Érase una vez un grupo de seis Nobles que todo lo poseían, tal es así que nada los impulsaba a reaccionar, hasta el punto de permanecer completamente inertes ante toda situación. Los súbditos, por el contrario, permanentemente querían lograr lo que estos nobles tenían, por lo tanto se esforzaban, reaccionaban y se asociaban para poder semejarse a ellos.

(14/08/06 – Agencia CyTA-Instituto Leloir. Por María Cristina Chaler) – En una nota enviada por CyTA-Instituto Leloir el 7 de agosto pasado, presentamos al átomo como un pequeño núcleo cargado positivamente rodeado de electrones (negativos), que neutralizan la carga nuclear.

Estas partículas no están dispuestas en el espacio vació atómico al azar, sino que “orbitan” en niveles energéticos. Es así que el átomo tendrá tantos niveles como sea necesario para que los electrones circulen en ellos.

Estos niveles tienen capacidad limitada para contenerlos, de modo que el primero (el que se encuentra más cerca del núcleo) sólo puede contener dos electrones, el segundo ocho, el tercero dieciocho, y así en adelante, con capacidad restringida. Pero hay una limitación esencial de la disposición de los electrones: en el último de los niveles nunca habrá más de ocho electrones.

Estos Nobles de los que habla el relato se llaman Helio, Neón, Argón, Criptón, Xenón y Radón, y tienen algo que los demás elementos no poseen: la última órbita completa con ocho electrones, cualidad esencial para la inercia. “Aquel átomo que posea ocho electrones en su último nivel será Noble y en consecuencia Inerte”.

El Helio, es la excepción ya que por ser el primero y tener sólo dos electrones completa su primer órbita con ellos, el Neón que posee diez tiene dos en la primera y los ocho restantes en la última (2_8), el Argón, con dieciocho, los tiene dispuestos 2_8_8, y así el resto tienen su ultima órbita completa con ocho electrones, lo que hace que se encuentren en un estado de menor energía, de modo que no reaccionan porque no tienen necesidad de ir en búsqueda de electrones. Al resto de los elementos no les sucede lo mismo, de modo que permanentemente están buscando combinarse entre ellos para parecerse en esa combinación a los gases nobles, es decir, completar el octeto del último nivel.

Sepamos como trabajan

El Sodio (su símbolo es Na) posee once electrones dispuestos de la siguiente manera dos en la primera órbita, ocho en la segunda y uno en la tercera (2_8_1); si este elemento se encuentra con Cloro (símbolo Cl), que posee diecisiete electrones dispuestos (2_8_7), no hará otra cosa que cederle el último electrón para parecerse al Neón ( 2_8) y el Cloro lo tomará rápidamente, pues de este modo se parecerá al Argón

(2_8_8), formando una unión entre cloro y sodio, y la conocida sustancia cloruro de sodio o lo que cotidianamente llamamos sal de cocina. Esta unión en que un átomo cede sus electrones, que el otro toma, se llama unión iónica.

Cuando el Hidrógeno, que tiene un sólo electrón (1), se encuentra con el oxígeno, que tiene ocho electrones (2_6), este último necesita dos electrones para parecerse al Neón (2_8), pero al hidrógeno no le interesa perder su electrón, pues de este modo no se parecería a ninguno de los nobles. En realidad, también necesita un electrón para parecerse al Helio (2), por lo tanto el problema se soluciona fácilmente: se asocian dos hidrógenos con un oxígeno y comparten sus electrones, de este modo cada uno de ellos se mantiene en la sustancia como si fueran gases nobles ¿Cuál es esa sustancia? Simplemente el agua (dos hidrógenos y un oxígeno) H2O. Este tipo de unión donde los electrones se comparten se llama unión covalente.

De este modo, y en forma permanente, los átomos, que son en total alrededor de noventa y dos, se combinan intentando parecerse a los gases nobles y dando origen a las distintas sustancias que componen la materia

Esta maravillosa tendencia es el secreto que posee la naturaleza para conformar la diversidad del universo que nos rodea.

La regla del octeto rige al Universo ¿Será casual que el número ocho en posición horizontal resulta ser el símbolo del Infinito?