Ingenieros norteamericanos y portugueses diseñan un dispositivo capaz de alimentar una turbina generadora de electricidad, a partir de la energía proveniente de las olas del mar. El sistema, en el que participaron especialistas del Instituto Tecnológico de Massachusetts, superaría a los ya existentes en lo que hace a la captura de energía.

(06/01/09 -Agencia CyTA-Instituto Leloir) – En el mar existe una gran cantidad de energía, que de ser aprovechada con tecnología adecuada, podría satisfacer diferentes necesidades humanas. En esta dirección, un equipo de ingenieros estadounidenses y portugueses trabaja en el desarrollo de un dispositivo orientado a la conversión de la energía mecánica generada por las olas del mar, en energía eléctrica.

Chiang Mei, profesor del Departamento de Ingeniería Civil y Medio Ambiental del

Massachussets Institute of Technology (MIT) es uno de los integrantes de esa unidad de investigación. Desde fines de 1970, cuando se registró una crisis energética a nivel mundial, investiga el potencial energético que brindan los movimientos oceánicos.

El dispositivo que Mei, y sus colegas de la Universidad Técnica de Lisboa, están diseñando se llama columna de agua oscilante (OWC, según sus siglas en inglés).

Según explican los ingenieros, la OWC consta de una cámara con una abertura a través de la cual las olas entran y salen. El movimiento de la superficie del agua obliga al aire a comprimirse generando una presión sobre una turbina que convierte la energía mecánica en electricidad.

En primera instancia, el equipo de investigadores fabrica tres dispositivos piloto OWC que planea instalar en la desembocadura del río Duero, en Oporto, al norte de Portugal. De acuerdo con información surgida de modelos de simulación, los tres sistemas van a generar 750 kilovatios, energía suficiente para abastecer a cerca de 750 hogares. Asimismo, los expertos aseguran que la absorción de esa energía reducirá los efectos de la erosión.

Sin embargo, son varios los desafíos que aún quedan por resolver con respecto al diseño eficiente de esos dispositivos. Deben resistir la corrosión del mar y ser operativos ante las variaciones de la intensidad de las olas, inclusive durante el desarrollo de tormentas.

Mei reconoce que la energía eléctrica proveniente del mar no podrá ser comercialmente viable sino hasta dentro de las próximas décadas.

“En la actualidad, dentro de las energías renovables, se prefiere a la energía solar y la eólica, que llevan más tiempos de desarrollo. El potencial de la energía de las olas es enorme, pero lo cierto es que su aplicación tiene una historia relativamente corta. Tenemos que seguir investigando”, afirma Mei quien sueña con que se armen amplios equipos interdisciplinarios de investigación cuyo objetivo sea volver viable el empleo de esa energía renovable a gran escala.