Casi el 30 por ciento de los delfines franciscana capturados accidentalmente en el estuario del Río de la Plata presentaban residuos de plásticos en sus estómagos. Los materiales más abundantes identificados fueron restos de envases, aunque también constataron fragmentos de materiales de pesca. El estudio fue realizado por especialistas del Instituto de Investigaciones Marinas y Costeras de la Universidad Nacional de Mar del Plata.

(17/06/11 – Agencia CyTA – Instituto Leloir. Por Bruno Geller)-. Los plásticos y los materiales sintéticos son dos tipos de desechos marinos que con mayor frecuencia afectan la vida y la salud de diferentes especies animales que habitan en los océanos y estuarios. Algunos de esos materiales provienen del turismo costero y de las aguas residuales que transporta la contaminación urbana. Otro tipo de materiales plásticos presentes en esas aguas están asociados a la actividad pesquera y a los desperdicios que eliminan los buques comerciales, de transporte y turísticos.

Un estudio publicado en la revista científica Marine Pollution Bulletin revela que cerca del 28 por ciento de 106 delfines franciscana capturados accidentalmente y examinados por científicos argentinos tenían trozos de plástico de distinto tipo en sus estómagos. “Los delfines son ejemplares capturados inintencionalmente en redes de pesca artesanal o varados entre la costa de la Bahía Samborombón (perteneciente al estuario del Río de la plata) y Cabo San Antonio, área marina norte de la provincia de Buenos Aires, al sur de la Bahía Samborombón”, indicó a la Agencia CyTA el autor principal del estudio Pablo Denuncio, becario del CONICET en el Instituto de Investigaciones Marinas y Costeras de la Facultad de Ciencias Exactas y Naturales de la Universidad Nacional de Mar del Plata, quien esta desarrollando una tesis doctoral enfocado a la conservación de ese pequeño delfín costero. Y agregó: “Los elementos encontrados responden principalmente a derivados de la pesca como partes de redes y sogas, envases de diferente tipo, fragmentos de envolturas de cigarrillos y galletitas, entre otros productos, y elementos plásticos no identificados”.

Respecto de los materiales plásticos hallados en el tracto digestivo de los cetáceos, el investigador del CONICET destacó que “sobre esos elementos, los más abundantes fueron los plásticos de tipo celofán de envoltorio de cigarrillos con más del 50 por ciento de abundancia. En menor importancia se destacaron otras clases de envoltorios, fragmentos de redes de pesca monofilamento y plásticos duros.”

Asimismo la investigación determinó que la ingestión de elementos plásticos en los delfines analizados fue mayor en zonas de estuario que en las zonas marinas. “Los delfines de la Bahía Samborombón presentaron el mayor porcentaje de frecuencia de plásticos. Es posible que estos resultados estén vinculados a la proximidad de las grandes ciudades de Buenos Aires, La Plata y Montevideo, así como a la descarga de desechos varios sobre la cuenca del Río de la Plata por más de 14 millones de personas, las industrias y el descarte de la intensa actividad pesquera de la región”, afirmó Denuncio. Y continuó: “Además existe un frente de masas de aguas (encuentro de aguas de salobres y marinas) que genera un entrampamiento de diferentes organismos y también de basura marina que como consecuencia de este proceso se acumula en la zona de la Bahía Samborombón.”

El efecto de los plásticos 

La basura marina afecta de dos maneras principales a los organismos, indicó Denuncio. “Una de ellas es el efecto mecánico del enredo en las redes  de pesca y demás elementos de mediano y gran tamaño. Otra forma es la ingesta accidental de basura marina que a su vez tendría dos maneras de actuar: una es la obstrucción mecánica parcial o total de la cavidad digestiva generando saciedad con la consecuente inanición y muerte, o el efectos químico, producto de la fragmentación de los polímeros de los plásticos, que pueden causar alteraciones en las funciones hormonales de los animales”, subrayó el investigador.

En el trabajo, fueron evaluados los efectos mecánicos de obstrucción producidos por los materiales plásticos en el tracto digestivo. “Los resultados mostraron que las obstrucciones parecerían no ser importantes dado que se trató de piezas plásticas de pequeño tamaño. Sin embargo se desconocen los efectos causados por la contaminación química producto de la despolimerización del plástico ingerido. Asimismo todos los delfines que presentaron restos plásticos en sus contenidos gástricos tenían también alimentos comunes a su dieta como estructuras sólidas remanentes de peces (otolitos y huesos), calamares y pulpos (llamados picos) y diferentes estructuras de crustáceos”, puntualizó Denuncio.

El estudio permite observar que las aguas costeras del norte de Argentina presentan basura marina de origen humano. “A su vez permite identificar al delfín franciscana como indicador biológico de la salud de nuestro mar.”, afirmó Denuncio.

La fauna marina en Argentina y en todo el mundo esta sufriendo el impacto de diversos elementos como la fragmentación del ambiente ocasionado por los disturbios de las grandes ciudades costeras, la contaminación química como consecuencia de los desechos industriales, la basura marina y la sobrepesca, destacó el investigador del Conicet. Y concluyó: “Respecto a la contaminación por parte de la basura marina, las medidas que deben llevarse a cabo con el objetivo de preservar la fauna deben estar enfocadas en primera instancia a informar y hacer participe a la sociedad sobre los problemas y consecuencias del descarte de la basura cotidiana. En segundo lugar, las autoridades responsables deberían tomar las medidas necesarias para un manejo responsable de los residuos urbanos e industriales generados en las ciudades costeras.”

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Un delfín Franciscana en las aguas de la Bahía Samborombón.

Créditos: Pablo Bordino, Aquamarina.