La inflamación cerebral que desemboca en el mal de Parkinson puede estar asociada con trastornos alérgicos como la rinitis, según un reciente estudio estadounidense. Expertos consultados opinan que si bien las dos afecciones estarían ligadas por un componente inmunológico, quienes sufren esa reacción alérgica no deben alarmarse.

(14/08/06 – Agencia CyTA – Instituto Leloir. Por Florencia Mangiapane)– Investigadores de la Clínica Mayo, de Minesota, Estados Unidos, descubrieron que los enfermos de Parkinson tienen tres veces más probabilidades de haber sufrido rinitis alérgica en algún momento de la vida, que las personas que no padecen el mal, según informa la revista New Scientist.

Los resultados del estudio, que fueron publicados originariamente en la revista científica Neurology, sugieren que los procesos alérgicos, como la fiebre del heno, pueden estar asociados con la inflamación cerebral que acelera el inicio de ese trastorno neurológico degenerativo.

“La gente que sufre rinitis alérgica desarrolla una respuesta inmune, respuesta que probablemente también afecte al cerebro, produciendo inflamación”, señala el neurólogo clínico James Bower, que llevó adelante la investigación.

El equipo de Bower comparó a casi doscientos enfermos de Parkinson con otros tantos que no padecían el mal y detectó que los primeros tenían 2,9 veces más probabilidades de haber sufrido alguna vez rinitis alérgica, inflamación de las vías nasales que se produce como consecuencia de una reacción de sensibilidad al polvo, algunas plantas, el pelo de los animales, o el polen.

“Es posible que como resultado de esta inflamación se liberen determinadas sustancias químicas en el cerebro que destruyen de forma silenciosa a las células, como sucede en el Parkinson ?explica Bower a New Scientist?. La dolencia, caracterizada por la debilidad muscular, sobreviene cuando mueren grandes cantidades de células productoras de dopamina en el cerebro. Como consecuencia, la persona pierde el control voluntario de sus músculos.”

Los autores del trabajo creen que de ahora en más es factible pensar en nuevos modos de prevenir el Parkinson, aunque se necesita profundizar la investigación antes de que puedan descubrirse drogas que protejan a las personas contra la enfermedad. En estudios anteriores, se había demostrado que los fármacos antiinflamatorios no esteroides, como el ibuprofeno, podían cumplir esa función, aunque de manera parcial.

Otros expertos reconocen que la relación entre la rinitis alérgica y el Parkinson no es disparatada, pero advierten que hay que ser cautelosos a la hora de interpretar los resultados.

“Pensándolo a la luz de observaciones de reconocidos neurólogos, como el ya fallecido profesor Diego Brage, es probable que la enfermedad de Parkinson tenga un componente inmunológico”, explica el doctor Natalio Salmun, médico especialista en alergia e inmunología y presidente de la Fundación para el Estudio del Asma y otras Enfermedades Alérgicas (FUNDALER).

“La rinitis alérgica es también una patología del sistema inmunológico y ese componente podría ser la única relación entre ambas enfermedades, aunque me inclino a pensar que el antecedente de padecer rinitis alérgica no puede ser un factor que posibilite el desencadenamiento del Parkinson”, agrega el doctor Salmun, que es además presidente de la Fundación Internacional de Asma y Alergia (UNASMA) y codirector del Instituto Argentino de Alergia e Inmunología.

Kieran Breen, director de investigaciones de Parkinson’s Disease Society, de Gran Bretaña, arriesgó incluso que la relación puede ser la opuesta: “La investigación de Bower no establece que la rinitis alérgica sea una causa del Parkinson. En realidad, puede contribuir a demostrar que ese trastorno podría ser una de las consecuencias del mal”, comentó a New Scientist. “La gente que tiene rinitis alérgica no debería preocuparse por los resultados del estudio”, concluyó.