Basados en el estudio y el empleo de compuestos naturales, científicos de todo el mundo buscan obtener en el laboratorio materiales que resulten útiles para envasar alimentos, pero que a su vez presenten propiedades biodegradables, junto con la posibilidad de transferir a los alimentos nutrientes y sustancias beneficiosas para la salud.

 (02/06/10 – Agencia CyTA-Instituto Leloir. Por Bruno Geller)-. El desarrollo de envases biodegradables que además transfieran ingredientes que preserven al alimento e incidan de manera favorable en la salud del consumidor es uno de los objetivos a los que apuntan investigadores de todo el mundo. Para abordar esos y otros aspectos, integrantes de laboratorios de investigación de diferentes países y alumnos de diferentes instituciones se reunieron en Buenos Aires durante las II Jornadas Internacionales sobre Avances en la Tecnología de Películas y Coberturas Funcionales en Alimentos.

“Uno de los principios fundamentales de nuestro campo de investigación es de índole ambiental. Los plásticos que recubren muchos alimentos tienen componentes que provienen del petróleo, por lo que dañan el ambiente, convirtiéndose en mayor residuo mundial; s e trata de un material no biodegradable”, señaló a la Agencia CyTA la doctora Pilar Montero, coordinadora del proyecto Agrobioenvase del Programa Iberoamericano de Ciencia y Tecnología para el Desarrollo (CYTED). Y agregó: “Nuestras líneas de trabajo se dirigen a emplear subproductos de la industria alimentaria, por ejemplo, cáscaras de batata o de nueces, caparazón de camarón, o bien otros subproductos de origen vegetal o animal que sirvan para el desarrollo de nuevos embalajes de diversos productos alimenticios.”

Asimismo la doctora Montero, que es además directora del Instituto del Frío del Consejo Superior de Investigaciones Científicas (CSIC) de España, afirmó que las moléculas empleadas hoy para desarrollar películas o cubiertas para embalajes pueden ser de diferente naturaleza tales como: proteínas (aisladas de soja, del girasol, lácteas, pieles, huesos, restos de músculo), hidratos de carbono (almidones y fibras, entre otros elementos) y lípidos a los que se les puede incluir algún compuesto bioactivo.

Montero señala que  “algunas empresas ya recubren manzanas, o vegetales precortados con una capa invisible de hidratos de carbono, extraídos de restos de plantas y vegetales, alargando así su vida útil y previniendo el desarrollo de hongos”.

Múltiples aplicaciones

Los compuestos bioactivos que se extraen hoy de la naturaleza pueden tener diversas aplicaciones en la industria alimentaria. “Pueden ser directamente comestibles, por ejemplo, ya sea por gusto o delicatessen se puede diseñar una estructura plana como una película que tenga sabores en su interior y que al masticar se desplieguen distintas texturas, sabores y aromas. También se pueden utilizar para cubrir un alimento”, explicó Montero. Y continuó: “Estos materiales pueden tener propiedades antioxidantes, antihipertensivas, anticancerígenas y antimicrobianas, las que buscamos incorporar a los alimentos. En este sentido, además de ser útiles para conservar los alimentos sin necesidad de aplicarles altas concentraciones de conservantes, pueden resultar beneficiosos para la salud.”

Asimismo la investigadora española que se especializa en ciencia y tecnología de productos de la pesca, considera que las cubiertas y películas de compuestos bioactivos tienen un alto potencial de aplicación en el sector agrícola. “En este sector nos interesa desarrollar envases para frutos y plantas que tengan como objetivo evitar una infestación  de insectos o bien para proteger el crecimiento de plantones que suelen verse afectados por malas hierbas. Se busca entonces cubrirlos con distintos plásticos que no son biodegradables. En este sentido, uno de nuestros objetivos en desarrollar cubiertas que no sólo sean biodegradables sino que además transfieran nutrientes al suelo”, destacó Montero.

La lista de posibles aplicaciones es vasta. “Por ejemplo, cuando se hacen hamburguesas a nivel comercial se ponen papelitos para separarlas. Esos papelitos podrían ser reemplazados por otros con compuestos bioactivos que protejan la carne de los microorganismos y de la oxidación. Además podrían darle un sabor adicional y ser llevados directamente a la plancha junto con las hamburguesas”, subrayó la investigadora.

Para la doctora Montero es importante destacar que el tipo de trabajos en este campo de investigación permite desarrollar alimentos funcionales beneficiosos para la salud. “En determinados alimentos se pueden agregar nutrientes como los que aporta el omega 3,  los que pueden incluirse a través de películas y coberturas”. Al respecto, la especialista destacó el desarrollo de trabajos presentados durante las Jornadas realizadas en Buenos Aires, orientados al recubrimiento de alimentos para freír cuya acción impide que el aceite penetre, volviendo al alimento más saludable.

“Es de esperar que las empresas que producen plásticos para envases tengan en cuenta este tipo de adelantos”, afirmó Montero. Y concluyó: “Algunas industrias del alimento ya están incorporando este tipo de desarrollos y otras están empezando a darse cuenta de su utilidad, sin embargo, en las jornadas recientemente celebradas hemos coincidido, junto con especialistas de diferentes países, en que todavía queda un largo camino por recorrer, en el camino que va desde el desarrollo hasta la aplicación comercial.”

Las II Jornadas Internacionales sobre Avances en la Tecnología de Películas y Coberturas Funcionales en Alimentos fueron organizadas bajo el patrocinio de CYTED, con el apoyo del CONICET y el auspicio del Instituto Leloir, el Instituto de Ciencia y Tecnología de los Alimentos-Consejo Superior de Investigaciones Científicas (CSIC) de España, el Centro de Investigación y Desarrollo en Criotecnología de Alimentos (UNLP-CIC-CONICET) y el Instituto Nacional de Tecnología Industrial (INTI).

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La Tecnología de Películas y Coberturas Funcionales puede generar importantes aportes en la industria de los alimentos.  

 Créditos: Instituto del Frío Consejo Superior de Investigaciones Científicas

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Uno de los objetivos es desarrollar cubiertas que no sólo sean biodegradables sino que además transfieran nutrientes al suelo en diversos cultivos.

Créditos: Instituto del Frío Consejo Superior de Investigaciones Científicas