Los fondos asignados en 2019 para el ex Ministerio de Ciencia, Tecnología e Innovación (MINCyT) caen un 60% respecto de 2015, pero el Gobierno asegura que aspira a fomentar la inversión privada y la transferencia tecnológica.

(AgenciaCyTA-Fundación Leloir. Por Matías Loewy).- El lugar de la ciencia en la política del Gobierno, los fondos asignados para financiar la actividad y la articulación de la investigación con el sistema productivo fueron algunos de los ejes de la mesa plural “Dinero para la Ciencia” celebrada este viernes 23. El encuentro tuvo lugar en el edificio anexo del Congreso de la Nación y fue organizada por la Red Argentina de Periodismo Científico (RADPC), una asociación que reúne a unos 80 profesionales del rubro en todo el país.

Uno de los expositores, el físico Jorge Aliaga, secretario de Planificación de la Universidad Nacional de Hurlingham (UNHU) y exdecano de la Facultad de Ciencias Exactas y Naturales de la UBA, sostuvo que las partidas asignadas por el presupuesto 2019 para el ex Ministerio de Ciencia, Tecnología e Innovación Productiva (hoy con rango de Secretaría dentro del Ministerio de Educación, Cultura, Ciencia y Tecnología) cayeron un 60% respecto de los valores de 2015, cuando se ajusta por el Índice de Precios Implícitos (IPI) del INDEC.

“Atrás de esta política hay una definición de que existen ciertas áreas en las que Argentina no debería dedicarse. Y son decisiones de política económica. Un funcionario importante del actual Gobierno llegó a sugerir que el país debería volver a dedicarse solo a producir materias primas y otras actividades en las que es naturalmente competitiva: la agroindustria, la minería, las energías no convencionales, Vaca Muerta, los productos audiovisuales y el software”, señaló Aliaga a la Agencia CyTA-Leloir.

Coincidió en el análisis el economista Fernando Peirano, profesor de la UBA y de la Universidad Nacional de Quilmes (UNQ) y ex Subsecretario de Políticas en Ciencia, Tecnología e Innovación Productiva del MINCyT entre 2011 y 2015, quien precisó que los recursos presupuestarios para la ciencia en 2019 (incluyendo los organismos y programas) muestran una caída en términos reales de 28,6%.  También puntualizó que el presidente Mauricio Macri había prometido que la inversión en I+D alcanzaría el 1,5% del PBI, pero que el último dato de 2016 (0,53%) muestra que el cociente cayó un 13% respecto de 2015.

“El ajuste ha sido muy fuerte”, manifestó el también presidente de la Asociación de Economía para el Desarrollo de Argentina (AEDA). Y sostuvo que esa política se refleja en menos cargos en el CONICET, cancelación de los Aportes No Reembolsables (ANR) [subsidios para innovación en empresas] de la Agencia Nacional de Promoción Científica y Tecnológica, menos recursos para cooperación internacional, falta de iniciativas en obras y equipos y el fin de proyectos tecnológicos en el área nuclear, radares y satélites de comunicaciones. “Hay una crisis presupuestaria, institucional y también de propósito: ¿para qué hacer ciencia? Y el Gobierno no reduce la incertidumbre”, denunció.

Por su parte, la abogada Julieta Izcurdia, de la Asociación Civil por la Igualdad y la Justicia (ACIJ), expresó que el análisis del presupuesto 2019 revela caídas reales en algunas programas y áreas vinculadas con la ciencia y la tecnología, como prevención y control de enfermedades endémicas y apoyo y promoción de la salud mental.

 

Articulación de la ciencia con las empresas

Peirano también puso el foco en la deficiente inserción del sistema académico-científico en la estructura productiva. Y expresó que de las 600.000 empresas que hay en Argentina, solo 600 realizan actividades de I+D.

La importancia de fomentar la transferencia tecnológica y dinamizar la inversión privada en ciencia fue el centro de la exposición del ingeniero industrial Jorge Aguado, secretario de Planeamiento y Políticas en Ciencia, Tecnología e Innovación Productiva de la Nación. “Más allá de las restricciones presupuestarias, necesitamos utilizar el conocimiento y la capacidad que tenemos para llevarlo después al mercado y sacar valor”, señaló. Según una tabla que presentó con datos de 2014, la inversión del Estado Nacional y otras fuentes nacionales en ciencia y tecnología en Argentina alcanza el 77% del total, mientras que en Brasil esa proporción es del 60%, en Canadá del 49%, en Francia del 37% y en Japón del 22%.

“Tenemos una lógica de focalizar donde creemos que más valor se puede generar y no solamente el hecho de invertir en muchas cosas. Lo imposible es intentar hacer todas las cosas que son posibles”, definió.

Según Aguado, en pesos corrientes, el presupuesto para ciencia y tecnología creció 169% entre 2015 y 2019. “Esperemos que sea más alto que la inflación para ese período”, dijo.

El encuentro fue moderado por la periodista Valeria Román y contó con la participación de otros miembros de la RADPC, como Víctor Ingrassia, Adriana Schottlender y Ricardo Goldberger.