El mantenimiento de la estructura de las enzimas es decisivo para que funcionen bien. Cualquier cambio en su conformación puede alterar su actividad. Hay un gran número de enfermedades que tienen su origen en la deformación enzimática, la que a su vez, proviene de alteraciones en el código genético encargado de sintetizarlas, o bien, de sustancias que modifican su actividad.

(19/02/08 – Agencia CyTA-Instituto Leloir- Por María Cristina Chaler) – Como ya comentamos en notas anteriores, las enzimas son catalizadores biológicos, sin los cuales la vida sería imposible, ya que las reacciones bioquímicas metabólicas se producen sólo con la presencia de estas importantes moléculas.

Se llama actividad enzimática a la cantidad de producto formado en un determinado tiempo o bien a la cantidad de sustrato consumido en ese lapso. Esta actividad esta relacionada con la cantidad de enzima que hay presente.

¿Qué factores modifican su actividad?

Estos son:

• La cantidad de enzima presente.

• La cantidad de sustrato.

• La temperatura.

• La acidez del medio (pH).

• La presencia de determinadas sustancias.

Existen sustancias llamadas inhibidores, que se unen a los sitios activos de la enzima y modifican su actividad. Los que producen cambios permanentes, de modo tal que la molécula de la enzima no recupera nunca más su actividad normal, se denominan inhibidores irreversibles. Los reversibles son los que producen cambios transitorios y pueden ser:

• Competitivos: los que tienen la forma semejante a la del sustrato y compiten con él para ubicarse en el sitio activo, y los que no poseen la estructura semejante, pero también tienen la facilidad de unirse al sitio activo. Generalmente, tienen aplicación farmacológica.

• No competitivos: no se unen al sitio activo, sino que lo hacen a otro sitio de la molécula y le provocan una deformación que hace que ésta no pueda cumplir con su función específica.

• Anticompetitivos: los que se unen al complejo activado que forma la enzima con el sustrato y producen un compuesto inactivo que no resulta ser el producto efectivo. Entre sí regulan su actividad

Las cadenas metabólicas son una serie de reacciones químicas a través de las cuales se producen las transformaciones de determinadas moléculas. Nuestro organismo funciona como un gran laboratorio a expensas de las diferentes cadenas metabólicas que generan los productos necesarios para mantener al cuerpo sano.

Podemos representarlas simbólicamente de la siguiente forma: A + E1 = B + E2 = C +E3 = D + E4 = F +E5 = G

Vemos que el producto de la primera reacción es sustrato de la enzima siguiente y así, sucesivamente. En cada reacción, hay enzimas específicas que regulan su actividad según las diferentes necesidades.

La enzima que cataliza la primera reacción (E1) es la reguladora de la cadena, ya que las otras modifican su actividad según el sustrato que proviene de la primera reacción. Se llama enzima alostérica (otro sitio) a aquélla que es inhibida por el producto final (G), que reduce la actividad de la E1 y la vía se autorregula. En este tipo de enzimas existen sitios reguladores en donde se une el sustrato inhibidor o estimulador (moduladores negativos o positivos) para deformarla, de modo que el sitio activo no se encuentra disponible para unirse con A o para que se favorezca la unión si es estimulador. A veces, sobre una enzima actúan varios moduladores en sentidos diferentes y según la acción resultante se inhibe o estimula la actividad según la necesidad del momento.

Clasificación según su concentración

La cantidad de enzima en una célula esta regulada por la formación y degradación de la misma. Mientras la velocidad de ambos procesos sea semejante, y la concentración de estas enzimas se mantenga constante, se denominan enzimas constitutivas. Hay otras, las inducibles, cuya cantidad aumenta o disminuye según el requerimiento de las mismas, y la presencia de determinados sustratos estimula su aparición formando lo que se llama novo enzima.

Estas importantes moléculas forman parte del sutil equilibrio que nos sostiene vivos y sanos. Los excesos o las carencias alteran el equilibrio y el cuerpo sabiamente se defiende, pero para ello se modifican cadenas metabólicas y así todo el funcionamiento bioquímico, de modo que se altera el estado de salud.

Es importante conocer, para ser conscientes de la responsabilidad que nos incumbe.

Somos el producto de nuestro actuar.