(07/04/06 – CyTA – Instituto Leloir) – El ADN es capaz de guardar durante años las marcas de una experiencia altamente estresante. Un equipo del Texas Southwestern Medical Center, de Dallas, Estados Unidos, comprobó que los ratones sorprendidos por un intruso agresivo desarrollaban síntomas duraderos de depresión, según informa NewScientist de marzo.

Al parecer, los culpables fueron los cambios “epigenéticos”: alteraciones de los grupos químicos ligados al ADN de las células, que regulan cómo se expresan los genes. Estas modificaciones, que se desencadenan a partir de situaciones de estrés, se vuelven muy estables, lo que explicaría por qué la depresión puede perdurar en el tiempo y los antidepresivos tardar tanto en actuar.

El mecanismo de alteración epigenética también podría ser importante en las adicciones, otros trastornos de ansiedad o enfermedades neurodegenerativas, como el mal de Huntington.

“Sin duda, a la gente le interesará mucho saber si los cambios inducidos por situaciones de estrés pueden transmitirse a las generaciones siguientes”, sostiene Eric Nestler, integrante del centro médico que llevó adelante la investigación. Pero aún no existen evidencias de que estos cambios tengan lugar en los óvulos y espermatozoides, señala el especialista.