Un estudio demostró que hay variaciones tóxica y bioquímica en el veneno de escorpiones Tityus trivittatus recolectados en diferentes provincias de la Argentina. Esa especie, cuya picadura puede ser mortal, habita en la Argentina y el Sur de Brasil.

(23/04/10 – Agencia CyTA – Instituto Leloir)-. En la Argentina, la mayoría de las fatalidades a causa de picaduras de escorpiones han sido atribuidas a Tityus trivittatus. Esta especie habita en la Argentina, y se la puede encontrar también en el Sur de Brasil. 

“Los accidentes por Tityus trivittatus se han descripto desde la región central hasta las provincias del norte de la Argentina. En el extremo norte poseen otras especies peligrosas para el humano como Tityus confluens en Jujuy y Tityus bahiensis en Misiones”, indicó a la Agencia CyTA el doctor de la UBA Adolfo de Roodt, director del Acta Toxicológica Argentina (revista de la Asociación Toxicológica Argentina), y referente del Área Investigación y Desarrollo del Serpentario del Instituto Nacional de Producción de Biológicos “Dr. Carlos G. Malbrán”. Y agregó: “Entre los años 2000 y 2006 se comunicaron 19 muertes debidas a la picadura de escorpión, siendo la mayoría de estas debido a Tityus trivittatus y 4 de estas atribuíbles a Tityus confluens. Esto muestra que el escorpionismo está creciendo en el país de forma muy importante.” 

Un trabajo del doctor de Roodt y de un equipo de colegas, publicado en la revista científica Toxicon de la edición de marzo, describe el perfil bioquímico y nivel de toxicidad hallado en muestras de veneno de ejemplares de Tityus trivittatus que fueron recolectados en diversos puntos del país.

“Los compuestos tóxicos parecerían ser los mismos en los ejemplares de las diferentes provincias pero la variación en toxicidad puede ser muy importante”, destacó de Roodt que también se desempeña como docente de la Facultad de Medicina de la UBA.  Y continuó: “El caso más destacable en este aspecto es que los ejemplares de la ciudad de Buenos Aires poseen un veneno mucho menos tóxico que los de otras regiones del país en los que se lo estudió, es decir, las provincias de Catamarca, Córdoba, Entre Ríos, La Rioja, Santa Fe y  Santiago del Estero.”

De acuerdo con de Roodt, aún no es posible afirmar que el veneno de los escorpiones de determinada provincia sea más tóxico que los de otra provincia. “Posiblemente si se estudiasen las variaciones de toxicidad entre ejemplares, se encontrarían variaciones aún dentro de la misma especie y en la misma provincia”, destacó el médico veterinario de la UBA. Y agregó: “Esta variabilidad tóxica de los venenos se observa no solo en escorpiones sino en otros animales venenosos y es congruente con la función primaria del veneno, que es paralizar a la presa. Puede deberse tanto a adaptaciones por el tipo de presa del cual debe alimentarse el animal en las diferentes zonas, como a la carga genética de las diferentes poblaciones. Es un tema fascinante pero del cual no se poseen muchos datos, al menos en lo referente a escorpiones.”

Lo que si es posible señalar a partir del trabajo publicado en Toxicon es que en el caso de la Ciudad de Buenos Aires, hasta la fecha todas las muestras que se han estudiado presentan una toxicidad mucho menor que las de otras partes del país. “Pero esto puede cambiar, tal como se ha observado en otras provincias con la aparición de envenenamientos en humanos cuando antes estos cuadros no se presentaban ante la picadura de estos escorpiones”, afirma de Roodt.

Otro importante resultado del trabajo fue la comprobación de que si bien los venenos de Tityus trivittatus en las distintas provincias no son idénticos, el antiveneno que se utiliza regularmente en la Argentina es capaz de neutralizar sus efectos.

El antiveneno que se emplea en nuestro país es producido por el Instituto Nacional de Producción de Biológicos de la Administración Nacional de Laboratorios e Institutos de Salud “Dr. Carlos G. Malbrán”, dependiente del Ministerio de Salud. “El antiveneno se elabora en todo el mundo mediante la inmunización de caballos con veneno extraído de los escorpiones o por el macerado del segmento corporal que posee las glándulas productoras de veneno. Luego se inyecta a equinos en dosis bajas que se van incrementando secuencialmente hasta que el caballo produce una respuesta inmune a anticuerpos capaces de neutralizar el  veneno. Luego el antídoto se produce a partir de esos anticuerpos”, explica de Roodt.

El estudio publicado en Toxicon contribuye a profundizar el conocimiento  sobre la toxicidad de los venenos y el nivel de envenenamiento. “Nuestro trabajo brinda una base técnica a conocimientos empíricos sobre un tema poco estudiado. Este trabajo constituye una base, hasta el momento de esta publicación inexistente, para continuar los estudios toxicológicos, bioquímicos e inmunológicos de estos venenos”, destacó de Roodt.

Más datos sobre Tityus trivittatus

El alacrán estudiado difícilmente supera los 6 cm de tamaño. “Excepcionalmente puede alcanzar 7 cm. Es de color marrón muy claro (“rubio”) y posee pedipaplos (“pinzas”) muy largas y delgadas, tres líneas longitudinales oscuras en el dorso (“lomo”) que le dan el nombre a la especie (tri-vittatus) y en el segmento que se encuentra el aguijón posee una estructura anatómica denominada apófisis que le confiere un aspecto como de doble aguijón. En la Argentina esta característica sirve para diferenciarlo bien de los no venenosos”, explicó de Roodt.

A este tipo de escorpión se lo encuentra principalmente en construcciones humanas, preferentemente en lugares húmedos y poco transitados como sótanos, cañerías y oquedades en paredes, entre otros lugares.

A diferencia de lo que sucede con escorpiones de otras latitudes, como los de México o los del Norte de África, el envenenamiento por picadura de Tityus trivittatus en adultos sanos rara vez suele ser de gravedad. “Quienes corren mayor riesgo de presentar envenenamiento sistémico son los niños pequeñitos, los acianos y quienes presenten patologías de base, es decir, hipertensos, cardiópatas, diabéticos y personas con capacidad respiratoria disminuida, entre otros”, puntualizó de Roodt.

¿Cuáles son los síntomas que provoca su veneno? Alto dolor local en el mismo instante de la picadura y si hay compromiso general  -no siempre se observa- este se manifiesta por alteraciones a nivel del sistema nervioso, señaló el investigador. “Otros efectos que produce el veneno son hipertensión, taquicardia, hipersalivación y lagrimeo. Por otra parte  el compromiso sistémico puede ir avanzando hasta llegar al distress respiratorio, esto es edema de pulmón con hemorragias intrapulmonares con presencia de abundante secreciones en todo el tracto respiratorio, acompañado de fallas cardiacas”, afirmó de Roodt. Y concluyó: “El tratamiento que debe aplicarse ante el cuadro de envenenamiento es la internación en la unidad de terapia intensiva y la aplicación del antiveneno específico.”

 Foto ESCORPION

 

 

En la foto se observan las tres características principales de Tityus trivittatus: las pinzas finas y delgadas, las tres líneas longitudinales en el dorso y la presencia de un “doble aguijón”.

Créditos: Dr. Adolfo de Roodt