Científicos de la UBA identificaron moléculas claves en la capacidad infectiva del parásito de la hidatidosis, una zoonosis que en humanos produce quistes en hígado y pulmones y afecta a unos 400 argentinos por año. El hallazgo podría conducir a métodos diagnósticos y tratamientos más eficaces.

(22/06/2016 – Agencia CyTA-Instituto Leloir)-. Un equipo de investigadores argentinos creó un método innovador que mejora el estudio, y quizás el diagnóstico y tratamiento, de la hidatidosis: una enfermedad producida por un parásito que transmite el perro a través de su materia fecal y en el humano forma quistes en hígado, pulmones y (en menor medida) músculos y huesos.  A su vez los perros se contagian consumiendo achuras crudas con quistes de ovejas, cabras, bovinos y cerdos.

Los científicos, liderados por la doctora Laura Kamenetzky, del Instituto de Investigaciones en Microbiología y Parasitología Médica (IMPaM) de la Facultad de Medicina de la UBA y dependiente del CONICET, identificaron “moléculas clave” que influyen en la capacidad infectiva del parásito, Echinococcus granulosus, y podrían ser utilizadas para el diagnóstico, tratamiento y/o seguimiento de la enfermedad.

Se trata de 886 precursores de microARNs, hasta el momento desconocidos, que inactivan o silencian la expresión de genes cuya actividad es clave para la vida del parásito, explicó Kamenetzky a la Agencia CyTA-Leloir. Para llegar a ese resultado, los investigadores del grupo de biología molecular de Hidatidosis, liderado por la doctora Mara Rosenzvit en el IMPaM, utilizaron un software denominado “mapas auto-organizativos profundos” (deep SOMs, por sus siglas en inglés) y datos genómicos obtenidos mediante herramientas de punta.

“Conocer la existencia de estas moléculas abre caminos para el futuro desarrollo de técnicas diagnósticas más efectivos y fármacos y otras herramientas diseñadas para inhibir a ese patógeno”, dijo Kamenetzky, quien agregó que la misma metodología (bautizada miRNA-SOM) podría utilizarse en otras enfermedades infecciosas.

En la Argentina, la hidatidosis representa un problema de salud pública en un tercio del territorio y se notifican unos 400 casos por año, que, por lo general, son personas de bajos recursos que adquieren la infección en la niñez (por ejemplo, dejándose lamer por perros o tomando agua contaminada con su materia fecal). El diagnóstico suele ser tardío y los síntomas pueden aparecer después de muchos años, cuando los quistes se hacen más grandes.

El estudio, publicado en la revista científica “Genomics”, también lo firman otros investigadores del CONICET, Natalia Macchiaroli y Lucas Maldonado, del IMPaM, y Georgina Stegmayer, Diego Milone  y Cristian Yones, de la Universidad Nacional del Litoral.

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Algunos responsables del estudio, la doctora Laura Kamenetzky (autora principal),  Lucas Maldonado y Natalia Macchiaroli, del grupo de biología molecular de Hidatidosis liderado por la doctora Mara Rosenzvit en el IMPaM.

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Adultos inmaduros del parásito de la hidatidosis Echinococcus granulosus donde se ve en verde el sistema nervioso marcado con serotonina fluorescente.