Durante la última edición de uno de los eventos culturales porteños más esperados se multiplicaron las propuestas para acercar el quehacer científico a adultos y niños.

(Agencia CyTA-Leloir).- A pesar del clima frío del exterior, dentro de la Fundación Instituto Leloir (FIL) el sábado 22 de octubre se vivió como una hermosa noche de primavera: las 1300 personas que se acercaron para participar de las propuestas que científicas y científicos habían preparado para la nueva edición de La Noche de los Museos de la Ciudad de Buenos Aires llenaron de calidez el reencuentro tan esperado, después de la pausa que debieron hacer durante dos años mientras colaboraban para hacer frente a la pandemia.

En los laboratorios de la FIL los científicos investigan para entender los procesos fundamentales que ocurren en las células y en enfermedades como cáncer, Alzheimer, Parkinson y Esclerosis Múltiple. Además, generan conocimiento básico sobre la biología de las plantas para contribuir con el sector agropecuario; y también estudian los mecanismos moleculares detrás de infecciones virales como dengue y zika. Y durante la pandemia tuvieron un rol clave tanto en el desarrollo de los kits para detectar al SARS-CoV-2 como para entender mejor acerca de la eficacia y seguridad de las vacunas contra COVID-19.

“Nos produjo mucha alegría volver a abrir las puertas para que nuestros jóvenes científicos pudieran contarle a la comunidad, con su frescura y entusiasmo, la ciencia que hacemos”, resaltó Ángeles Zorreguieta, directora de la FIL. “Fueron conmovedoras la respuesta y la curiosidad de la gente”.

La de la FIL no fue la única propuesta para satisfacer la “sed de ciencia” del público. Muy cerca de allí, en lo que se convirtió en una suerte de circuito científico, el Museo Argentino de Ciencias Naturales “Bernardino Rivadavia” y la Asociación Argentina Amigos de la Astronomía también se sumaron a la movida cultural y tuvieron una enorme convocatoria.

En la Facultad de Ciencias Exactas y Naturales (FCEN) de la UBA se montaron, entre otras actividades, cuatro salas de escape en base a distintas temáticas, como el cambio climático, la ciencia forense, la computación y un homenaje a Luis Federico. Leloir.

El Centro Cultural de la Ciencia (C3), a su vez, ofreció una charla musical que combinó tango y ciencia, a cargo del matemático Pablo Amster, investigador del CONICET y autor del libro “Del cero al infinito. Un recorrido por el universo matemático” (FCE), junto con la orquesta de tango femenina Las Sciamarella. Y el cronobiólogo y divulgador Diego Golombek estrenó fragmentos de la ópera “Darwin en Patagonia”, a 190 años del viaje del naturalista británico a bordo del Beagle por la Patagonia argentina, durante el cual realizó diversos hallazgos que serían fundamentales en la teoría de la evolución.

En tanto que el Planetario de Buenos Aires recibió a casi 6.000 personas que disfrutaron de un show astronómico en el domo y la proyección de un mapping en la cúpula externa. “Como todas Las Noches de los Museos tuvimos una convocatoria extraordinaria, con filas de hasta tres horas para poder entrar a ver el espectáculo”, aseguró la doctora en Física Estefanía Coluccio Leskow, su gerente operativa. Y agregó: “Aunque estábamos abiertos hasta las 2 am, a las 23.30 tuvimos que cortar la cola para que no quedara gente afuera. Así y todo, hubo quienes esperaron hasta último momento y no pudieron entrar. Fue muy impresionante”.

 

En el Planetario de Buenos Aires hubo hasta 3 horas de cola para entrar a ver el espectáculo en el domo.