Un grupo del Instituto de Biología Celular y Molecular de Rosario investiga aspectos básicos del metabolismo del tomate y, en cooperación con Grupos de las Facultades de Agronomía de la UNR y del INTA, se orientan a obtener resultados tecnológicos mediante investigaciones aplicadas.

(20/6/07 – IBRnews) – La Dra. Estela Valle, investigadora independiente, profesora asociada y miembro del Instituto de Biología Celular y Molecular de Rosario, junto a un grupo de colegas del IBR, investiga desde hace años los aspectos básicos del metabolismo en la especie Solanum lycopersicum (tomate). Utilizan esta especie por dos razones principales, en primer lugar porque el tomate es una planta que se emplea como modelo de estudio en la comunidad científica internacional, y por otra, porque tiene gran importancia económica, tanto en el mundo como en nuestro país.

El objeto de estudio es el fruto, porque es la parte de la planta que le confiere valor alimenticio y comercial a esta especie. Lo que interesa al grupo de investigación es conocer las propiedades de las especies silvestres de tomates, ya que podrían contribuir a mejorar la calidad de los actuales frutos cultivados.

Valle explica que se estudian esencialmente dos aspectos del fruto: la regulación de las vías metabólicas que llevan a la producción de aminoácidos -en particular glutamato- cuando madura, y las condiciones intrínsecas que permiten alargarle la vida una vez cosechados (vida post-cosecha).

“Este estudio nos interesa porque algunos aminoácidos, incluido el glutamato, contribuyen a la manifestación del sabor y nos preocupa la post-cosecha porque se busca que la calidad del fruto (y su valor comercial) pueda mantenerse inalterable en góndola durante más días, es decir, sin manifestaciones de daño oxidativo”, amplía la investigadora.

Dado que este Grupo realiza investigación de mediano y largo plazo, sus integrantes han definido e implementado una estrategia de vinculación en red con otros Grupos, cuyo objetivo se centra en la ejecución de investigaciones más aplicadas, a fin de obtener resultados tecnológicos. Una parte importante de los trabajos se realiza en cooperación con Grupos de las Facultades de Agronomía de la UNR y del INTA, quienes a su vez les proveen las distintas especies del género Solanum.

Por otra parte, este equipo intervino en la fundación de la Red Latinoamérica de Solanáceas (Lat – Sol) y colabora con ella esforzándose por potenciar las investigaciones en el marco de un intercambio internacional entre Grupos que albergan todas los etapas del conocimiento -desde la investigación básica al desarrollo tecnológico de las Solanáceas-, incluído el tomate.

Otro de los objetivos de este grupo del IBR es formar recursos humanos altamente calificados en ciencia y tecnología desde la Universidad. “Nos sentimos con la obligación de ofrecer a las empresas innovadoras de la región que se desenvuelven en nuestro campo de conocimiento (la biología molecular, la biotecnología o la bioquímica) el elemento quizá más importante de la competitividad: jóvenes formados al mejor nivel del conocimiento”, puntualiza Valle.

Otros dos objetivos importantes son contribuir a la renovación del plantel de investigadores del sistema nacional de ciencia, tecnología e innovación, y promover el espíritu emprendedor y la constitución de empresas innovadoras de base tecnológica desde el seno de los estudiantes y jóvenes que trabajan en estos laboratorios. “Una de las formas que tenemos de mostrar a las empresas y a la sociedad el éxito de nuestro esfuerzo son las publicaciones científicas (o patentes); porque para que una publicación de esta naturaleza pueda ser posible se requiere: novedad, inventiva, rigor científico, capacidad de uso de las nuevas herramientas o tecnologías, modernos equipos, entre otras cosas. En síntesis, buscamos que nuestros alumnos lleven consigo la capacidad de crear y producir innovación”, agrega Valle.

Finalmente, este Grupo también indaga aspectos relacionados con el estrés oxidativo, utilizando como objeto de estudio la especie Arabidopsis thalian debido a que se cuenta con conocimiento genético muy desarrollado. “Esto nos permite avanzar rápidamente en la generación de nuevos conocimientos en este tema, con el objetivo claro de aplicarlos en el estudio de los frutos de tomate”, finaliza la investigadora.