A raíz de un paper de su autoría, la joven investigadora Paola Salio acaba de recibir una distinción internacional otorgada por el máximo organismo de las ciencias de la atmósfera, la Organización Meteorológica Mundial. Es la primera premiada por la Argentina en 37 años.

(13/6/07 – Prensa FCEYN-UBA. Por Armando Doria)

Desde 1970, la Organización Meteorológica Mundial (OMM) premia todos los años un trabajo elaborado por un científico joven de cualquier parte del planeta, y del que también se tienen en cuenta sus antecedentes.

Pese a la destacada producción local, hasta el momento ningún investigador argentino lo había conseguido. Paola Salio es investigadora del Centro de Investigaciones del Mar y la Atmósfera – Conicet y docente del Departamento de Ciencias de la Atmósfera de Exactas. Y acaba de obtenerlo: su paper “Mesoscale convective systems over south-eastern South America and their relationship with the South American low-level jet” fue postulado por el Servicio Meteorológico

Nacional y finalmente distinguido por la OMM.

Usted es la primera premiada por la Argentina en 37 años.

Sí, me da mucha alegría. Para mí lo más importante es, justamente, que es la primera vez que lo gana un argentino.

¿Por qué cree que haya sucedido ahora?

Creo que esto tiene que ver con que el Servicio Meteorológico Nacional (SMN), que es el representante de la OMM en la Argentina, desde fines del año pasado tiene otra mirada hacia la investigación y por esa razón envió los papeles para que este paper concursara.

¿Esto quiere decir que nunca antes nuestro país había participado?

No tenemos información de que alguna vez se haya presentado un candidato, por lo que se puede deducir que estábamos inhabilitados para participar porque nuestro representante no nos dejaba hacerlo. Es la primera vez que los papeles de Argentina llegan. Mi postulación salió inicialmente del Departamento de Ciencias de la Atmósfera de la Facultad, los papeles cursaron su proceso vía SMN y, por lo tanto, esta vez llegaron a la OMM.

¿Qué resonancias tuvo la distinción?

Se armó un alboroto bárbaro. Me mandaron agradecimientos de los lugares más insólitos. Lo interesante de este trabajo es que fue generado dentro del marco de un experimento que se realizó en 2003, y que la Facultad apoyó muchísimo, que se llamó SALLJEX. Y si bien este trabajo premiado no está basado en los resultados del experimento, sí involucra sus datos. Por eso, todos los científicos de los Estados Unidos, de Europa, de Argentina, de Brasil, de Chile que participaron de SALLJEX, entendieron este premio como un emergente del esfuerzo conjunto que se hizo, que fue enorme.

¿Tu paper nació junto con el experimento?

En el 2003 estuve seis meses en la Universidad de Utha, en los Estados Unidos, y ahí fue que desarrollé gran parte de lo que involucra a este paper. Después volví a Argentina y escribí. Fue a raíz de un gran trabajo conjunto entre el Grupo de Tormentas Tropicales de Utha y nuestro grupo, que dirige Matilde Nicolini, y en el trabajamos sobre la mesoescala atmosférica.

¿Qué significa el premio en concreto?

Con respecto a lo material, es una suma de dinero no muy importante, unos mil dólares, que tengo que compartir con una investigadora belga. Pero más allá de eso, en cuando a lo científico, quizás pueda reavivar la posibilidad de pedir otro subsidio para otro viaje a los Estados Unidos o para un viaje de algún otro estudiante nuestro. Estos reconocimientos internacionales te dan la pauta de que tan atrás no estamos aunque contemos con pocos recursos. Si tuviéramos más presupuesto, estaríamos a nivel, por ejemplo, de Brasil, que no tiene nada que envidiarles a los países centrales.

Y, además, como satisfacción colateral, está la actual situación del SMN que posibilitó que la Argentina esté representada.

Creo que el panorama que hoy tenemos, tanto para los científicos formados como para la gente joven, es de poder tener la posibilidad de soñar qué queremos de la meteorología en la Argentina. Considero que ahora están dadas las condiciones.

RECUADRO

Qué fue el SALLJEX

SALLJEX son las siglas de South American Low Level Jet Experiment. Fue una experiencia internacional que se llevó adelante entre 2002 y 2003 y de la que participó muy activamente Paola Salio, al igual que otros investigadores del Departamento de Ciencias de la Atmósfera. Su objetivo fue obtener una importante cantidad de datos que permitieran mejorar las predicciones meteológicas y consistió en un relevamiento sin precedentes de una corriente de aire húmedo que produce lluvias en la Cuenca del Plata a partir de dos aviones “caza huracanes”, dos radiosondas y cientos de pluviómetros. La base de operaciones del SALLJEX fue la Facultad de Ciencias Exactas y Naturales y contó con el aporte del Servicio Meteorológico Nacional, instituciones provinciales y diversos organismos internacionales.