Científicos de la Universidad Nacional del Nordeste estudian la resistencia de diversos materiales de construcción de la región exponiéndolos a la acción del río Paraná para ver la respuesta en condiciones extremas. Este tipo de estudios se realizan para lograr materiales más resistentes y de mayor durabilidad.

(22/06/09 -Agencia CyTA-Instituto Leloir / UNNE. Por José Goretta).- Un estudio científico de investigadores de la Universidad Nacional del Nordeste se encuentra probando la resistencia de diversos materiales de construcción de la región exponiéndolo a la acción del río Paraná para ver la respuesta en condiciones extremas. La acción del río permite cuantificar el desgaste de materiales que se usan en diferentes ambientes, no sólo debajo del agua.

Los investigadores del Departamento de Físico – Química de la Facultad de Ingeniería de la UNNE realizan pruebas de resistencia de los materiales tanto en el laboratorio como en el río Paraná en la zona del puente Manuel Belgrano. Actualmente analizan la corrosión en hormigones y maderas de uso en la construcción. Con anterioridad, trabajaron otros materiales como chapa, latón, acero, aluminio, cañerías.

“Probar la resistencia en el río nos permite, por un lado, evaluar aquellos materiales que se utilizan debajo del agua, pero también la acción del río reproduce condiciones extremas a las que puede estar expuesto un producto de uso constructivo” expresó Emilio García Sola, director del proyecto y del Laboratorio del Grupo Corrosión de la Facultad de Ingeniería.

Ejemplificó que la resistencia de una ventana que suele estar expuesta a humedad y lluvia se la puede estudiar en el río, así como de otros tantos materiales de uso habitual en la región.

Remarcó que mediante los ensayos planteados de determinación de la velocidad de corrosión se puede estimar la duración del material en el tiempo y también las necesidades para mejorar su resistencia en el momento de su construcción, por lo que es un aporte para empresas regionales del rubro.

García Sola comentó que el grupo científico además de contar con un lugar de estudio natural en el pontón Nº 7 del puente Manuel Belgrano, logró reproducir las mismas condiciones en laboratorio y hasta el momento las tasas de corrosión en distintos materiales son similares en laboratorio que en aguas del Río Paraná.

Los ensayos se realizan a través de diversas variables como temperatura, estación del año, condiciones de agitación del río, profundidad, tiempo de exposición, entre otros indicadores que permiten reproducir fielmente las condiciones a las cuales estarán sometidos los materiales de construcción ya sea si se utilizan debajo del agua como si están expuestos al desgaste por lluvias, humedad u otra situación ambiental.

“Estas investigaciones son de aplicación concreta pues favorece las condiciones que deben tenerse en cuenta en la construcción de materiales para su mayor durabilidad, por eso estamos trabajando en relación con los sectores industriales ligados a los materiales de construcción” expresó el profesional.

El grupo trabajó en grandes líneas de investigación como el proyecto \”Corrosión en Clima Subtropical\” y el estudio de corrosión en aguas dulces, en los que se han logrado importantes conocimientos.

De las pruebas actuales en materiales de la región, se trabajó por ejemplo con hormigón armado con algún tipo de fisura en su construcción, y se determinó por ejemplo que han sufrido desgaste y pérdida de peso, y que cuando tienen algún tipo de fisuras pierden pastas de cemento en toda la superficie de las probetas quedando los agregados gruesos sin protección pero sin desgaste visible.

En otros estudios realizados, como con acero, se determinó la velocidad de corrosión, y que si la inmersión se produce en aguas con turbulencias el valor de pérdida de peso producido puede aumentar hasta, aproximadamente, diez veces más del valor que correspondería al agua estancada.

También para aleaciones de aluminio y latón se evaluó la actividad de corrosión ante diversos niveles de agresividad del ambiente.

García Sola explicó que tanto en el río como el laboratorio están trabajando con distintas modalidades de exposición como ensayos de inmersión continua con materiales sumergidos totalmente; o semi-sumergidos para determinar el estado de los materiales con partes fuera del agua y otras sumergidas.

También se hacen ensayos de inmersión alternada, en los que se somete al material a ciclos de 30 minutos de inmersión y 30 minutos de exposición al aire. Este ensayo es el más agresivo ya que durante el ciclo son alternativamente sometidas a ataque en el agua, secado en el aire y regreso a la inmersión.

Otra técnica necesaria es el ensayo con el líquido en movimiento o con agitación que es la observación del comportamiento de los materiales simulando en el laboratorio la corriente de agua del río. Se mantiene a las probetas en inmersión continua y con el liquido en movimiento por medio de distribución uniforme mediante el ingreso de un flujo de oxigeno.

“La idea es reproducir todas las condiciones posibles del medio ambiente y las diversas presentaciones de los materiales” sostuvo el investigador, y remarcó la importancia de este tipo de estudios porque aporta información básica científica y a la vez es de utilidad directa en la comunidad.