Un nuevo elemento jurídico favorecería el crecimiento de las Pymes argentinas mediante convenios de asociación. Una investigadora de la Universidad Nacional del Noreste (UNNE) afirma que pueden comprobarse de manera científica, los beneficios, poco difundidos, de esta iniciativa basada en la vinculación cooperativa de empresas.

(28/05/08 – Agencia CyTA – Instituto Leloir. Por Catriel López Acosta – UNNE) – Una becaria de la Facultad de Ciencias Económicas advirtió que desde 2004, existe una norma que permite a las pequeñas y medianas sociedades (Pymes) asociarse y realizar negocios en conjunto, lo que potencia su competitividad. Se trata de los consorcios de cooperación, una figura jurídica novedosa y en apariencia, poco conocida por la comunidad empresaria de la zona.

Natalia Díaz, becaria de esa facultad de la Univesidad Nacional del Noreste (UNNE) y autora del proyecto, comenzó este año, una investigación que serviría para comprobar de manera científica, esos beneficios. Su desarrollo implicará estudios empíricos sobre la naturaleza jurídica y contable de dichos consorcios. En forma indirecta, determinará en qué grado las pequeñas y medianas empresas de Chaco y Corrientes utilizan la herramienta, y permitirá fomentar y fortalecer el asociativismo en aquéllas que la usen.

El proyecto está acreditado por la UNNE y es dirigido por la contadora Idalia de Castro.

Ley Nro. 26.005

Los consorcios de cooperación surgieron a fines del año 2004, por norma legal Nº 26.005. Siendo una figura jurídica relativamente nueva, según datos preliminares, Díaz sospecha que es poco conocida por la comunidad empresaria, especialmente las PyMes, verdaderas destinatarias de sus postulados normativos.

Hacia fines de ese año, sólo existían como alternativa de agrupación entre empresas, aquéllas que devienen de los contratos de colaboración empresaria regulados por el capítulo III de la Ley de Sociedades Comerciales (LSC). Pero esos acuerdos contractuales disponibles en ese momento, -explica Díaz- no consideraban la envergadura, actividad, objetivo o contacto con el mercado que pudieran tener los participantes y co-contratantes de ese compromiso.

A partir de esa premisa legislativa, la doctrina contable puede atribuir a los consorcios de cooperación, la categoría de “negocio conjunto” y, en algunos casos, ubicarla entre las especies de las que coexisten en el universo de las combinaciones de negocios.

Este es el punto de partida para el estudio del problema, que da inicio a la ejecución del proyecto de investigación que, siguiendo esa posición doctrinaria, plantea los siguientes interrogantes: ¿Cuál es el verdadero alcance que la doctrina y normativa contable asigna a los consorcios de cooperación? ¿Es posible detectar en estos negocios conjuntos, comportamientos de sus integrantes que favorezcan o perjudiquen la formación y permanencia de los consorcios de cooperación?

Fomentar el asociativismo

Para ahondar en las problemáticas esbozadas, los objetivos que guiarán el proceso de la investigación de Díaz son los siguientes:

. Determinar y comprobar mediante la aplicación de estudios empíricos, la naturaleza jurídica y contable de los consorcios de cooperación.

. Fomentar y fortalecer en dichos consorcios, la cultura del asociativismo, como práctica ineludible para alcanzar ventajas competitivas.

Estos objetivos fijarán concretamente el horizonte hacia donde se dirige la investigación y serán alcanzados en la medida en que se puedan demostrar las hipótesis que parten de la necesidad de precisar si los consorcios de cooperación constituyen una variedad de combinaciones de negocios, cuyo propósito más alto, es el de obtener beneficios congruentes con intereses grupales.

Priorizar el interés general

“Los consorcios de cooperación presentan ciertas peculiaridades que pueden aprovechar aquellas pequeñas y medianas empresas para alcanzar un satisfactorio posicionamiento en el mercado cada vez más vertiginoso y competitivo. Las ventajas pueden consistir, por ejemplo, en la reducción de los costos operativos, posibilidad de acceso a mercados externos y consolidación en el interno, aprovechamiento de beneficios derivados de políticas gubernamentales, utilización de una marca o imagen común y muchos otros”, detalló Díaz a Ciencia y Técnica.

Agregó que la prosperidad y continuidad del consorcio de cooperación, en su finalidad última, requiere necesariamente que cada uno de los participantes asuma voluntariamente la responsabilidad de actuar como “negocio conjunto”, desprovistos de intereses particulares. “Pueden perjudican los fijados colectivamente”, aseguró.

Según explicó la becaria, se tratará de identificar y describir aspectos referidos a la existencia de una cultura de trabajo colectivo. Posteriormente, entre los participantes del negocio conjunto y como dispositivo de transferencia, se propondrán actividades que tiendan al fomento y fortalecimiento del espíritu colaboracionista entre los mismos.

Enfoque cuali y cuantitativo

Para comenzar el análisis crítico y de mayor profundidad, el proyecto de investigación adopta un marco teórico centrado principalmente en la admisión de teorías contables que permitan describir y explicar características del fenómeno. Más tarde, se incorporará el aporte de otros campos de estudio (jurídico, económico, tributario, etc.), teniendo en cuenta la interdisciplinariedad del objeto de investigación. Todos los estudios estarán dentro de un marco de referencia para interpretar los resultados obtenidos.

En lo que respecta al proyecto de investigación, vale advertir que se encuentra en los inicios de ejecución. Su plazo corre desde marzo de 2008 hasta agosto de 2009. En relación a la metodología utilizada, se planteó, en un primer momento, un enfoque meramente cualitativo, orientado hacia la búsqueda sistemática de teorías que justifiquen el problema planteado preliminarmente. Conforme avance el proyecto, se introducirá en forma gradual, el enfoque cuantitativo que se ha iniciado con un acotado relevamiento de datos empíricos.

Tras los primeros contactos realizados con organismos de contralor y cámaras de empresarios, Díaz cuenta con su apoyo desinteresado y el suministro de información relevante con respecto al objeto de estudio. La becaria no descarta que en el futuro, y en el marco de las estrategias de acercamiento planificado, se viabilice un contacto con integrantes de agrupaciones empresarias en funcionamiento.

A manera de conclusión, se arguye que a pesar de los cambios cada vez más acelerados y precipitados surgidos día a día en los “escenarios de mercado” en donde interactúan las Pymes, es valioso recurrir a esta clase de vinculación estratégica de empresas, de la que derivan resultados superiores y ventajosos.