En la carrera del investigador del CONICET, ya hay paridad entre hombres y mujeres en las categorías más altas del escalafón.  

(02/08/2013 – Agencia CyTA-Instituto Leloir)-. Datos de 2012 muestran que se alcanzó la paridad de género en los estratos más altos del escalafón del investigador dentro del CONICET.

En 2007 había 2.400 investigadoras y en 2012 la cifra llegó a casi 4.000. El número de hombres pasó, en ese lapso, de 2.657 a 3.255.  Y dentro de las cinco categorías del escalafón de la carrera, ellos sólo superan en número a las mujeres en la de investigadores principales (375 versus 364). En todos los otros casos, hay más investigadoras asistentes, adjuntas, independientes y superiores.

“La situación ha mejorado en términos de participación femenina”, afirmó a la Agencia CyTA la socióloga María Elina Estébanez, investigadora del Centro de Estudios de la Ciencia, el Desarrollo y la Educación Superior- Grupo Redes, asociado al CONICET. “En los segmentos de mayor reconocimiento científico de la carrera del investigador se observa ya un equilibrio entre géneros”.

De todos modos, la situación no se ha manifestado en la misma medida en otros sectores del sistema de ciencia y tecnología nacional, como las universidades. Según datos del Ministerio de Educación del 2010, la dirección de proyectos de investigación en casas de altos estudios es aún mayoritariamente masculina.

De acuerdo con Estébanez, al ejercicio de cargos directivos en el sistema científico se le suman otras tareas por fuera del trabajo específico del “laboratorio”. La doble jornada de trabajo aun sigue siendo mayoritariamente un problema femenino, y esto no ocurre solo en la ciencia. “Las mujeres pierden tiempo rico en capital social y participación política, que transcurre fuera del horario regular de trabajo, y con mucha frecuencia ocurre en los horarios en los que se ocupan de las labores familiares”, recalcó.  

Para lograr la igualdad de géneros es preciso desarticular estereotipos culturales que ubican a la capacidad de ejercer poder del lado masculino, explicó la investigadora. Y agregó que la mayor representación femenina no solo se asocia a una cuestión de equidad en la ciencia sino también a una cuestión de calidad.

Silvia Goyanes, del Instituto de Física de Buenos Aires, que recibió recientemente una mención en el Premio L’Oréal-UNESCO “Por la Mujer en la Ciencia” con el respaldo de CONICET, señaló que la maternidad no perjudicó su carrera científica. “Al contrario yo decidí terminar mi doctorado en física cuando mi hijo nació. Y recibí un apoyo infinito de mi pareja y de mis padres. Pero mi historia está lejos de ser el caso general. Creo que existe una gran diferencia si ambos integrantes de la pareja son científicos o si el hombre se dedica a otra actividad y no comprende las exigencias de nuestro trabajo”, puntualizó la investigadora del CONICET en el Departamento de Física de la Facultad de Ciencias Exactas y Naturales de la UBA.

 

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Datos oficiales de 2012 muestran que se alcanzó la paridad de género en los estratos más altos del escalafón del investigador dentro del Consejo Nacional de Investigaciones Científicas y Técnicas (CONICET), en Argentina.

Créditos: Instituto Leloir