(6/12/06 – Agencia CyTA-Instituto Leloir. Por María Cristina Chaler) – La Química es una Ciencia Exacta que estudia aquellos fenómenos que modifican la naturaleza íntima de la materia. Cuando estos fenómenos ocurren, la sustancia deja de ser lo que era antes de que tuviesen lugar, por lo que decimos que se transformó.

El científico en general, y en especial el químico, tiene una mirada muy distinta a la del hombre común, ya que observa con su interés puesto en el micro mundo de la materia. Cuando estudia un sistema material, enfoca el proceder de las moléculas, por lo tanto, lo ve muy distinto de como se presenta, se cuestiona sus propiedades y busca las explicaciones de su comportamiento.

El brillo, para el químico, es movimiento de electrones; el color es la devolución por parte de las moléculas de una energía perteneciente a la luz que no absorben; la fragilidad tiene que ver con el rechazo de cargas eléctricas en la estructura de la sustancia; los estados son producto de las fuerzas intermoleculares; y la materia no es más que electricidad condensada y abundante espacio vació, de modo que se presenta ante nuestros ojos con una apariencia contundente, que no es tal.

La realidad, para un químico, se muestra de otra manera que para el hombre común. El químico necesita profundos conocimientos, que le aportan las Matemáticas y la Física, pues el mundo es físico-químico, y las teorías en que se apoyan los descubrimientos se rigen por leyes matemáticas.

Luego de estudiar y observar profundamente lo que lo rodea, el químico se anima a modificarlo, para lo que desarrolla metodologías a fin de sintetizar sustancias que le serán útiles al hombre y le proveerán confort y progreso. La petroquímica, por ejemplo, fue una de las ramas de la química que hacen gozar a la humanidad de beneficios y confort sin los cuales ya no podría vivir.

Si observamos lo que nos rodea, donde coloquemos la vista encontraremos el trabajo de un químico: las pinturas, los revestimientos, los plásticos, el papel, las tinturas, los vidrios, los cristales, el cuero sintético, la fotografía, la tecnología de alimentos, los medicamentos, las investigaciones criminologícas, la descontaminación del medio ambiente, los análisis clínicos, los fertilizantes para el agro, las investigaciones arqueológicas, el genoma… y podríamos nombrar muchísimas aplicaciones más en donde interviene el campo de la química.

Las Ciencias Químicas se dividen en dos grandes ramas: Química Inorgánica y Química Orgánica. La primera estudia todo lo referente al reino mineral, mientras que la segunda es la química de la materia viva y sus productos derivados, por ejemplo, el petróleo.

Dentro de ambos grupos tenemos las ramas de las Químicas Analíticas, que se dedican a investigar sistemas y descubrir qué tipos de sustancias los componen y en qué cantidad.

La investigación de los fenómenos esta a cargo de la Físico Química, que estudia los por qué de todo lo que ocurre químicamente en la materia e incluso las distintas teorías atómicas, la mecánica cuántica, la velocidad de las reacciones y cómo influyen determinadas sustancias como aceleradores o retardadores de algunas de ellas. Explica todo ello con engorrosos cálculos matemáticos que confirman los resultados experimentales. Aquí encontramos el punto de contacto entre la Física y la Química.

La tecnología y el análisis de los alimentos son estudiados por una rama de la química llamada Bromatología.

Lo referente a la industria lo estudia la Química Industrial, que se ocupa de profundizar fenómenos que ocurren en los procesos industriales, como la destilación, evaporaciones, formación de cristales, transmisiones de calor, mezclas y resistencia química de los materiales.

En el nivel de la Medicina, la Química se transforma en Bioquímica o Química Biológica, que estudia las complejas reacciones de los organismos vivos. Los avances de los últimos años confirmaron que las enfermedades comienzan en las bio-moléculas y tienen una íntima relación con la Quimica Biológica. La célula es un pequeño pero complejísimo laboratorio que tiene que funcionar muy bien para que gocemos del estado de salud. Conociendo profundamente la Química Biológica, podemos diagnosticar en forma más precisa muchas enfermedades y también llegar rápidamente a su cura.

Todos estos estudios ampliados y profundizados con conocimientos de Física y Matemáticas hacen del científico químico un especialista con gran capacidad para encarar la solución de problemas que necesitan de una profunda investigación.

La ciencia pura investiga, y la tecnología debe encontrar aplicación a los descubrimientos que ésta realiza, con el único fin de promover el bien y el confort de la humanidad.

Todo ésto despierta un gran debate ético, en el que no vamos a profundizar, ya que la Ciencia y la Tecnología poseen en sí una finalidad extremadamente positiva, que sólo el hombre corrupto desvirtúa y pervierte. El hombre es un ser conflictivo, que no siempre se encamina por los senderos correctos.

¿Cuáles son los caminos correctos?

• Aquellos que nos benefician manteniendo nuestra integridad como personas y no superponiéndose a los derechos de otros.

• Son los que responden a valores universales, para vivir en armonía con uno mismo, con quienes nos rodean y sobre todo con el Universo.

• Son los que no alteran el sutil equilibrio de la naturaleza.

• Son los que respetan al ser y sobretodo a la naturaleza.

• Son los que nos permiten vivir y dejar vivir.

El estudio de las Ciencias Puras tiene por objetivo la apropiación del saber enfocado hacia los fenómenos de la Naturaleza y del Universo. En algún punto las Ciencias se encuentran con la Filosofía