(25-11-08 – Agencia CyTA-Instituto Leloir- María Cristina Chaler) – En nuestra vida cotidiana estamos acostumbrados a ver todo lo que nos rodea, a lo largo, a lo ancho y a lo alto. Los cuerpos tienen volumen y nuestro movimiento es tridimensional.

Cuando vamos al cine, la película da apariencia de volúmenes, pero en realidad, sus personajes se mueven en largo y alto y no pueden salir de la pantalla, es decir, están en un mundo de dos dimensiones.

En este mundo de volúmenes, ¿qué pasa con el tiempo?

El tiempo sólo pasa, es decir transcurre aparentemente en forma independiente del lugar en donde nos encontramos y las diferencias sólo son motivadas por ubicación geográfica, pero en el infinito universo y de acuerdo con la ley de la relatividad general, el tiempo constituye la cuarta dimensión y está ligado a las otras tres.

Recordemos la nota de relatividad general en donde hablábamos del tiempo. Allí expresábamos lo siguiente:

“¿Qué es el tiempo?\”

Considera Einstein que poseemos un concepto psicológico del tiempo que tiene que ver con el recordar hechos y ubicarlos en forma ordenada.

La relatividad introduce un concepto diferente de tiempo, se pierde la independencia del mismo, y éste constituye una cuarta dimensión que varía con la posición, la velocidad del punto donde se encuentra el reloj y con el sistema de referencia desde donde tomemos las medidas.”

“El espacio no es un absoluto independiente sino que esta íntimamente relacionado con el tiempo y las masas que contiene. No hay quietud, sino movimiento continuo, no existen los cuerpos rígidos, sólo encontramos moluscos de referencia porque sus formas van variando según la velocidad y el sentido en que se muevan.”

De modo que aquello que en este planeta medimos con relojes, y aparentemente es algo que avanza para todos igual, no es así en el espacio. El tiempo se distorsiona según el lugar del espacio en donde nos encontremos. Si hiciésemos una excursión a través del Universo, el tiempo cambiaría según el recorrido que eligiéramos. Esto por supuesto ya está comprobado científicamente, pues los relojes atómicos de los satélites que nos orbitan, marcan tiempos diferentes según la trayectoria que recorran.

En una singularidad (agujero negro) el tiempo aparentemente no transcurre ya que la gravedad infinita no lo permite.

Aparentemente antes del Big Bang el tiempo no existía de modo que nace, con la energía y no hubo un antes, sino que sólo podemos hablar de un comienzo.

El hombre posee una mente adaptada a tres dimensiones y por esta razón le resulta difícil de comprender estas cuestiones. Podemos estar seguros que la realidad que se percibe desde este pequeño punto del Universo, el planeta Tierra, no es “LA REALIDAD”, sólo es una percepción distorsionada por nuestros sentidos de la Verdad del Universo que hasta ahora no nos es totalmente conocida y todavía queda un largo camino por recorrer para poder comprenderla.

Recordemos la Nota de materia y energía que decía:

“El núcleo del átomo es el único que posee masa, es decir que tiene peso, y éste en relación con el tamaño atómico es 1840 veces menor. Dibujemos un punto de 1cm de diámetro dentro de una enorme esfera de 18 metros y medio y eso nos dará la idea de la relación de tamaño entre el núcleo y el átomo. Lo único que pesa, es decir, que posee materia, es ese núcleo y el resto de la esfera es espacio vació en donde se encuentran girando los electrones (energía eléctrica negativa) que compensa la carga positiva nuclear.”

“Es decir que el átomo prácticamente es espacio vació”, y no olvidemos que nosotros estamos formados por átomos.

Si pudiésemos condensar a un ser humano en sus núcleos (única materia) tendríamos un cubito de aproximadamente 1cm de lado, con el peso que esa persona tenía antes de ser comprimido. Por lo tanto no somos tan materiales como parecemos. Podríamos agregar que como la materia puede ser transformada en energía (E = m .c2) según la Ecuación de Einsten ese cubito podría desaparecer generando una enorme cantidad de energía nuclear.”

“Por lo tanto es momento de preguntarse ¿Existe realmente la materia tal como nuestros sentidos la conciben?”

Como vemos nuestros sentidos nos engañan, para la comprensión de todo lo que nos rodea y también en la comprensión de lo que llamamos tiempo.

La teoría del todo, que aún no ha dejado de ser Teoría propone 11(once) dimensiones más para poder explicar la existencia del Universo y nuestra mente, ya en este punto eclosiona porque no estamos preparados para pensar en ello.

La Ciencia avanza porque la inteligencia humana es muy poderosa y descubre de a poco lo que está desde hace más de 15000 millones de años. El Hombre debería aceptar a medida que avanza en sus descubrimientos su pequeñez ante las verdades Universales que aún desconoce.