En ensayos con cerdos, investigadores del Hospital Garrahan probaron una forma de administración de la quimioterapia que multiplica casi 100 veces la dosis de la droga en el lugar donde se la necesita. El siguiente paso será probarlo en pacientes

(06/05/2016 – Agencia CyTA-Instituto Leloir)-. El retinoblastoma, un tumor relativamente poco frecuente de la niñez (dos tercios de todos los casos se diagnostican antes de los 2 años y 95% antes de los 5), se puede curar si se detecta en forma temprana, pero el cuadro se complica si invade el nervio óptico. Ahora, un avance de médicos e investigadores del Hospital de Pediatría Garrahan, en Buenos Aires, abre caminos para mejorar el tratamiento de los pacientes en esa fase de la enfermedad.

Según evidencias clínicas confirmadas por un estudio previo del grupo liderado por el doctor Guillermo Chantada, médico del Servicio de HematologíaOncología de ese hospital e investigador principal del CONICET, el nervio óptico es la vía de diseminación del cáncer al sistema nervioso central. Y hasta un 50% de los pacientes con este tumor avanzado aún no logra curarse con quimioterapia, radioterapia y cirugía.

Para mejorar el pronóstico, Chantada y sus colegas desarrollaron un tratamiento experimental destinado a lograr una mayor exposición a la quimioterapia en el sitio preciso donde más se la necesita: en el nervio óptico.

“La estrategia apunta a un mayor control de la enfermedad tumoral y su capacidad de diseminación”, destacó Schaiquevich, otra investigadora principal del CONICET en el Garrahan y autora principal del estudio.

Los investigadores compararon la cantidad de un medicamento quimioterápico (topotecán) que alcanzó el nervio óptico de cerdos luego de administrarlo de dos maneras: de modo sistémico y “súper-selectivo”, en la arteria oftálmica del ojo del animal.

Los resultados fueron “llamativos”, señaló Chantada, quien también es médico asociado al Servicio de Oncología del Hospital Sant Joan de Deu, de Barcelona, España. Con la infusión súper-selectiva, se obtuvo 84 veces más concentración de topotecán en el nervio óptico de los animales. Esta estrategia “evitaría que se exponga a todo el organismo a quimioterapia innecesaria”, agregó.

Ahora, los especialistas del Garrahan están escribiendo un protocolo para realizar en el futuro ensayos clínicos en pacientes con la finalidad de probar la seguridad y eficacia de este tratamiento.

El trabajo se describe en la destacada revista científica PLoS One. Y del mismo también participaron otros investigadores del Garrahan y del Memorial Sloan Kettering Cancer Center, de Nueva York, Estados Unidos.

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El retinoblastoma, un tumor relativamente poco frecuente de la niñez, se puede curar si se detecta en forma temprana.