En el marco de la XVIII Semana del Intervencionismo Mínimamente Invasivo, se presentó un modelo computacional desarrollado por el físico argentino Juan Raúl Cebral, que permitiría tratar a cada paciente según la evolución de su propio aneurisma.

(02-06-08 – Agencia CyTA, Instituto Leloir. Por Cristina Gozzi) – Del 22 al 24 de mayo tuvo lugar en Buenos Aires, la XVIII Semana del Intervencionismo Mínimamente Invasivo, organizada por el neurólogo argentino Pedro Lylyk, director del grupo médico del Equipo de Neurocirugía Endovascular y Radiología Intervencionista (ENERI).

Durante las jornadas, los profesionales tuvieron la posibilidad de conocer en detalle, las técnicas que, apoyadas en las imágenes que ofrecen los modernos métodos de diagnóstico, permiten diagnósticos más precisos para hacer prevención, tratamientos o intervenir de una manera menos cruenta con períodos de recuperación mucho más cortos.

Entre los disertantes del país y del exterior, estuvo el físico argentino Juan Raúl Cebral, un físico argentino nacido en Plaza Huincul, Neuquén, que actualmente es profesor de la Escuela de Ciencias de la Computación en la “George Mason University” de Estados Unidos, quien presentó los últimos avances en la replicación del recorrido de los fuidos en la sangre en un modelo de computación, un aporte apreciable para el tratamiento de aneurismas cerebrales.

Vale recordar que el aneurisma cerebral es una malformación de la pared de los vasos sanguíneos que, si sufre una rotura, da lugar a una hemorragia cerebral potencialmente mortal.

La técnica del grupo de Cebral trabaja en el modelado numérico de aneurismas cerebrales personalizados a partir de imágenes. Con ello, se intenta visualizar mejor el patrón de flujo de la sangre para entender los mecanismos que hacen que los aneurismas crezcan y se rompan.

\”La medicina es una ciencia observacional, no es una ciencia traductiva\”, señalo Cebral y explicó que estas innovaciones pueden servir para evaluar qué pacientes pueden ser tratados o intervenidos y cuáles no. Al respecto, admitió que al descubrir un aneurisma no roto, algo probable con el avance de los métodos de diagnóstico, “el médico tiene que decidir si intervenir o no\”.

En ese sentido, reconoció que actualmente no puede medirse el flujo sanguíneo. “Por eso es que nosotros hacemos modelos numéricos, lo que nos permite tener imágenes tridimensionales de las arterias. Con ellas, se resuelven las ecuaciones matemáticas que describen el movimiento de los fluidos\”, explicó Cebral.

Según detallaron los especialistas, la técnica consiste en un software con el que se resuelven las ecuaciones matemáticas que explican el movimiento de la sangre. Esa es la información imprescindible para diagnosticar con la que no se cuenta todavía.

Se estima que la mejor comprensión de esos procesos colaborará para que los médicos puedan seguir la evolución de los pacientes, al poder evaluar de manera más precisa, el riesgo de ruptura de un aneurisma y personalizar los tratamientos, o sea, seleccionar la opción terapéutica más conveniente para tratar un aneurisma en particular.

\”También he construido en la computadora, modelos específicos para pacientes después del tratamiento endovascular con stents intercraneales –que permiten reforzar las paredes intercraneales– o con coils –espinas de platino con las que se rellena el saco aneurismal– para comprender los efectos causados por esos dispositivos y mejorar su diseño, así como seleccionar la mejor terapéutica para cada individuo\”, informó el profesor Juan Cebral.

Asimismo, hizo hincapié en que la investigación en la que está trabajando es multidisciplinaria, ya que \”involucra procesamiento de imágenes, modelación geométrica, dinámica computacional de fluidos, visualización y computación gráfica, computación de alta performance e investigación clínica\”.

En síntesis, el modelo computacional en el que está trabajando el equipo del doctor Cebral implica un avance significativo en el campo de la prevención de los accidentes cerebrovasculares.

RECUADRO – TECNICAS PARA PROCEDIMIENTOS MENOS INVASIVOS

(02/06/08 – Agencia CyTA, Instituto Leloir. Por C.G.) – Entre las técnicas habitualmente utilizadas para desarrollar los procedimientos mínimamente invasivos están las cirugías endovascular, percutánea , laparaoscópica y endoscópica. Todos ellas reducen de forma notable la morbi-mortalidad y los tiempos de reinserción del paciente a su actividad habitual.

Tanto la cirugía endovascular como la percutánea permiten navegar por los vasos sanguíneos hasta llegar al lugar donde se manifiesta la patología. Eso posibilita realizar un tratamiento sin necesidad de una intervención quirúrgica, lo que significa un importantísimo avance de la medicina.

La cirugía endovascular se caracteriza por la utilización de catéteres –largos tubos tan finos como un \”spaghetti\”– que insertados en distintas arterias o venas, navegan por la red vascular guiados por aparatos especiales de fluoroscopía, que basan su función en los rayos X. Así llegan a distintas partes del organismo: al cerebro, al corazón, al útero o al hígado. Una vez allí, pueden desobstruirse arterias, tratarse aneurismas, tumores u otras enfermedades, situaciones que antes se resolvían únicamente con cirugía abierta o no tenían solución.

Por su parte, la cirugía percutánea se basa en la ecografía, la tomografía o la fluoroscopía para insertar a través de la piel, catéteres con los cuales realizar biopsias, hacer drenajes, destruir abscesos o aplicar medicación.

En cuanto a la tercera técnica, la cirugía laparoscópica, se realiza mediante una incisión en el abdomen, a través de la cual se insertan delgadas ópticas e instrumental quirúrgico especial, que permite realizar cirugías vesiculares, estomacales o ginecológicas, que tiempo atrás, se hacían únicamente de forma convencional o abierta.

Respecto de la cirugía endoscópica, vale recordar que se realiza a través de microcámaras y fibras ópticas, introducidos a través de orificios naturales del organismo, con los que se puede diagnosticar y tratar distintas enfermedades en el tubo digestivo, el árbol respiratorio, etc.