Dieciocho premios Nóbel que integran el jurado que está seleccionando a quienes se harán acreedores del premio Rey Jaime I, solicitaron la firma de un pacto mundial que declare Patrimonio de la Humanidad al agua.

(04-06-08 – Agencia CyTA, Instituto Leloir) – La versión “on-line” del diario español “El País” informó el martes 3 de junio que los 18 Premios Nóbel que participan como miembros de los jurados de la 20ª edición de los galardones Rey Jaime I reclamaron durante la mañana, que el agua dulce, un recurso “escaso y mal distribuido”sea considerada Patrimonio de la Humanidad. La “gran preocupación” por los problemas de disponibilidad, “que condicionan el futuro de la Humanidad”, ha llevado a los jurados a plantear un llamamiento a la conservación “por parte de todos de un bien tan preciado”.

El jurado de los Premios Rey Jaime I, dedicados a la promoción de la investigación y el desarrollo científico en España, emitió la declaración poco después de reunirse para deliberar sobre la elección de los premiados en las seis modalidades: investigación básica, economía, investigación médica, protección del medio ambiente, nuevas tecnologías y urbanismo, paisaje y sostenibilidad. Los ganadores de cada categoría, quienes se harán acreedores de 100 mil euros cada uno, serán anunciados esta semana.

Hacia un pacto mundial

En rueda de prensa antes del inicio de las deliberaciones, el investigador mexicano y Nóbel de Química en 1995 Mario Molina, descubridor del agujero en la capa de ozono, reclamó un gran pacto internacional que fije medidas concretas para mejorar la eficiencia energética y ahorrar más agua. A su juicio, hay “un desfase muy importante” en cuanto al liderazgo mundial que debería existir para promover tanto la limitación de las emisiones de gases, como una mayor eficiencia energética, lo cual pasa por una mejor seguridad de las centrales nucleares y una incentivación de las energías renovables.

Asimismo, Molina destacó que las concentraciones urbanas, si están bien administradas, pueden contribuir al ahorro de agua y a aprovechar mejor los recursos energéticos. “No tienen por qué ser una raíz del problema”, sostuvo.

Además, el investigador mexicano manifestó que el hecho de que el agua esté “subsidiada” en la mayor parte del mundo hace que sea “barata” y que la gente no tenga “incentivos para cuidarla”.

Los ponentes no descartaron que pueda subir el precio del agua. “Ocurrirá, sin duda alguna”, aseguró el investigador Santiago Grisolía García, coordinador de los premios. No obstante, según la óptica de Molina, sería más conveniente que se gravara sólo el consumo elevado.