Físicos, médicos, químicos y hasta abogados destacaron la importancia de trabajar en equipo empleando herramientas científicas a la hora de seguir las pistas de un crimen. Por ejemplo, analizan desde muestras de barro hasta ADN. Fue durante un curso de perfeccionamiento destinado a forenses, realizado en San Carlos de Bariloche.

(19/04/10 -Agencia CyTA – Instituto Leloir / Área de Divulgación GIyANN-CNEA. Por Laura García) – En la vida real, los casos  de crímenes y misterios no se resuelven sólo por la agudeza de personajes como Miss Marple o Mister Poirot, célebres invenciones de la escritora Agatha Christie. Por el contrario, allí hace falta el trabajo de equipos de profesionales, integrados por fiscales, jueces, y también químicos, físicos y médicos. En ese proceso, la ciencia realiza un aporte clave, como se demostró durante un taller para profesionales forenses realizado en marzo pasado en la ciudad de San Carlos de Bariloche.

Uno de los desafíos en la escena del crimen es identificar las posibles pistas para hallar al culpable. Por eso, se deben recolectar diferentes tipos de evidencias que luego son analizadas en el laboratorio. “Con nuestro grupo de física forense colaboramos en causas policiales identificando diferentes partículas”, contó el físico Rodolfo Pregliasco, jefe del grupo de Física Forense del Centro Atómico Bariloche (CAB), de la Comisión Nacional de Energía Atómica (CNEA). Pregliasco, quien es además investigador de CONICET, fue uno de los organizadores del curso de tres días de duración realizado en CAB.

“Desde granos de tierra, polvos, arena, hasta de mampostería y polenta hallados en el lugar donde se encuentra la víctima, pueden ayudar a resolver un caso. Por ejemplo, el barro que deja una suela de zapato puede indicar de dónde vino el homicida”, dijo Pregliasco, que es uno de los referentes del campo de la física forense en Latinoamérica y que ha colaborado en la investigación de los asesinatos de Teresa Rodríguez, en Neuquén, y de Maximiliano Kosteki y Darío Santillán, en Buenos Aires.

“Si bien podemos utilizar equipos sofisticados como el microscopio electrónico de barrido, por lo general los físicos seguimos un principio de economía y utilizamos varias herramientas más económicas. Además de realizar cálculos de probabilidad, efectuamos pruebas para determinar el color, la distribución y el tamaño de los granos e incluso su forma, por ejemplo, utilizando un escáner normal y corriente”, destacó Pregliasco, al describir cómo realizan la caracterización física del material analizado. Y agregó: “Al fin y al cabo, el instrumento más útil es la cabeza”.

Asimismo, el físico, que dio una charla sobre estas técnicas aplicadas en la investigación de casos de asesinatos, destacó que en los últimos años el interés por la física forense ha crecido en los estudiantes y jóvenes físicos. “En nuestro grupo de trabajo hubo convocatorias de becas para trabajar en la CNEA y se presentaron cientos de personas, algo que nos sorprendió un poco pero que creemos que es algo que puede estar influenciado por las series de televisión”, dijo.

Además, Pregliasco contó que es importante tener en cuenta otras señales que puedan ayudar a identificar a una persona, como las huellas digitales y muestras de sangre, semen o cabello halladas en el lugar del crimen, a partir del cual se puede identificar el ácido desoxirribonucleico o ADN (la huella genética de cada persona).

Entre los expertos que participaron del curso estuvo Ana Castelló de Ponce, doctora en ciencias químicas y profesora de Medicina Legal de la Universitat de Valencia, España. En su charla dio a conocer los más recientes avances en técnicas del campo de la criminalística. “No es como se puede ver en la televisión, donde siempre los casos se resuelven rapidísimo, pero ha habido varios avances importantes”, dijo. Por ejemplo, destacó que es crucial el trabajo interdisciplinario de recolección de muestras para análisis de ADN y también dio a conocer detalles del área de la química forense.

“Igualmente es importante entender que las muestras de ADN halladas en una escena de un crimen no señalan siempre al culpable de ese delito. Se obtiene un perfil, pero la persona puede haber estado ahí por diversas razones. Sólo con el ADN no se resuelve nada”, indicó Castelló de Ponce. De todos modos, remarcó que en su opinión hace falta incrementar la comunicación entre los diferentes profesionales que trabajan cuando se investiga un caso.

Por su parte, Emma Virgina Creimer, titular de la Dirección de Coordinación de los Institutos de Investigación Criminal y Ciencias Forenses de la Procuración General, de la provincia de Buenos Aires, presentó durante el curso de perfeccionamiento las novedades del campo de la psicoinformática. “Analizamos las computadoras secuestradas en los casos de pedofilia, desde el punto de vista informático y también desde un punto de vista psicológico. Por ejemplo, buscamos evidencias de consumo de pornografía infantil”, señaló Creimer.

La investigadora destacó que es un campo nuevo en la Argentina, y que ya han hallado perfiles de los usuarios que están asociados a sospechosos de pedofilia y abuso sexual. En el trabajo, participan técnicos informáticos, psicólogos y expertos en medicina legal. Además, Creimer destacó que el personal a su cargo  ha colaborado en los casos de denuncias de pedofilia en otras provincias e incluso a nivel internacional.

“Sin dudas, una gran atención acaparó el doctor Fernando Verdu Pascual, profesor titular de Medicina Legal y Forense en la Univertat de Valencia, quien en magistrales clases se refirió entre otros temas a la dificultad en datar las lesiones tanto en vivos como en cadáveres, la autopsia en los casos de responsabilidad profesional y sobre las nociones que el forense debe conocer de toxicología”, opinó Leonardo Saccomanno, quien es el médico forense de la ciudad de San Carlos de Bariloche y formó parte del comité organizador de este curso. Asimismo, Saccomanno destacó que Gerardo Mazzioti, profesor titular de Medicina Legal de la Universidad de Cuyo, y el experto en espectrofotometría de masa, Daniel Pomies, completaron el plantel docente.

“Como extensión y conjuntamente con el Gabinete de Criminalística de la Policía de Río Negro, en la Universidad FASTA, en los dos días previos al curso el plantel docente junto a otros profesionales participaron de una jornada destinadas a todos los operadores e interesados en la investigación criminal a donde asistieron alrededor de 150 personas”, informó Saccomanno.

El curso de perfeccionamiento fue organizado por el Instituto Balseiro/Centro Atómico Bariloche, la Escuela Judicial y el Comité de Evidencia Científica del Poder Judicial de Río Negro, y la Asociación Civil para el desarrollo de las Ciencias Forenses “Punto F”.  Y fue auspiciado por la Procuración del Poder Judicial de Río Negro, de San Juan, de Chubut, de Santa Fe y de Buenos Aires. Veinticinco forenses tuvieron así la oportunidad de escuchar las presentaciones de profesionales de destacada trayectoria que remarcaron que la clave para resolver los crímenes es trabajar en equipo.

 Nota TALLER FORENSE

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

Físicos, médicos, químicos y hasta abogados destacaron la importancia de trabajar en equipo empleando herramientas científicas a la hora de seguir las pistas de un crimen.

Créditos: Universidad de Buffalo (Estados Unidos)