Científicos y tecnólogos argentinos asesoran a través del Programa de Prevención del Infarto en Argentina (PROPIA) a diversas localidades que buscan mejorar la salud cardiovascular de sus habitantes.

(26/6/07 – Agencia CyTA-Instituto Leloir. Por Irene A. Maier-CIC) – Cambiar hábitos perjudiciales es más fácil si nuestros amigos y vecinos nos acompañan y si la comunidad brinda espacios donde poner en práctica conductas más saludables. Este es el principio que inspira una serie de proyectos que se están llevando a cabo en varias localidades argentinas para incentivar a sus habitantes a adoptar una alimentación más sana, realizar mayor actividad física y abandonar hábitos nocivos como el alcoholismo y el tabaquismo.

Los planes están basados en programas diseñados cerca de treinta años atrás en Finlandia, gracias a los cuales se logró disminuir drásticamente la alta tasa de mortalidad que las enfermedades cardiovasculares causaban en la población. Programas de este tipo fueron adoptados posteriormente por la Organización Mundial de la Salud (OMS) y la Organización Panamericana de la Salud (OPS). En nuestro país, están siendo difundidos entusiastamente por el Programa de Prevención del Infarto en Argentina (PROPIA).

Planes de acción

Los programas comienzan con un diagnóstico de la salud de la localidad, tomando una muestra estadística de sus habitantes a la que se realizan encuestas sobre hábitos de vida y análisis clínicos para determinar valores de grasas y azúcar en sangre, medidas de niveles de presión arterial, de peso y de talla.

A partir de estos resultados, se planifican actividades para tratar de modificar hábitos perjudiciales para la salud, introduciendo otros beneficiosos. Esto se realiza con la intervención de las autoridades locales, instituciones sociales y líderes de la comunidad. Al cabo de esta etapa, se realiza nuevamente una evaluación de la salud poblacional, que sirve de guía para perfeccionar las intervenciones del programa.

Como el PROPIA tiene su sede central en la Facultad de Ciencias Médicas de la Universidad Nacional de La Plata (UNLP) y depende también de la Comisión de Investigaciones Científicas de la Provincia de Buenos Aires (CIC), sus actividades de prevención se iniciaron en las localidades bonaerenses de Balcarce, Olavarría, Necochea y Cabildo. Posteriormente, se incorporaron al proyecto poblaciones de las provincias de Chaco, Entre Ríos y Santa Fe, a las que se siguen sumando otras nuevas.

Con una pequeña ayuda de mis vecinos

La difusión de los peligros de ingerir en exceso grasas animales e hidrogenadas y azúcares, y los problemas causados por el alcohol, el tabaco y el sedentarismo, no son suficientes. Muchas personas tienen la información, pero no logran modificar sus hábitos perjudiciales, que nacen de costumbres arraigadas en la sociedad. Por eso, además de dictar conferencias sobre nutrición y estilos de vida saludables, el PROPIA pasa del consejo a la acción y \”da un empujoncito para que arranque\” la prevención.

Esta acción se pone en marcha con actividades físicas recreativas y grupales propiciadas por los municipios e instituciones sociales, tales como caminatas, paseos en bicicleta o clases de baile.

Además, se incentiva a los fumadores para que dejen el tabaquismo y se los alienta a adherirse a la campaña \”Abandone y Gane\”, auspiciada por la OMS. Este es un certamen en el que los participantes se comprometen a no fumar al menos por un mes, y se sortea entre ellos un premio como incentivo. Se ha comprobado que el marco del concurso fortalece la resolución de los que quieren abandonar el hábito y que muchos de los participantes lo hacen definitivamente.

Alimentos más saludables

Un aspecto importante del PROPIA es lograr que en las localidades se disponga de alimentos de consumo masivo que tengan ingredientes más sanos y sean al mismo tiempo apetitosos. Para ello, toman contacto con productores y comerciantes, y los asesoran para mejorar sus productos, eliminando grasas animales o hidrogenadas.

Por ejemplo, en las localidades chaqueñas de Quitipili y Hermoso Campo el Programa asesoró a los panaderos para elaborar un pan con agregado de fitoesteroles, sustancias que dificultan la absorción de colesterol en el intestino. En otras localidades se adiciona a los panificados aceites vegetales y semillas, como las de lino y canola, que contienen ácidos grasos insaturados omega 3, 6 y 9, y por tanto disminuyen el colesterol.

El PROPIA cuenta también con la colaboración de tecnólogos que, en los laboratorios de la UNLP, desarrollaron fideos, galletitas, dulce de leche y alfajores \”saludables\”, libres de grasas saturadas e hidrogenadas.

Por otra parte, expertos en Veterinaria lograron producir pollos cuya carne y huevos tienen menos colesterol y están enriquecidos en ácidos grasos insaturados. La transferencia del \”know how\” para elaborar estos productos se realiza a través de la Dirección de Vinculación Tecnológica de la UNLP.