El prefijo nano significa un milímetro dividido en 1 millón de partes es decir que si lo expresamos en metros, éste quedará dividido en 1000 millones ( 1/1000000000 m)

(07/04/09 – Agencia CyTA-Instituto Leloir. Por María Cristina Chaler) – Así de pequeña es la dimensión con que esta tecnología trabaja. Las bacterias y las células resultan grandes para estas medidas, en ellas encajan los virus, las moléculas y los átomos.

Esta tecnología manipula la materia a nivel de atómico y molecular y trabaja apenas con unas pocas capas de átomos.

A este nivel las ciencias se unifican, ya no hay física, química, ni biología, el conocimiento se torna multidisciplinario.

Las propiedades de la materia a esta escala sorprenden, ya que son diferentes de las macro propiedades. La nanociencia las está descubriendo y a medida que avanza la nanotecnología genera nuevos productos que revolucionan al mundo y se supone que lo revolucionarán mucho más.

Alrededor de 1965 el considerado pionero y premio Nobel de la Física, Richard Feynman, ya mencionaba las posibilidades de la nanociencia. En ese momento no existía el avance tecnológico actual, pero a medida que se crearon microscopios capaces de detectar materia cada vez más pequeña, esto se hizo realidad.

A principios de los ochenta fue inventado en Suiza (IBM-Zurich) uno de los microscopios que puede \”ver\” átomos como entidades independientes, este invento permitió no sólo verlos, sino también manipularlos, para poder construir dispositivos sumamente pequeños. En la actualidad hay un gran número de técnicas para las construcciones tridimensionales a nanoescala.

Eric Drexler, un ingeniero de los Estados Unidos es conocido por popularizar los potenciales de la nanotecnología molecular durante las décadas de 1970 y 1980 y es considerado uno de los mayores visionarios. También alertó del peligro de que esta técnica caiga en manos de gente inescrupulosa o enferma y que haga uso de ella con fines no humanitarios, o bien que se descontrolen de alguna manera estas nano máquinas.

Mundialmente las inversiones en investigación sobre nanociencia se han ido incrementando, y se cree que se producirá la revolución industrial del siglo XXI, esta tecnología se puede equiparar a la informática y a la genética.

Aunque le falta mucho camino por recorrer, se supone que dentro de unos diez años podremos ver sorprendentes resultados, aunque ya hay varias aplicaciones.

Podemos hacer una gran lista de muchos de los avances en los últimos tiempos como:

• Manipulación de células vegetales.

• Construcción de catalizadores para el control de la contaminación ambiental.

• Fabricación de combustibles no contaminantes.

• Nanotubos de carbón y productos relacionados.

• Músculos artificiales con nanotubos.

• Nuevas técnicas quirúrgicas.

• Nano pirámides para matar células cancerígenas.

• Nanopartículas para el transporte de genes destructores de tumores.

• Sensores de nanotubos

• Imágenes moleculares

• Sistemas informáticos.

• Celdas fotovoltaicas.

• Nanominerales para resinas plásticas.

• Superconductores

• Nanocristales y nanopartículas

Si se construyen “maquinas pequeñas” que reciben órdenes, estas podrían actuar a nivel celular y trabajar dentro de un sistema biológico generando cambios adecuados y quizás se podrían curar enfermedades hasta ahora incurables. La aplicación de la nanociencia a la medicina recibe el nombre de nanomedicina.

El hombre es un ser muy inteligente, lo repetimos muchas veces a través de todas las notas de Ciencia Fácil, es importantísimo el buen uso de esta inteligencia para no dañar el Equilibrio Universal.