Se trata del CeDeBio, que es administrado por INIS, la oficina de vinculación y transferencia tecnológica de la Fundación  Instituto Leloir (FIL). En un espacio de 740 metros cuadrados ubicado a pasos del Parque Centenario, el predio ofrece laboratorios, áreas de ambiente controlado, sala de conferencias, oficinas y brinda acceso a la infraestructura, el equipamiento y a las redes de conocimiento y plataformas tecnológicas que funcionan en la FIL. Un entorno pensado para convertir proyectos en verdaderas startups.

(Agencia CyTA-Leloir).- Según el Primer Censo Argentino de Empresas de Nano y Biotecnología presentado días atrás, en el país existen 340 compañías biotecnológicas, 140 de ellas startups creadas a partir de 2015, que durante 2022 facturaron más de 1.300 millones de dólares y generaron casi 20.000 puestos de trabajo. En este contexto de expansión, INIS, la oficina de vinculación y transferencia tecnológica de la Fundación Instituto Leloir (FIL), acaba de inaugurar su Centro de Desarrollo Biotecnológico (CeDeBio) con el objetivo de ayudar a transformar ideas en proyectos hasta materializarlos en bioempresas competitivas.

Durante un acto realizado en las flamantes instalaciones de la incubadora ubicada a pasos del Parque Centenario, en pleno corazón porteño, personalidades del ambiente científico, académico y referentes y empresarios del área de la ciencia y la biotecnología, pudieron recorrer los 740 metros cuadrados que comprenden laboratorios, áreas de ambiente controlado, sala de conferencias, oficinas y espacios comunes. Un entorno preparado especialmente para contribuir al nacimiento de nuevas empresas de base biotecnológica a partir de descubrimientos y know-how desarrollados tanto en la FIL como en instituciones externas.

“Llegar hasta acá no fue nada fácil, pero siempre tuvimos en claro que fomentar las tecnologías innovadoras es indispensable hoy, lo fue antes y lo va a ser siempre. En un mundo donde los emprendimientos biotecnológicos mejoran la calidad de vida de las personas es clave impulsar el establecimiento de estas tecnologías. Para eso es que el Instituto Leloir primero armó su oficina de transferencia tecnológica y después creó este espacio”, señaló Fernanda Ceriani, presidenta de INIS y jefa del Laboratorio de Genética del Comportamiento de la FIL.

“Esperamos  y confiamos en que el hecho de estar tan cerca de un lugar como la FIL, donde hay mucha gente pensando todo el tiempo y con un montón de capacidades instaladas, hagan del CeDeBio un lugar especial como incubadora de empresas”, añadió Ceriani.

Durante el evento de inauguración, las visitas pudieron recorrer las flamantes instalaciones. Se dividieron en grupos.

 

 

 

 

 

 

 

 

Por su parte, el biotecnólogo Ignacio Sartori, gerente de INIS, aseguró: “Hoy queda claro que los países compiten por la economía del conocimiento, y nosotros nos posicionamos en base a eso. Queremos ver florecer acá un vibrante ecosistema de emprendimientos biotecnológicos, que en sus estadios más tempranos puedan hacer comunión con la FIL y nutrirse del nivel académico y científico que tenemos a sólo 20 metros de distancia. Favorecer esa interacción es uno de los valores agregados que podemos ofrecer desde este espacio”.

El CeDeBio ofrece laboratorios, oficinas y áreas comunes de trabajo.

 

 

 

 

 

 

 

Según explicaron sus mentores, el CeDeBio busca nutrir startups o empresas emergentes en estadio temprano para lograr su máximo potencial. En ese camino aspiran a establecer redes con instituciones de investigación, empresas del sector farmacéutico y biotecnológico, locales e internacionales, y con el sector público de ciencia y tecnología. Estiman que el período óptimo de incubación de las empresas es de dos años, con un máximo de tres.

Hasta el momento, dos empresas del sector bio ya están interesadas en la propuesta y en los próximos días firmarían los convenios necesarios para poder mudarse en breve a la nueva sede.