Es el primer registro de vampiros infecciosos con Chagas en la Argentina y se realiza en una zona de Misiones que fue declarada libre de transmisión por vinchucas.

(13/07/2016 – Agencia CyTA-Instituto Leloir)-. Los murciélagos vampiros y las comadrejas también son reservorios del parásito (Trypanosoma cruzi) que provoca la enfermedad de Chagas, incluyendo una variedad genética que infecta a los seres humanos y animales domésticos. El hallazgo fue realizado en áreas protegidas y rurales de Misiones que  fueron declaradas libres de transmisión por la vinchuca y por transfusión de sangre.

De acuerdo con los investigadores, la población general y de las zonas endémicas suele desconocer que los mamíferos salvajes actúan como reservorios de varios patógenos. “Y en el caso de Chagas, los servicios de salud no poseían información al respecto”, dijo a la Agencia CyTA el doctor Ricardo Gürtler, jefe del Laboratorio de Eco-Epidemiología del Instituto de Ecología, Genética y Evolución de Buenos Aires (IEGEBA) que depende de la Facultad de Ciencias Exactas y Naturales de la UBA y del CONICET.

En el estudio, Gürtler y sus colegas capturaron dos centenares de murciélagos, comadrejas y otros mamíferos en cuatro zonas de Misiones y les realizaron análisis de sangre. Los resultados, publicados en la revista “Parasitology”, arrojaron que 9 de 57 comadrejas o zarigüeyas (Didelphis albiventris), y 3 de 29 vampiros comunes (Desmodus rotundus), estaban infectados con el parásito del Chagas.

En el caso de los vampiros, que son murciélagos que se nutren de sangre de diversos animales, el hallazgo tuvo el agravante de que portaban un genotipo particular de Trypanosoma cruzi, el TcII, que participa en los ciclos de transmisión de seres humanos y animales domésticos en los países del Cono Sur. “Hasta ahora, el TcII no había sido detectado en mamíferos silvestres de Argentina”, dijo Gürtler.

El hallazgo tiene potencial implicancia para la salud humana y animal. Aunque  se desconoce si es posible la transmisión directa de Chagas por mordedura de vampiros, “su rol como reservorios del agente causal de la enfermedad en general ha sido muy poco estudiado”, indicó el autor principal del estudio, el veterinario Hernán Argibay, becario doctoral del CONICET en el IEGEBA. “Hay que evitar la presencia de vampiros en las cercanías de las viviendas y todo contacto con ellos”, recomendó Argibay.

Las comadrejas, por su parte, podrían contaminar alimentos con sus secreciones anales cargadas de Trypanosoma cruzi, lo cual podría haber dado origen a brotes orales de Chagas en Brasil, o incluso ser fuentes de infección humana o animal si se consumiera su carne sin suficiente cocción.

Desde un punto de vista de salud pública, “es importante comprender cómo funcionan los ciclos de transmisión del parásito de la enfermedad de Chagas y describir con precisión qué lazos existen entre los diversos componentes y ciclos con objetivos de prevención”, destacó Gürtler, quien además enfatizó que la deforestación y el cambio climático son algunos de los factores que influyen en la emergencia y reemergencia de patógenos. “Se requiere una perspectiva integradora y multidisciplinaria para entender estos procesos”, dijo.

En el estudio también participaron otros investigadores del Laboratorio de Eco-Epidemiología, del Instituto Nacional de Parasitología “Dr. Mario Fatala Chaben” del ANLIS Malbrán, del Instituto de Zoonosis Luis Pasteur, en Buenos Aires, y del Parque Ecológico “El Puma”, del Ministerio de Ecología y Recursos Naturales Renovables de la Provincia de Misiones.

FOTO 1 Veterinario Argibay
El veterinario Hernán Argibay, becario doctoral del CONICET en el IEGEBA, liberando un murciélago vampiro luego de la toma de muestras para el diagnóstico de infección de Trypanosoma cruzi, el parásito que provoca la enfermedad de Chagas.
Créditos: Marcela Orozco
Foto 2 MURCIELAGO
Colonia de vampiros (Desmodus rotundus) que habitaba en una antigua vivienda abandonada momentos previos a ser capturada para estudiarlos.
Créditos: Marcela Orozco