Investigadores de la Fundación Instituto Leloir y el CONICET y médicos del Hospital Udaondo están analizando muestras de pacientes para entender por qué en algunos casos falla la respuesta a la radio o quimioterapia. Es el segundo tumor más frecuente en la Argentina.

(Agencia CyTA-Fundación Leloir)-. El cáncer colorrectal es el segundo tumor más frecuente en la Argentina y presenta más del 90% de probabilidad de cura si se detecta tempranamente. Pero cuando ya están diseminados, es preciso aplicar quimioterapia y rayos y la estadística muestra que la mitad de ellos logran curarse.

Para mejorar el abordaje de este tumor y otras enfermedades gastrointestinales mediante un enfoque de medicina de precisión, científicos de la Fundación Instituto Leloir (FIL) y médicos del Hospital de Gastroenterología “Dr. Carlos Bonorino Udaondo” conformaron una unidad de investigación traslacional para transferir los resultados del laboratorio a la cama de los pacientes. La unidad fue bautizada como GENUIT y cuenta con el apoyo de la Agencia Nacional de Promoción Científica y Tecnológica (ANPCyT) a través del Fondo Argentino Sectorial (FONARSEC).

“El entrecruzamiento de datos de evolución clínica de los pacientes atendidos en el Hospital Udaondo y los análisis genéticos de sus muestras pueden arrojar información útil para mejorar los tratamientos”, afirma la doctora Andrea Llera investigadora del CONICET, directora de la Unidad asociada de Genómica en Cáncer “Genocan” que funciona en la FIL y codirectora de este proyecto junto al doctor Enrique Roca, gastroenterólogo del Hospital Udaondo.

El proyecto inicial de GENUIT se enfoca particularmente al cáncer de recto localmente avanzado. Este tipo de cáncer colorrectal es un gran desafío médico, debido a que en promedio sólo un 15% de los pacientes logra una respuesta completa al tratamiento estándar, que consiste en radio y quimioterapia seguida de cirugía. El resto de los pacientes alcanza respuestas parciales, o bien no responde, y no están claras las causas de esta gran variabilidad.

“Nuestra hipótesis es que sería posible predecir qué pacientes se beneficiarían del tratamiento y quiénes no, analizando características genómicas de cada tumor y de su microambiente (mutaciones, expresión de genes, presencia de determinadas células del sistema inmune) en conjunto con variables clínico-patológicas”, indica el doctor Osvaldo Podhajcer, jefe del Laboratorio de Terapia Molecular y Celular de FIL e investigador superior del CONICET.

Para identificar la firma molecular y los biomarcadores predictivos de respuesta a los rayos y la quimioterapia, los investigadores de la FIL están analizando muestras de 50 pacientes con cáncer de colon localmente avanzado. Y contemplan agregar otras tantas muestras de tumores más tempranos y metastásicos con el fin de armar una primera lista de las variaciones genéticas asociadas a ese cáncer para la población argentina, las que podría diferir de la que presentan los pacientes de Europa y Estados Unidos. En todos los casos, las biopsias tumorales y la sangre de pacientes en distintas etapas del tratamiento se colectan con el consentimiento de los participantes.

Las muestras están siendo analizadas con tecnología genómica de avanzada a cargo del biotecnólogo Juan Martín Sendoya, becario doctoral de CONICET en la FIL. Y se registran en una base de datos de máxima seguridad también diseñada por GENUIT, cuyos procedimientos de estudio se realizan en forma estandarizada siguiendo las Buenas Prácticas Clínicas internacionales (GCP por sus siglas en inglés).

“La posibilidad de identificar biomarcadores predictivos podría, en el futuro, ayudar a seleccionar la estrategia terapéutica más adecuada para cada paciente”, afirma Llera.

 

Los doctores Andrea Llera y Osvaldo Podhajcer, e integrantes de sus equipos que funcionan en el Instituto Leloir