Investigadores crearon un equipo que combina reacciones químicas y aprovecha la energía solar para purificar los efluentes del lavado de los envases luego del uso de agroquímicos para tratar los cultivos.

(22/10/10 – Agencia CyTA – Instituto Leloir / Comunicación científica UNL. Por Fernando López)-.Actualmente la disposición final de los envases vacíos de agroquímicos es un grave problema que causa contaminación. Su bien poseen comercial valor si son limpiados y destinados a otros usos, las aguas del lavado  poseen un carácter altamente contaminante debido a los residuos químicos.

Para tratar esos efluentes, investigadores de la Universidad Nacional del Litoral (UNL) idearon un reactor solar que aplica un proceso de oxidación avanzada denominado foto-Fenton. “Consiste en el uso de una reacción química a la que se le suma la energía solar como modo de degradar los contaminantes. Hicimos pruebas con un herbicida llamado 2,4-D, uno de los más difíciles de degradar, y se pudo obtener agua purificada”, aseguró el Ingeniero Enrique Albizzati, integrante del grupo de la Facultad de Ingeniería Química (FIQ) y del Instituto para el Desarrollo Tecnológico para la Industria Química (INTEC).

Pero más allá del 2,4-D, explicó que la idea es a largo plazo probar la purificación de aguas con productos tales como otros plaguicidas, fenoles, disolventes, colorantes y antibióticos, es decir en el tratamiento de efluentes de elevada estabilidad química y baja biodegradabilidad.

El proceso

En este caso el proceso de oxidación avanzada consiste básicamente en el uso de reacciones químicas aceleradas mediante el aprovechamiento de la energía del sol. La radiación solar tiene dos componentes útiles para las reacciones: la radiación ultravioleta-visible y la radiación infrarroja.

“La energía solar ultravioleta-visible genera radicales libres y acelera la velocidad de degradación de los contaminantes. A su vez, la radiación infrarroja calienta esa masa objeto de tratamiento, acelerando también el  proceso de descomposición”, destacó Albizzati.

“Agregamos agua oxigenada y una baja concentración de sales de hierro al agua residual, luego bajo la radiación solar se generan los radicales que atacan la materia orgánica y destruyen la sustancia contaminante. Al cabo de un tiempo podemos a tener agua descontaminada, porque sólo se producen dióxido de carbono e iones inorgánicos. De este modo, podemos tener agua pura”, detalló.

Volúmenes

El equipo piloto que se ha desarrollado y patentado en el Instituto Nacional de la Propiedad Industrial de Argentina (INPI) está diseñado para trabajar con 35 litros de agua. Sin embargo, la idea es aumentar la escala, para poder trabajar con mayores volúmenes. Todo depende del diseño del sistema de descontaminación y de sus condiciones de trabajo.

Las posibilidades de saneamiento de las aguas de lavado de envases de agroquímicos son múltiples, desde una planta propia para cada establecimiento industrial hasta la instalación de centros de acopio de los envases financiados por municipalidades o cooperativas: “Aún falta mucho por hacer en lo relacionado con la disposición de envases  y aguas contaminadas. Sin embargo, la preocupación es grande y está llegando a todos los ámbitos sociales”, finalizó Albizzati.