Aún no existen ni vacunas ni terapias efectivas para ese patógeno que desde hace 15 años se expande en áreas tropicales y subtropicales. Investigadores argentinos apuntan a cambiar esa historia.

(Agencia CyTA-Leloir. Por Bruno Geller)-. Investigadores argentinos identificaron un blanco terapéutico del virus chikunguña y además seleccionaron compuestos con capacidad para inhibirlos.

“Los resultados de nuestro estudio constituyen un punto de partida en el desarrollo de medicamentos contra chikunguña, un avance alentador si consideramos que aún no hay vacunas ni terapias efectivas para este virus que se está expandiendo a nivel mundial en áreas tropicales y subtropicales en los últimos 15 años”, afirmó la doctora en Química Mariela Bollini, quien lidera el Laboratorio de Química Medicinal del Centro de Investigaciones en Bionanociencias (CIBION), con sede en la Ciudad de Buenos Aires, y dependiente del CONICET.

La terapia actual para los pacientes se limita a un tratamiento sintomático para mitigar la inflamación y el dolor que causa la infección viral.

En 2016 se confirmó por primera vez circulación autóctona de virus chikunguña en la Argentina, en las provincias de Salta (90 casos) y Jujuy (9).

Afinando la puntería

Los investigadores se concentraron en las proteínas E1 y E2 de la envoltura del virus chikunguña que están involucradas en la invasión de las células huésped después de la picadura de un mosquito infectado (Aedes aegypti y Aedes albopictus) Estas proteínas (análogas a la Spike de SARS-CoV-2) participan en el ingreso y liberación del genoma del virus dentro de la célula para iniciar el programa de multiplicación.

A partir de análisis bioinformáticos que reproducen en 3D la estructura de las proteínas E1 y E2, los científicos identificaron en ellas una región que tenía las características necesarias para unirse a moléculas. A continuación, llevaron a cabo un screening virtual de dos bibliotecas de compuestos comerciales e identificaron un candidato que, en estudios in vitro, logró inhibir en cerca del 100% la replicación del virus en células infectadas.

“El compuesto más activo contra chikunguña no presentó una toxicidad considerable”, destacó Bollini, investigadora del CONICET y también profesora adjunta de Diseño de Fármacos en la carrera de Bioingeniería del Instituto Tecnológico de Buenos Aires (ITBA). Asimismo, los investigadores seleccionaron variantes virales resistentes a la acción antiviral del compuesto, lo cual “es consistente con el blanco terapéutico propuesto”, explicó Bollini.

El trabajo, publicado en “American Chemical Society Infectious Diseases”, representa un primer paso en el desarrollo de un fármaco que mejore las características del compuesto identificado. “Antes de evaluar ese fármaco a desarrollar en humanos, sería necesario hacer ensayos preclínicos en animales de laboratorio”, concluyó Bollini.

Del estudio también participaron Leandro Battini, primer autor y becario del CONICET en el CIBION; Daniela Fidalgo, del CIBION, y Diego Álvarez, del Instituto de Investigaciones Biotecnológicas (IIB-INTECH), dependiente de la UNSAM y del CONICET.

Modelo de acoplamiento del compuesto inhibitorio sobre las proteínas E1 y E2 de la envoltura del virus chikunguña que son claves para empezar el proceso de infección en las células huésped.