Las proteínas beta-amiloides que se depositan en el cerebro de las personas generan Alzheimer, una enfermedad neurodegenerativa que afecta a millones de personas mayores en todo el mundo. Investigadores estadounidenses habrían descubierto lo que podría ser un buen predictor para identificar a las personas con riesgo de desarrollar esa enfermedad. Estudios realizados en ratones con Alzheimer revelaron que los niveles de la proteína beta-amiloide 42 (ßA42) disminuye tanto en la sangre como en el líquido cefaloraquídeo a medida que se acumula en el cerebro.

(28/09/06 – Agencia CyTA – Instituto Leloir. Por Bruno Geller)- El mal de Alzheimer, enfermedad que lleva el apellido del investigador alemán que la descubrió, es un mal neurodegenerativo progresivo que provoca un deterioro en la memoria, el pensamiento y la conducta de la persona. Representa un costo social y económico creciente si se la compara con otras enfermedades relacionadas con el envejecimiento, según un informe de las Naciones Unidas realizado en el 2003.

Para el año 2001 se estimaba que en el mundo había 24.3 millones personas que padecían la enfermedad, mientras que para el 2040 se proyectan 81 millones.

Científicos de la Clínica Mayo de Estados Unidos encontraron un predictor que ayudaría a identificar a las personas mayores que podrían desarrollar esa enfermedad, según revelo un comunicado de prensa de esa institución.

Los investigadores, encabezados por el doctor Steven Younkin, estudiaron a ratones genéticamente diseñados para desarrollar la enfermedad de Alzheimer. Observaron que la proteína beta-amiloide 42 (ßA42) disminuye tanto en la sangre como en el líquido cefalorraquídeo conforme comienza a depositarse en el cerebro. La acumulación de la ßA42 y la proteína beta-amiloide (ßA40) desencadena a la larga daños neurológicos que dan inicio al trastorno.

Si bien los resultados son preliminares, Younkin anticipa que a partir de los mismos sería posible desarrollar una prueba predictiva aplicable en humanos. El especialista explica que así como se mide el nivel de colesterol a partir de una muestra de sangre para determinar los riegos de padecer enfermedades coronarias, un análisis de sangre orientado a medir los niveles de las proteínas beta-amiloides permitiría saber quién puede llegar a desarrollar Alzheimer.

De acuerdo a los resultados obtenidos, Younkin piensa que los niveles elevados de ßA40 y los niveles bajos de ßA42 en la sangre indicarían un aumento en el riesgo de padecer la enfermedad de Alzheimer.

Aunque existen tratamientos orientados a aliviar los síntomas, aún no se ha encontrado una cura para el Alzheimer y tampoco un efectivo tratamiento preventivo.

En el caso hipotético de que se desarrollase un test predictivo eficaz, Younkin afirma: “No quisiéramos darles los resultados de estas pruebas a los pacientes hasta que tengamos una terapia significativa. Cuando tengamos esta terapia, entonces las personas querrán saber si están en riesgo…”

El autor del estudio destaca la importancia que tiene el desarrollo de tratamientos enfocados a disminuir los niveles de las proteínas beta-amiloides para prevenir la enfermedad, o bien disminuir su gravedad una vez manifestada, pero los investigadores que trabajan en ese campo en distintos países del mundo aún no han llegado a resultados concretos. Existen, en cambio, tratamientos que intentan reducir el grado de progresión de la enfermedad y sus síntomas.