Con el doble objetivo de fortalecer el vínculo entre las personas y su entorno natural y de acercar información en tiempo real a los grupos científicos que estudian los efectos de la contaminación en la biodiversidad, investigadoras del Centro para el Estudio de Sistemas Marinos (CESIMAR-CCT CONICET-CENPAT) lanzaron un proyecto que estimula a que la gente les envíe fotografías en las que se pueda ver un organismo que habita en el agua afectado por un agente contaminante.
(Agencia CyTA-Leloir).- Ubuntu es una palabra de origen africano, más específicamente de las lenguas zulú y xhosa, que podría traducirse como “Yo soy porque nosotros somos”. Y es el nombre elegido para una propuesta novedosa que busca estimular la ciencia ciudadana a través del registro fotográfico de organismos de cualquier tipo (invertebrados o vertebrados) que habiten medios acuáticos salados o dulces contaminados por algún agente, como plástico o hidrocarburos.
“El nombre surge en homenaje a Carlos González Pisani, mi hermano, quien utilizaba mucho este término. Pero, además, me pareció muy adecuado para el proyecto porque apunta a reforzar la idea de que cada uno puede ‘ser y estar’ porque estamos acá todos y a la naturaleza la tenemos que cuidar entre todos”, le dijo a la Agencia CyTA-Leloir la bióloga Ximena González Pisani, investigadora de CONICET en el Centro para el Estudio de Sistemas Marinos (CESIMAR-CCT CONICET), en Puerto Madryn, y mentora de “Ubuntu Naturaleza” (UNat), el nombre completo de la iniciativa.
La idea de UNat nació en el laboratorio de Ecotoxicología en Invertebrados Acuáticos, de la Universidad Nacional de la Patagonia San Juan Bosco, y en el de Ecotoxicología de Invertebrados Acuáticos y Riesgo Ambiental, del CESIMAR-CCT CONICET-CENPAT, ambos dirigidos por González Pisani.
“Desde ambos laboratorios empezamos hace dos años a hacer difusión en escuelas de lo que es la contaminación. Y nos dimos cuenta de que nos estaba faltando llegar al resto de la comunidad”, señaló la científica, que aclaró que más allá de la parte de divulgación, UNat también apunta a que las imágenes que reciban puedan ser insumos para investigaciones futuras, a la vez de lograr un mayor registro de lo que sucede “en la realidad”.
“Los datos que tenemos para poder hacer estudios de contaminación son aquellos que, como grupo, captamos en la naturaleza y los resultados que obtenemos bajo condiciones controladas, en función de un contaminante y un organismo determinado, más lo que publican otros grupos que hacen ciencia en contaminación”, resaltó la bióloga. Y continuó: “Pero todo eso es acotado y muchas veces nos preguntamos si estamos viendo o estudiando lo que realmente está pasando afuera del laboratorio”. También contó que les interesa saber qué es lo que la población detecta como contaminante.
En ese contexto, González Pisani destacó que la participación de la ciudadanía es clave porque los investigadores “no pueden tener ojos en todos lados, pero si la gente nos ayuda a percibir dónde está el contaminante y qué efecto está generando nos brinda ejes para entender qué estudios son necesarios realizar a futuro”.
Según la bióloga -que integra una red iberoamericana que estudia los efectos de los contaminantes emergentes en organismos acuáticos y sobre la salud (llamada Riescos)-, en la Argentina la problemática es la misma que en Portugal, España o México. “Generar un registro que permita detectar los focos de contaminación comunes y, a la vez, las temáticas urgentes de cada lugar a partir de la participación de la ciudadanía, puede ser un gran aporte para la ciencia no sólo a nivel local”, aseguró.
Más allá del laboratorio
Las personas interesadas en participar de UNat tienen que enviar la imagen a las redes sociales del proyecto (@ubuntu.naturaleza_unat / Ubuntu Naturaleza – UNat ) o por mail (ubuntu.naturaleza@gmail.com). En ella se tiene que ver al ser vivo y al agente contaminante. Un ejemplo claro es un pingüino empetrolado, pero también puede ser un cangrejo enredado en una bolsa de plástico.
“La foto no pierde su autoría; es de quién la sacó, y será la propia persona la que decidirá cómo quiere que aparezca su nombre en las redes. Una vez recibida la imagen le haremos una serie de preguntas respecto a dónde y cuándo fue tomada; su edad; si es residente del lugar o turista; si estaba paseando o trabajando; qué contaminante cree que está viendo; qué tipo de organismo es el afectado”, explicó González Pisani. Y añadió: “Con esta información queremos determinar el perfil social de aquellos que se sensibilizan con el ambiente y en qué contexto lo hacen. Porque hay quienes se conectan más con la naturaleza cuando están en un lugar de vacaciones; otros pueden ser residentes y preocuparse por lo que está pasando en su territorio”.
Una vez culminado el proceso del cuestionario, la imagen se publicará en las redes sociales junto a su explicación científica.

Una de las imágenes que ya recibió el Proyecto UNat a través de las redes sociales es un pulpo dentro de una lata (Foto: Raúl Sstt).
Esas fotografías también le brindarán al grupo de investigación información en tiempo real de lo que está pasando en el ambiente. “Las fotos nos dicen en qué lugar se encuentra el contaminante, qué agente es y qué tipo de interacción está haciendo con los animales. Porque lo que nosotros estudiamos en el laboratorio es la interacción negativa, es decir, cuando genera mortalidad, malformaciones, entre otras cosas”, señaló la científica, que sorprendió al revelar que, hasta ahora, muchas de las imágenes que recibieron muestran interacciones positivas, “en las que los contaminantes están permitiendo a los organismos colonizar otros lugares, transportarse, ocultarse… donde se nota que lograron que la contaminación sea parte de su vida”. Un caso típico de esa interacción positiva que comenta la bióloga es cuando los “bichos” hacen nidos, se refugian o se trasladan en plásticos. “Como una imagen captada por una persona que pidió que la identifiquemos como ‘Raúl Sstt`, donde se puede ver a un pequeño pulpo dentro de una lata”, señaló.
Además de González Pisani, UNat está coordinado por Sabrina Parente (a cargo de las redes sociales y la comunicación) y conformado por Florencia Di Marco, Agustina Ferrando, Angélica Carignano, María Eugenia Orrego, Julieta Sturla y Laura López Greco. También por Mariano Moris, director del servicio del Bioterio Acuático del CCT-CONICET-CENPAT.
“Si bien todas las fotos que recibimos hasta el momento son locales, nuestra expectativa es que no se reduzca a Puerto Madryn, sino ir creciendo y observando qué pasa en distintos cuerpos de agua del país, desde una laguna o un río y hasta el mar”, dijo González Pisani. “Cuando haya una cantidad de fotos importante, la idea es escribir artículos y publicaciones científicas de las que participen todas las personas que mandaron sus imágenes”, aseguró.

La bióloga Ximena González Pisani recolectando muestras en el muelle Almirante Storni de Puerto Madryn. (Foto: Sergio González Pisani)