El estudio, liderado por científicos del Centro de Referencia para Lactobacilos (CERELA) de Tucumán, sienta bases para el desarrollo futuro de un suplemento dietario que sirva tanto para estrategias de prevención como de tratamiento.

(Agencia CyTA-Leloir. Por Bruno Geller)-. Un estudio preclínico sienta bases para explorar la posibilidad de desarrollar un suplemento dietario que contenga una mezcla de tres bacterias lácticas destinado principalmente a adultos mayores para prevenir o enlentecer la progresión de la enfermedad de Parkinson.

 “Si estudios clínicos futuros confirman que las bacterias lácticas empleadas reducen algunos síntomas y parámetros clínicos característicos de los pacientes, podría pensarse en su administración conjunta con levodopa / carbidopa que se emplean en terapias convencionales, con la posibilidad de mantener dosis menores de estas drogas y así evitar algunos efectos secundarios adversos asociadas con ellas”, afirmó Alejandra de Moreno de LeBlanc, investigadora del Centro de Referencia para Lactobacilos (CERELA) de Tucumán, que integra el Centro Científico Tecnológico (CCT) CONICET NOA Sur.

Los investigadores del CERELA utilizaron una mezcla que contiene 3 cepas de bacterias lácticas que en estudios previos ejercieron efectos beneficiosos frente a modelos animales (ratones) de patologías tales como inflamación intestinal, mucositis y cánceres de colon y de mama: Lactiplantibacillus plantarum CRL 2130, Streptococcus thermophilus CRL 808 y Streptococcus thermophilus CRL 807 capaces de generar cambios en la microbiota intestinal,  modular la respuesta inmune y producir efectos antioxidantes y antiinflamatorios.

“Investigaciones recientes proponen una comunicación bidireccional entre intestino y cerebro. Cambios de la microbiota intestinal fueron descriptos en pacientes con Parkinson, además de procesos de oxidación y de inflamación relacionados con la pérdida de neuronas motoras a nivel cerebral (característica de esta enfermedad)”, explicó de Moreno de LeBlanc.

En esa línea, dentro del marco de la tesis doctoral de la licenciada en Biotecnología Daiana Pérez Visñuk – realizada en el CERELA bajo la dirección de los doctores Alejandra de Moreno y Jean Guy LeBlanc y con la colaboración de la doctora Graciela Savoy de Giori – y utilizando un modelo animal de la Enfermedad de Parkinson, los investigadores compararon grupos de animales que recibían o no las bacterias lácticas. En esos ratones, la muerte de neuronas motoras a nivel cerebral ocasiona una sintomatología similar a la de patología neurodegenerativa en cuanto a las habilidades motoras.

Los animales que recibieron las tres bacterias de manera independiente mostraron efectos beneficiosos, pero con la mezcla se obtuvieron los menores tiempos para la realización de las pruebas motoras, tanto las destinadas a resolver desafíos complejos de desplazamiento como las usadas para evaluar la motilidad fina. De hecho, los resultados de los animales que recibieron el cóctel de bacterias  fueron muy similares a los tiempos empleados por los animales sanos que siempre se tienen como control.

Por otra parte, los científicos estudiaron un marcador en el cerebro que se relaciona con las neuronas motoras y que en el modelo animal de Parkinson estaba disminuido. “Pero cuando los animales recibieron la mezcla de bacterias lácticas, se mantuvo similar a los animales sanos, demostrando que su administración previno la pérdida de las neuronas a nivel cerebral”; destacó de Moreno de LeBlanc.

Asimismo, la combinación de las tres bacterias lácticas disminuyó el estado inflamatorio característico del modelo animal del Parkinson. “Si bien hay diferentes posibilidades sobre el mecanismo de acción de estas bacterias lácticas, la regulación de la respuesta inmunológica parece ser muy importante y pensamos que también ocurren cambios beneficiosos a nivel de la microbiota intestinal, algo que estamos evaluando actualmente”, agregó la científica del CERELA.

Y continuó: “Nuestra idea, y a lo que se orientaron nuestros estudios en curso es utilizar esta mezcla de bacterias lácticas  no sólo para prevenir síntomas  motores sino también otras manifestaciones clínica como la constipación, un problema frecuente en los pacientes, considerado un síntoma premotor que suele observarse muchos años antes del inicio de los síntomas motores clásicos y afecta la calidad de vida, pensamos que las bacterias lácticas también podrían ejercer beneficios a este nivel”.

Para lograr transferir esta herramienta terapéutica, los científicos necesitan primero terminar los estudios preclínicos en curso; realizar estudios de escalamiento para producir las bacterias en cantidades; y contar con medios económicos para evaluar su seguridad y eficacia en ensayos clínicos.

“Pensamos que, aunque lo estudiamos específicamente en un modelo de parkinsonismo, podría ejercer beneficios frente a otras patologías en donde la respuesta inmune y el eje microbiota-intestino-cerebro se vean comprometidos. El seguimiento de los pacientes que sean reclutados en un futuro ensayo clínico y que consuman el suplemento dietario basado en las bacterias lácticas será muy importante para corroborar los efectos observados en los estudios preclínicos”, concluyó de Moreno de LeBlanc.

El estudio fue publicado en “Nutrition”.

Los autores del estudio: Daiana Pérez Visñuk (izq.), Graciela Savoy de Giori, Jean Guy LeBlanc y Alejandra de Moreno de LeBlanc, del Centro de Referencia para Lactobacilos (CERELA) de Tucumán.