Nanopartículas magnéticas, de diverso tipo, fueron identificadas en las antenas de un tipo de hormigas denominadas Pachycondyla marginata. Si bien aún no se ha confirmado, esas partículas servirían como magnetosensores de campos geomagnéticos del ambiente que actuarían como una “brujula biológica”.

(10/08/09 -Agencia CyTA-Instituto Leloir).- En las antenas de las hormigas Pachycondyla marginata se distribuyen partículas magnéticas de diverso tipo, las cuales servirían como pequeños imanes para dirigir su brújula biológica y orientarse respecto del eje geomagnético Norte-Sur.

Así lo sugiere un trabajo publicado en la revista científica Journal of the Royal Society Interface.

Mediante el empleo de microscopia óptica y electrónica, Jandira Ferreira de Oliveira, del Centro Brasilero de Investigaciones Físicas (CBPF, según sus siglas en portugués), identificó partículas magnéticas de distinto tipo en tejidos de la antena de esas hormigas próximos a las células nerviosas.

Las Pachycondyla marginata fueron recolectadas en la reserva forestal Santa Geneva en Campinas, en el estado de San Pablo, Brasil. Esta especie también puede ser encontrada en Paraguay.

Eliane Wajnberg y Darci Motta de Souza Esquivel, coordinadoras del proyecto de investigación, señalan que es posible que esos elementos magnéticos funcionen como magnetosensores. “Por otro lado, se mostró que esas hormiga migran con una orientación de 13 grados con respecto al eje geomagnético Norte-Sur de la Tierra”, destacaron al ser consultadas por la agencia CyTA. En el estudio también participaron investigadores de la Universidad Técnica Manchen y la Universidad Ludwig-Maximilians, de Alemania

“La novedad de este trabajo, centrado en la búsqueda de material magnético en las antenas de las hormigas, es que se encontró un material no esperado. En general, se suelen hallar fragmentos de magnetita (un mineral de hierro con propiedades magnéticas) que son biomineralizados , es decir, producidos por el metabolismo de la propia hormiga, pero este trabajo sugiere que este insecto también puede incorporar de la naturaleza, sobre todo del suelo, nanopartículas magnéticas como maghemita, hematina y silicatos de aluminio, entre otras, las cuales son integradas en las antenas”, explica Wajnberg.

Los resultados del trabajo no garantizan que las partículas identificadas sean las únicas partículas magnéticas, ni tampoco que sean magnetosensores. “Es necesario continuar con investigaciones similares en otras partes del cuerpo de las hormigas, así como también realizar trabajos desde el área de la neuroetología (que entre otras cosas se centra en el estudio de los mecanismos del sistema nervioso con relación al comportamiento animal)”, afirmaron Wajnberg y Darci Motta de Souza Esquivel. Y concluyeron: “Sería interesante saber si el material magnético de las antenas es una propiedad particular de esta especie de hormiga, por ser migratória, por ejemplo, o si es una característica de las hormigas y de los insectos en general.”