Paleontólogos de Argentina y los Estados Unidos descubrieron en la Antártida restos fósiles de una especie de dinosaurio desconocida hasta la fecha. El animal, bautizado como Glacialisaurus hammeri, medía alrededor de ocho metros, desde la cola hasta la cabeza, y pesaba de cuatro a seis toneladas. Vivió en esa región hace 190 millones de años.

(02/01/08 – Agencia CyTA_Instituto Leloir. Por Bruno Geller) – Dos paleontólogos, Diego Pol, de Argentina, y Nathan Smith, de Estados Unidos, concluyeron que el fémur, el tobillo incompleto y los pies de un dinosaurio encontrado en la Antártida corresponden a una especie de dinosaurio que hasta la fecha no había sido clasificada. El enorme vertebrado vivió en esa región hace 190 millones de años al comienzo del período Jurásico. Los resultados de la investigación fueron publicados en la revista científica Acta Palaentologica Polonica.

“La nueva especie ha sido bautizada con el nombre de Glacialisaurus hammeri en honor a William Hammer, un geólogo del Colegio Augustana de Rock Island (Illinois, Estados Unidos)”, señala Diego Pol, investigador del CONICET, quien actualmente trabaja en el Museo Paleontológico Egidio Feruglio, en Chubut.

Fue en el verano austral de 1990 a 1991 cuando Hammer y un equipo de investigadores encontraron los fósiles de ese dinosaurio en el monte Kirkpatrick, en la región del Glaciar Beardmore en la cordillera transantártica.

Los fósiles estuvieron cerca de tres años en preparación. “Esto significa que fue removida la roca sedimentaria en la cual se encontraban inmersos. Es un proceso lento y que debe hacerse con cuidado para no dañar los huesos”, explica Pol y agrega: “Los materiales deben haber estado sin estudiar unos diez años o más, porque no existían conocimientos para interpretar la identidad de esos restos”.

Finalmente Hammer pidió a Pol y a Smith, de la Universidad de Chicago, que estudiaran los fósiles. El análisis del material les permitió concluir que se trataba de un dinosaurio cuadrúpedo que medía aproximadamente ocho metros de cola a cabeza y que pesaba de cuatro a seis toneladas.

“Existe evidencia de que en la Antártida existían árboles muy altos lo que explicaría la larga longitud de los cuellos de los Glacialisaurus hammeri y mostraría qué parte de su dieta se basaba en plantas”, afirma Pol y continúa: “Desafortunadamente no hay restos dentales o de cráneo que nos permitan dilucidar con claridad qué es lo que comían”.

De acuerdo con el paleontólogo, el Glacialisaurus forma parte de un grupo de dinosaurios conocidos como sauropodomorfos. “Es un miembro relativamente primitivo de ese grupo. Los sauropodomorfos son uno de los grupos más exitosos y fascinantes desde el punto de vista evolutivo porque incluyen como miembros a los saurópodos, esos grandes dinosaurios herbívoros cuadrúpedos de cuello y cola larga que fueron los animales terrestres más grandes que existieron en la historia de la vida en la Tierra”, señala el experto.

Jurassic Park

Los fósiles del ahora bautizado Glacialisaurus hammeri hallados por Hammer son los primeros restos de un dinosaurio perteneciente al grupo de los Sauropodomorfos que se hayan encontrado en la Antártida.

“El Glacialisaurus hammeri era un miembro más primitivo dentro del grupo de los sauropodomorfos que los saurópodos”, explica Pol.

“Es un pariente cercano de una especie de dinosaurio encontrado en rocas del Jurasico inferior en la China, lo cual demuestra que para esa época, aun las faunas del hemisferio norte y sur no eran tan diferentes como lo fueron después del Jurasico Superior. Esto se debe a que para el Jurasico inferior los continentes del norte y del sur aún estaban unidos en el supercontinente Pangea”, destaca Pol.

Otra novedad que se desprende del estudio surge a partir del descubrimiento de otros fósiles hallados en la misma zona donde fueron hallados los restos del Glacialisaurus. “En la región del Glaciar Beardmore también se encontraron fósiles de un saurópodo que habitó ese lugar en el mismo período que el Glacialisaurus hammeri”, señala Pol.

De acuerdo con Pol, algunas hipótesis postulaban que los saurópodos reemplazaron a los sauropodomorfos primitivos, “sin embargo, la presencia conjunta de ambas formas en el mismo momento y lugar demuestra que ambos grupos coexistieron y convivieron en el mismo ecosistema del Jurásico”.