Más de un millón de extranjeros, entre ellos científicos, ingenieros e investigadores, enfrentan problemas para conseguir residencia en los Estados Unidos. Los analistas sugieren abreviar los trámites y dar cabida a una masa, que genera un elevado porcentaje de las innovaciones.

(22-10-2007. Agencia CyTA-Instituto Leloir. Por Alejandro Manrique) – En un estudio llevado a cabo por las universidades de Duke, Harvard, y Nueva York de los Estados Unidos, se especificó que más de un millón de trabajadores calificados compiten anualmente por visas de residencia en ese país. Esta situación podría alimentar una emigración de trabajadores calificados que retornen a sus países de origen.

El reporte, denominado “Intellectual Property, the Immigration Backlog, and a Reverse Brain-Drain”, proporcionado por la Fundación Ewing Marion Kauffman, es el tercero de una serie de estudios que centran su atención en las contribuciones de los inmigrantes a la competitividad global de la economía de los Estados Unidos.

“Los Estados Unidos se benefician de tener en su país a innovadores del extranjero que desarrollan sus ideas”, dijo Vivek Wadhwa, ejecutivo de la Duke University y autor principal del informe.

“Cuando los extranjeros llegan aquí colaboran con los estadounidenses en el desarrollo de patentes y nuevas ideas que emplean en negocios en una forma que no lo harían en sus países de origen”, sostiene el investigador.

Empresarios indios a la cabeza

De acuerdo con la fundación que promovió la investigación, el punto clave del trabajo es que la cantidad de trabajadores calificados que espera su visa es mucho mayor que el número que podría ser admitido en los Estados Unidos, un desequilibrio que crea las condiciones para una emigración a la inversa.

Para el 2006, el número total de extranjeros que espera obtener una residencia legal permanente en los Estados Unidos se estimó en más de un millón. Además, el reporte citó a más de dos millones de individuos residentes en diferentes países de todo el mundo que esperan conseguir ese estatus legal.

Los anteriores informes habían establecido que una de cada cuatro compañías de ingeniería y tecnología fundadas entre 1995 y 2005 fue establecida por extranjeros que inmigraron a los Estados Unidos. Los investigadores hallaron que dichas compañías emplean a 450 mil trabajadores, generando más de 50.000 millones de dólares durante 2006, ocupando los empresarios indios el primer lugar entre los fundadores de nuevas organizaciones.

Otro dato recabado por el trabajo es que los inmigrantes poseían una educación avanzada en ciencia, tecnología, matemática y disciplinas relacionadas con las ingenierías. Un 95 por ciento de ellos poseían un título de grado universitario y un 75 por ciento, contaban con un master o doctorado.

El estudio también halló que los extranjeros que viven en los Estados Unidos fueron considerados inventores, o co-inventores, en un 25 por ciento de las solicitudes de patentes internacionales de ese país en 2006, lo que significa un incremento de más de un siete por ciento comparado con una década atrás.

El vicepresidente de Investigación y Políticas de la Fundación Kauffman fue categórico al referirse a la importancia de facilitar la legalización de los inmigrantes calificados: “Dado que la ventaja comparativa de los Estados Unidos en la economía global reside en crear conocimiento y aplicarlo a los negocios, es necesario que el país considere cómo podríamos ajustar políticas para reducir los trámites de inmigración pendientes, estimular la permanencia de los innovadores, y atraer a los nuevos”.

El desafío para los Estados Unidos es grande. Para los países en desarrollo también.