Una iniciativa del Instituto Nacional de Tecnología Industrial (INTI) y de la Secretaría de Ambiente y Desarrollo Sustentable  busca lograr que los alumnos y docentes de escuelas adquieran herramientas para reducir las emisiones de carbono que son liberadas en sus establecimientos. Contenidos relacionados con el ahorro de agua o la eficiencia energética, son transferidos, a través de herramientas prácticas.

 (21/04/10 – Agencia CyTA-Instituto Leloir)-. La participación activa de los ciudadanos en el cuidado de los recursos naturales, el medio ambiente y su sustentabilidad es clave para evitar el deterioro del planeta. Por este motivo en varios países se están implementando  programas para involucrar a grandes y a chicos  en un cambio cultural que, en definitiva, promueva una conciencia ambiental de la sociedad.

“Desde el Instituto Nacional de Tecnología Industrial (INTI) queremos generar una conciencia ambiental en la ciudadanía, para que a partir de las acciones y actitudes individuales pueda lograrse un cambio sustantivo en la forma en que nos relacionamos con el ambiente”, señaló a la Agencia CyTA la arquitecta Cristina Solanas, Coordinadora del Programa Liderazgo Ambiental y Tecnología frente al Cambio Climático.

Dicho programa, que surgió a fines de 2007, tiene como principal objetivo no sólo transferir al conjunto de la comunidad educativa herramientas metodológicas necesarias para la medición de los niveles de emisión de carbono que emiten en sus establecimientos, sino también un paquete de medidas de reducción o mitigación  de esos gases que aumentan el calentamiento global. Este proyecto también es impulsado por la Fundación Saber Cómo y la Dirección de Cambio Climático de la Secretaría de Ambiente y Desarrollo Sustentable.

A través de la Guía para el diagnóstico de emisiones que se empleará en el programa, “los niños podrán identificar aspectos relativos al uso de agua (por ejemplo cantidad de canillas que gotean, uso de bebederos o depósitos sanitarios), el consumo eléctrico derivado de la iluminación, o el tipo de lámparas que utilizan, el consumo de gas para calentamiento de agua o calefacción, el uso de equipos de aire acondicionado (relacionando la eficiencia energética del producto con el consumo eléctrico), el tratamiento de residuos y la forma de transporte que utilizan para acceder al establecimiento, entre otros”, subraya Solanas. Y agrega: “Para cada uno de estos aspectos, dispondrán los docentes y alumnos de información sobre medidas de mitigación orientadas a la reducción de emisiones y a mejorar la eficiencia energética tanto en equipos e instalaciones como a condiciones de habitabilidad de los espacios escolares. Un ejemplo de esto es proponer realizar una encuesta entre los alumnos identificando la forma de transporte y proponer organizar transportes colectivos a cargo de los padres, cuando sea en automóvil, la forma  habitual de llegada o retiro del colegio.”

Asimismo el programa promueve el uso racional del agua y el traslado de alumnos, profesores y funcionarios para realizar la plantación especies vegetales necesarias para neutralizar el Carbono emitido por el establecimiento Escolar en una área de Preservación Permanente seleccionada especialmente con el asesoramiento de especialistas del gobierno local. “Cuando hablamos de especies arbóreas que colaboren a neutralizar las emisiones producidas por las actividades del colegio, nos referimos a especies nativas, que sean provistas por las autoridades locales o  por organizaciones de la sociedad civil comprometidas con la sustentabilidad de la biodiversidad y el respeto a la naturaleza. Por otra parte el cuidado de los árboles plantados será responsabilidad de los alumnos quienes procurarán mantener vivos el número de árboles que se hubiere determinado según el cálculo de las emisiones y su neutralización”, afirmó la arquitecta.

Una vez que los establecimientos educativos demuestren que han logrado esas metas, el INTI les otorgará una certificación por colaborar en la reducción de emisiones de Carbono a la atmósfera lo que contribuye a disminuir los efectos del calentamiento global. Solanas indica que “al recibir ese certificado, los colegios seleccionados demostrarán su participación efectiva en el combate al calentamiento global y darán un ejemplo claro y concreto de Educación Ambiental para su comunidad escolar, es decir, se convertirán en un modelo a ser replicado por otros establecimientos de enseñanza de Argentina.”

Por otra parte el compromiso ambiental propuesto al sistema educativo pretende también constituirse en un modelo para el resto de la sociedad, en especial para aquellas actividades que producen altos niveles de emisiones de carbono, por ejemplo, las industrias y los vehículos.

Proyecto en marcha

Hasta la fecha ya se han realizado dos jornadas de Capacitación del Proyecto de Neutralización de Emisiones de Carbono –impartidas por especialistas en ambiente y tecnología- a docentes, especialistas en educación, representantes de asociaciones civiles y técnicos. Los contenidos de esos encuentros se han  centrado en educación ambiental, energías renovables y eficiencia energética, entre otros temas.

“En esta etapa hemos logrado constituir tres equipos, uno pedagógico, uno  encargado de elaborar los contenidos de transferencia de herramientas para la comunidad educativa –los cuales fueron concluidos- y el tercero se encargará de supervisar el modo en que las escuelas están implementando el proyecto”, explica la arquitecta Solanas. Y continua: “Ya contamos con una lista de las escuelas de Capital y de la Provincia de Buenos Aires que serán pioneras en este proyecto. En la actualidad están realizando sus planificaciones anuales para implementarlo.”

Para Solanas el propósito último de este proyecto es el de crear una conciencia que signifique no sólo entender que los recursos naturales deben cuidarse, sino que acciones positivas de mitigación de efectos dañinos sobre el ambiente, pueden ser efectivas, si todos las realizan.

“Estamos convencidos de que la creación de esta nueva conciencia, que podemos denominar ética ecológica, debe partir del sistema educativo, donde tanto docentes como alumnos, asuman el desafío de liderar un proceso profundo de cambio, considerando cada realidad local”, afirma Solanas. Y agrega: “Este proyecto debe permitir -y estamos seguros que lo hará- que los propios alumnos propongan cambios, mejoras y soluciones a los problemas ambientales de su escuela y / o de su comunidad.”

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Docentes, especialistas en educación, representantes de asociaciones civiles y técnicos en una de las jornadas de Capacitación del Proyecto de Neutralización de Emisiones de Carbono del  INTI

Créditos: INTI

 

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La arquitecta Cristina Solanas y el Lic. Daniel Heredia, coordinador técnico del proyecto de educación ambiental del INTI.

 Créditos: INTI