Mediante una simulación por computadora, investigadores de Tandil demostraron el beneficio de los muros dobles con aislante central. Es una herramienta sencilla para los profesionales de la construcción y les permitirá optimizar las decisiones sobre los materiales elegidos y el ahorro energético a futuro.

(Agencia CyTA-Fundación Leloir)-. Posiblemente por costo y rapidez de ejecución, en la provincia de Buenos Aires predominan las edificaciones con paredes perimetrales de ladrillo hueco revocado. Pero, a la larga, convienen más los muros dobles con un aislante central, tal como recomiendan las normas IRAM. Mediante una simulación por computadora, investigadores de Tandil mostraron que los cambios de temperatura externa tardan 10 horas en reflejarse en el interior. A futuro, esto implica un ahorro de gas y electricidad, y menor impacto ambiental.

“El principal beneficio [del estudio] es contar con una herramienta que cuantifica la eficiencia de cada tipo de muro. Además de compararlos, es posible elegir la mejor combinación de materiales y el orden óptimo de las capas dentro del muro para aprovechar lo disponible en cada lugar geográfico y evaluar la relación costo-beneficio en la etapa de diseño”, explicó a la Agencia CyTA-Leloir Giuliano Thomas, alumno del último año de Licenciatura en Física de la Universidad Nacional del Centro de la Provincia de Buenos Aires (UNICEN).

Durante más de un año, Thomas y científicos de la UNICEN realizaron mediciones y analizaron el comportamiento térmico de una vivienda y de un edificio ya construidos con ambos tipos de muros. Notaron que la dinámica del intercambio de calor entre el exterior y el interior no se adecuaba al modelo que suele usarse y que, según explicaron, estima razonablemente los flujos de calor en muros con poca aislación, pero es poco realista para muros dobles.

“Sin embargo, no nos conformamos con comparar cualitativamente los comportamientos térmicos, sino que queríamos cuantificar el efecto”, amplió Natalia Muñoz, becaria doctoral del CONICET e integrante del Grupo de Flujos Geofísicos y Ambientales del Centro de Investigaciones en Física e Ingeniería del Centro de la Provincia de Buenos Aires (CIFICEN), dependiente del CONICET y de UNCPBA.

“Como los resultados del trabajo fueron satisfactorios, el modelo está listo para implementar”, destacó Thomas. La simulación se realiza por medio de un código sencillo y fácil de programar, y solo requiere una computadora con buena capacidad de cálculo. “Las figuras que representan los resultados son fáciles de interpretar para un ingeniero, arquitecto o técnico habituado a leer gráficos”, agregó.

Sobre la puesta en práctica de sus hallazgos, Muñoz informó: “Hemos discutido con algunos estudios de arquitectos locales sobre la necesidad de usar criterios y estrategias de construcción que deriven en edificaciones energéticamente sustentables. Si bien ellos concuerdan plenamente, el usuario que solicita el proyecto tiene la última palabra, y la elección por la alternativa más económica y rápida es la que prevalece aun en construcciones de envergadura”.

Ambos coincidieron en que pocas personas se interesan en conocer el comportamiento térmico de la construcción y el costo asociado al confort térmico interior a lo largo del año. “Tampoco es de conocimiento público que ese consumo puede reducirse drásticamente con una buena aislación térmica en muros y ventanas, y una adecuada gestión de la ventilación”, advirtieron.

De la investigación, publicada en los “Anales de la Asociación Física Argentina”, participaron también Beatriz Marino y Luis Thomas, investigadores del Grupo Flujos Geofísicos y Ambientales del CIFICEN.

 

Parte del equipo de investigación: Giuliano Thomas y Natalia Muñoz, del Centro de Investigaciones en Física e Ingeniería del Centro de la Provincia de Buenos Aires (CIFICEN), dependiente del CONICET y de la Universidad Nacional del Centro de la Provincia de Buenos Aires (UNCPBA).