Para quienes quieran resolver problemas estéticos menores, sin recurrir a cirugías, los implantes inyectables aparecen como una opción viable. El cirujano plástico argentino Patricio F. Jacovella, autor de un trabajo publicado en “Plastic and Reconstructive Surgery” de mayo, habla de su experiencia con la hidroxiapatita de calcio, un material ideal para esas correcciones.

(27/05/08 – Agencia CyTA, Instituto Leloir. Por Cristina Gozzi) – El cirujano argentino, el doctor Patricio F. Jacovella, docente de cirugía plástica en la Facultad de Medicina de la UBA, relata su experiencia profesional con un material para implantes nasales en la revista “Plastic and Reconstructive Surgery” de mayo.

“En casos de pequeños defectos nasales, ya sea en narices sin cirugía o previamente operadas, los implantes inyectables ofrecen resultados inmediatos, sin los períodos de inflamación de larga duración y lenta recuperación, que habitualmente presenta la rinoplastía convencional”, sostiene.

Respecto del material en sí, afirma que la hidroxiapatita de calcio (CaHA) sintética presenta propiedades destacables. “Independientemente del producto, las características ideales de una sustancia de relleno son la longevidad, la biocompatibilidad, el bajo perfil de efectos adversos y una relación costo-beneficio razonable”, sostiene el doctor Jacovella. Y describe la sustancia utilizada: “es un implante estéril, libre de látex, no pirogénico (no causa fiebre), compuesto por microesferas sintéticas de hidroxiapatita de calcio de 25 a 40 micrones de diámetro en un vehículo acuoso de glicerina y carboximetilcelulosa sódica”.

El doctor Jacovella comenzó su experiencia con el citado producto en el Hospital de Clínicas Don José de San Martín de Buenos Aires, donde se aplicó en varias zonas del rostro con fines estéticos.

Específicamente en la nariz, lo ha inyectado en diversas regiones de acuerdo con las necesidades estéticas a resolver: ángulo fronto nasal, dorso, punta nasal y ángulo naso labial. “Con el transcurrir del tiempo, el gel se disipa. Después de doce meses, la carboximetilcelulosa se absorbe completamente y las microesferas permanecen en el sitio de inyección rodeadas por tejido conectivo”, asegura.

Para evitar complicaciones, Jacovella afirma que para ese implante, fueron excluidos los pacientes con infección nasal aguda o crónica, antecedentes de cicatrices queloides, enfermedades del colágeno, trastornos de la coagulación, insuficiencia respiratoria nasal y expectativas irreales con respecto a los resultados.

Material semi-permanente

Jacovella afirma que los resultados estéticos permanecieron 24 meses sin cambios significativos. Como efectos adversos temporarios se observaron 2 casos de equimosis (fragilidad de las paredes musculares) y un caso de hematoma. “No se observaron reacciones sistémicas durante el período de seguimiento y la encuesta de satisfacción de pacientes arrojó un 86 por ciento (23 de 25 pacientes) de resultados “muy buenos”, acota.

Respecto de los productos para implantes inyectables, Jacovella sostiene: “Se clasifican en temporarios de corta duración (que duran en el organismo de 6 a 9 meses), semipermanentes o de larga duración (como la CaHA , que permanece de 12 a 24 meses) y permanentes, que son los que no son fagocitados por las células del organismo”. No aconseja este último tipo, ya que puede ocurrir que cuando los tejidos

blandos involucionen por el paso del tiempo, terminen causando efectos antiestéticos. “Además, no es conveniente que haya productos de muy larga duración en el organismo porque todavía no se conocen las reacciones”, afirma.

El profesor explica que la CaHA “Es un producto que tiene dos fases: una vehicular, que significa que puede ser inyectado a través de una jeringa, y una fase sólida, que son las micropartículas. El tamaño de ellas es tal que permite ser fagocitado por los macrófagos del organismo. Por eso tiene una duración variable de entre 12 y 24 meses. Como la nariz es una zona fija, no tiene movimiento, tuvo mayor duración en esa zona. El mismo producto inyectado para aumentar los labios o para corregir algunas arrugas perilabiales tiene una duración de 12 meses. Después, hay que repetir la aplicación”, afirma el entrevistado.

Aunque Jacovella reconoce que la clásica rinoplastía quirúrgica (la llamada cirugía de nariz) sigue siendo el tratamiento de elección en deformidades nasales primarias y secundarias, manifiesta que “el relleno de CaHA puede ser considerado una buena alternativa para correcciones menores, siempre que sea puesta en práctica únicamente por cirujanos plásticos”.