de otras especies, dar brincos de 40 centímetros de distancia o elevarse verticalmente alrededor de ocho centímetros para defenderse.

(3/10/06 – Agencia CyTA- Instituto Leloir. Por Bruno Geller)– Las hormigas Odontomachus bauri habitan en América Central y América del Sur. Algunos ejemplares fueron estudiados minuciosamente por entomólogos – especialistas en el estudio de insectos – de la Universidad de Illinois y de la Universidad de California.

Los investigadores descubrieron que las Odontomachus bauri son capaces de cerrar las mandíbulas a una velocidad de entre 35 a 64 metros por segundo, lo que equivale a una rapidez 2300 veces mayor que el parpadeo de los ojos humanos.

La velocidad fue medida gracias a un sistema de captación de imágenes que puede registrar 250 mil cuadros por segundo, según revela la revista científica The New Scientist de agosto.

Andrew V. Suarez, Sheila N. Patek y Joseph E. Baio, autores del estudio, afirman que en lo que se refiere a la rapidez de movimiento de una parte del cuerpo en el reino animal, las Odontomachus bauri baten el récord.

La cabeza de esas hormigas está dotada de enormes músculos que le confieren a las mandíbulas un gran poder de movimiento. Un mecanismo interior de amortiguamiento permite que al entrar en contacto a esa velocidad no se hagan daño.

Las mandíbulas sirven a las Odontomachus bauri no sólo para morder a sus presas, que suelen ser termitas y hormigas de otras especies, sino también para huir. Si un predador, ya sea una araña, una rana o un lagarto, amenaza a estas hormigas, éstas pueden descargar un golpe en el suelo con las mandíbulas que a modo de catapulta las puede impulsar a una altura de ocho centímetros en el aire en forma vertical o bien desplazarse a una distancia horizontal de casi 40 centímetros.

Si esta habilidad pudiese trasladarse al ser humano, estaríamos en presencia de un héroe o heroína capaz de efectuar un salto vertical de 13 metros o un salto horizontal de 40 metros.