El anuncio de un método para crear un corazón mediante la utilización de células de ratas recién nacidas genera grandes expectativas en el mundo de la cardiología. Sin embargo, los expertos advierten que es importante no crear falsas esperanzas porque podría llevar más de una década probar el método en seres humanos.

(15/01/08 – Agencia CyTA Instituto Leloir. Por Laura García Oviedo) – Hasta ahora se sabía de médicos que habían implantado con éxito parches de células en el tejido del corazón para ayudar a pacientes con insuficiencia cardiaca. Pero nunca se había demostrado que se pudiera crear un corazón utilizando la estructura de un corazón muerto, combinado con células recién nacidas. Un equipo de médicos estadounidenses lo hizo posible.

El artículo publicado el 13 de enero en la revista Nature Medicine demuestra que es posible crear el corazón de una rata. Los investigadores de la Universidad de Minnesota, del Hospital General de Massachusetts y de la Facultad de Medicina de Harvard utilizaron corazones de ratas muertas, retiraron todas las células cardíacas, y dejaron intacta la estructura valvular.

Vaciado celular

El proceso se llama descelularización, y fue logrado a través de la introducción lenta y continua de un tipo especial de detergente que limpió de células al corazón dejando el “armazón” intacto. Por eso, en las imágenes publicadas se observa una especie de bolsita transparente durante ese primer estadio de la investigación.

El paso posterior fue implantar células endoteliales o cardíacas de ratas recién nacidas en la estructura tridimensional vacía, y estimular el injerto con electricidad en un birreactor para lograr que el órgano comenzara a funcionar.

Al cuarto día se registraron contracciones macroscópicas, y hacia el día octavo, la estructura comenzó a generar la función de bombeo equivalente al 2% de de un corazón adulto o el 25% de la función cardíaca fetal.

En su artículo, los autores destacan que en el mundo hay 22 millones de personas que viven con fallas cardíacas, y que un corazón bioartificial constituye una alternativa teórica al transplante o a la ayuda mecánica.

El santo grial

“Es difícil decir qué siente uno al ver un armazón [la estructura del corazón “descelularizado”] previamente muerto latir en un recipiente. Lo que significa es que por primera vez tenemos la oportunidad de crear no sólo una pequeña pieza de tejido o una célula, sino un órgano. Es asombroso”, dijo Doris Taylor, la investigadora de la Universidad de Minnessota que lideró el trabajo.

“La ingeniería de tejidos se basa en construir nuevos tejidos. Todo el mundo tiene células. Lo que falta es una manera de poner todo junto en una estructura 3-D [tridimensional] que te permita crear un órgano. Es el santo grial de la ingeniería de tejidos. Y en eso estamos”, agregó Taylor en una entrevista que publica el área de prensa de esa universidad.

“La Naturaleza sabe cómo crear una estructura mejor que tú o yo. Nosotros tomamos las herramientas naturales, les dimos células y ella comenzó a crear un órgano”, destacó la especialista, y agregó que quieren avanzar en la investigación. Ahora esperan que en el futuro se puedan construir órganos que “encajen” con el cuerpo que los necesite.

Santiago Miriuka, cardiólogo del Programa de Insuficiencia Cardiaca y Transplante Cardiaco de la Fundación para la Lucha contra las Enfermedades Neurológicas de la Infancia (FLENI), opinó que si bien el trabajo es muy interesante, la aplicación clínica es lejana. “La demostración de su efectividad y su superioridad contra el transplante de órganos tradicional, o cualquier nueva terapia con células madres que surja, va a ser un proceso lento y complejo”, dijo a la Agencia CyTA.

Órganos para armar

“El equipo de la doctora Taylor utilizó células miocárdicas neonatales, es decir, de ratas recién nacidas. Esas células cardiacas, a diferencia de las que pueden aislarse del corazón de una rata adulta, tienen la capacidad de dividirse pero no son células madres”, agregó Miriuka.

“El trabajo es original porque previamente se han realizado múltiples experiencias con \”armazones\”, ya sea biológicos o sintéticos, pero nunca se había realizado con un órgano entero. Además, pudieron reproducir la función mecánica cardiaca con la inyección de células en esa estructura”, describió el investigador del Laboratorio de Biología del Desarrollo Celular del FLENI.

Unos de los interrogantes que queda por resolver es si el método será efectivo en lograr corazones “listos” para el transplante humano en un futuro lejano, y si con el mismo proceso se podrán crear otro tipo de órganos como el hígado y los pulmones. Los investigadores siguen trabajando en la búsqueda de respuestas.