A dos años de su creación, ya se empiezan a ver los logros de la Red de Estudio de la Diversidad en Cáncer de Mama (REDICAM), que reúne a profesionales de cuatro provincias argentinas: Misiones, Jujuy, Salta y Buenos Aires. Si bien en los dos meses que llevan de reclutamiento se enrolaron unas 70 pacientes, los organizadores enfatizan en la importancia de que se sumen más mujeres.
(Agencia CyTA-Leloir).- Dos años después de la creación de la Red de Estudio de la Diversidad en Cáncer de Mama (REDICAM), cuyo objetivo central es realizar investigación clínica sobre la enfermedad teniendo en cuenta los determinantes sociales de la salud y la diversidad genética de la población argentina, los investigadores involucrados, de cuatro provincias del país, destacan que ya se evidencian cambios positivos muy relevantes. Entre ellos mencionan mejoras en los procesos de atención, el registro de datos socioambientales de las pacientes que antes se perdían o no se tenían en cuenta, y el surgimiento de nuevas preguntas a partir de toda esa información que antes era invisible.
La red, que fue posible materializar luego de ganar la convocatoria de “Proyectos de Redes Federales de Alto Impacto”, cuenta hoy con más de 30 investigadores, médicos y técnicos de Misiones, Jujuy, Salta y Buenos Aires. Y en tan sólo los dos primeros meses desde que comenzó el reclutamiento de pacientes, logró enrolar a más de 70 mujeres con diagnóstico de cáncer de mama.
Uno de los objetivos centrales de la investigación es poder confirmar si las mujeres del norte del país tienen más posibilidades de desarrollar tumores del subtipo HER2+, que si bien es poco frecuente se trata de uno de los más agresivos; una hipótesis que surge de estudios que mostraron tasas más elevadas de casos HER2+ en poblaciones con mayor proporción de ancestría indoamericana.
El origen
En 2010, la Red Latinoamericana de Investigación en Cáncer (LACRN, por sus siglas en inglés) comenzó el Estudio de Perfil Molecular de Cáncer de Mama, en el que analizó de manera exhaustiva las características moleculares, clínicas y patológicas de esa enfermedad, en estadio avanzado en 1.071 pacientes de Argentina, Brasil, Chile, México y Uruguay.
En Argentina, la doctora en Bioquímica Andrea Llera –actual coordinadora de la REDICAM– trabajó en ese proyecto junto al doctor en Ciencias Biológicas Osvaldo Podhajcer, ambos investigadores del CONICET en la Fundación Instituto Leloir. Entre las distintas conclusiones que obtuvieron a lo largo de los años, pudieron determinar que la ascendencia indoamericana se encuentra ligada a un mayor riesgo de tumores del subtipo HER2+.

El genetista Gonzalo R. Sequeira (der. adelante), junto al grupo de investigadores y médicos que trabajan para la REDICAM en el Hospital Dr. Arturo Oñativia de Salta.
Si bien ese tipo de tumor está asociado a un mal pronóstico, en la actualidad cuenta con un tratamiento específico dirigido contra la proteína HER2, que tiene una tasa de respuesta alta y una mejora en la sobrevida. El problema es que es muy costoso y, aunque el sistema de salud argentino lo cubre, a veces no llega a administrarse en tiempo y forma.
“Una de las metas de la REDICAM es confirmar si las mujeres del norte del país tienen más posibilidades de desarrollar el subtipo HER2+. Para eso estamos haciendo un estudio retrospectivo a cinco años atrás, en el cual recopilamos los datos de las pacientes de este hospital. Salta es una provincia muy diversa en cuanto a población indoamericana, por lo que permite evaluar esa hipótesis”, explicó a la Agencia CyTA-Leloir el genetista Gonzalo Sequeira, responsable del Biobanco del Hospital Arturo Oñativia de Salta, una de las instituciones que conforman la red.
El proceso en los distintos hospitales y centros de salud que conforman la Red es el mismo: a partir de que se confirma el diagnóstico de cáncer, se invita a la paciente a incorporarse al estudio. Su participación consiste en la donación altruista de muestras biológicas (una parte del tejido de la punción y del material removido en la cirugía) y de sangre; y la información acerca de sus datos socioambientales.
“Todo esto se solicita en cada etapa, bajo el consentimiento dialogado, escrito y firmado que es administrado por los profesionales. Si la paciente decide no participar, no se le genera ningún inconveniente; continúa con su diagnóstico y tratamiento normalmente. La decisión de participar, más que un beneficio particular, es un beneficio global para todas las mujeres que se enfrentan a este diagnóstico”, aclaró por su parte la doctora en Biología Molecular Carina Argüelles, investigadora de la Universidad Católica de las Misiones (UCAMI), en Posadas, y coordinadora del nodo NEA de la REDICAM (conformado también por el Hospital Madariaga y el Instituto Misionero del Cáncer).

Uno de los encuentros de los especialistas se realizó en la Universidad Católica de las Misiones (UCAMI), en Posadas, que también integra la REDICAM.
Desde que comenzó el reclutamiento de pacientes para el estudio, en julio de este año, en el Oñativia ya se enrolaron unas 50 mujeres; otras 20 corresponden al Hospital Materno Infantil, también de Salta, en tanto que 17 se encuentran a la espera de la confirmación del diagnóstico para ingresar al estudio desde el Hospital Madariaga de Posadas, Misiones.
Los cambios durante el proceso
Para relevar los datos de cada paciente se elaboró un cuestionario con preguntas que buscan conocer distintos aspectos sociales. “En Latinoamérica no se realizan demasiados estudios que permitan concluir si hay determinantes socioambientales de cáncer. En este sentido, ésta es una muy buena oportunidad, porque los hospitales tienen que adoptar la cultura de absorber los datos, ordenarlos y analizarlos”, explicó Sequeira.
Según el genetista, las pacientes reciben las preguntas con muy buena predisposición. “Incluso cuando no pueden responder en el momento, programan la entrevista y se hace por telemedicina; esto ha hecho que se sientan más acompañadas en el proceso, con un contacto más cercano y más directo con el hospital”, describió.
Entre otros determinantes sociales de la salud, las preguntas apuntan a relevar estilos de vida, situación laboral y nivel socioeconómico y educativo. Además, se les toma una muestra de sangre que se congela hasta su procesamiento. “El sólo hecho de que se estén registrando, observando y midiendo los datos en cada paso ya mejoró el sistema”, relató Sequeira.
La experiencia de Nodo NEA es similar: “La REDICAM reforzó y contribuyó al trabajo integrado de los diferentes servicios por donde transita la paciente que, si bien estaban articulados, durante este tiempo de trabajo se pudo ajustar para hacerlo aún más eficiente”, contó Argüelles.
En el caso de Misiones, la red contribuyó además a la organización del Biobanco, que depende del Instituto de Genética provincial. “Esto va a permitir el resguardo organizado, adecuado y ajustado a normas internacionales de las muestras biológicas, especialmente ácidos nucleicos, que nos permitirán a futuro responder a otras preguntas de investigación que puedan surgir y que, de hecho, ya han comenzado a aparecer en función de aspectos que se observan en la práctica diaria”, describió la investigadora.
Y añadió otra finalidad del proyecto: “Si bien desde el punto de vista científico existe un interés de generar conocimiento, éste nos permitirá contribuir al diseño de políticas públicas. Conocer la diversidad en cáncer de mama y confirmar (o no) la hipótesis que intentamos poner a prueba podría significar que mujeres con cierto riesgo de padecer cánceres de mama agresivos lleguen al diagnóstico y tratamiento oportuno a partir de la creación de estrategias de prevención ajustadas a su medida. Sería medicina personalizada; una medicina de precisión al alcance de todos”.
Además de las instituciones mencionadas, la REDICAM está conformada por el Hospital Materno-Infantil de Salta; el Centro de Estudio de Estado y Sociedad (CEDES) y Unidad Genómica y Bioinformática del Instituto ANLIS-Malbrán, en Buenos Aires; la Fundación para el Progreso de la Medicina, en Córdoba; y el Instituto de Ecorregiones Andinas (INECOA) del CONICET, en San Salvador de Jujuy.
Cada 19 de octubre se conmemora el Día Mundial contra el Cáncer de Mama. Según los últimos datos de la OMS, se estima que 2,3 millones de mujeres fueron diagnosticadas con cáncer de mama y 670 000 fallecieron a nivel mundial en 2022. En Argentina, ese mismo año se registraron 5.750 muertes por esta causa, lo que corresponde a una tasa bruta de 24,4 defunciones cada 100 mil mujeres.