A 60 años del inicio del dictado de clases en el Instituto Balseiro, en Bariloche, Verónica Grunfeld, la primera graduada mujer, recuerda al gran físico argentino y los primeros años de la institución.

 

(11/09/2015 – Agencia CyTA-Instituto Leloir / Por Laura García Oviedo – Área de Comunicación Instituto Balseiro)-. Enérgica, firme y amable, Verónica Grunfeld se distingue por haber sido la primera mujer egresada del Instituto de Física de Bariloche -hoy llamado Instituto Balseiro (IB)-  en 1958, cuando tenía 23 años. Alumna de prestigiosos investigadores como Guido Beck, Enrique Gaviola, José Antonio Balseiro y Alberto Maiztegui, Grunfeld también ha sido una pionera en la enseñanza de la ciencia: su libro “El caballo esférico”, de 1996, procura apuntalar la capacitación de los docentes y revalorizar su rol. En diálogo con la Agencia CyTA, la doctora en física, profesora honoraria y ex vicedirectora del IB recuerda algunos trazos de su formación y extensa carrera, a 60 años del inicio de dictado de clases en la prestigiosa institución pública que depende de la Comisión Nacional de Energía Atómica y la Universidad Nacional de Cuyo.

¿Qué impresión le causó el doctor José Antonio Balseiro?

Era exigente, enormemente trabajador y sacrificado. Tenía un sentido del humor un poco cáustico. Como ya se sabe, él murió muy joven, a los 42 años, y los últimos tres años, enfermo como estaba, seguía dando clases de varios cursos. Era increíble su capacidad de trabajo y de sacrificio. Algo que no me voy a olvidar es algo que dijo Balseiro en su discurso de 1958 sobre el respeto por el trabajo ajeno. El respeto por el que hasta hace la cosa más chiquitita, y eso es muy importante. Valorar el esfuerzo de los demás.

¿Le resultó difícil ser la única mujer en el primera generación de estudiantes?

Para nada. Era como ser la hermanita de 12 ó 13 hermanos mayores. Era eso en realidad. Además yo era bastante joven. Tenía 20 años, había muchos de mis compañeros que venían con 22, 23 años. Y dos que eran mayores.

¿Qué anécdota recuerda especialmente del Instituto?

Hubo algo que me marcó mucho. Acá en el Instituto estuvo Guido Beck (destacado físico oriundo de Europa Central) quien fue profesor de Balseiro. Era un viejo divino y muy querido. Me acuerdo que en una etapa de cuestionamiento sobre mi vocación fui y le lloré a él… Antes y después de recibirse uno tiene muchas dudas existenciales, sobre todo cuando uno es consciente de sus limitaciones. Yo me preguntaba qué sentido tenía dedicarme a esto si realmente no me daba para hacer la gran cosa. Y Beck me dijo: “Verónica, genios hay por docenas en las veredas. Lo que hace falta es gente que trabaje”.

¿Qué hizo una vez que se recibió en 1958?

Seguí trabajando. Estaba haciendo mi tesis con Balseiro. Trabajé de jefe de trabajos prácticos, porque hacía falta mucha gente que ayudara en los cursos. En 1962 obtuve una beca de la OEA para hacer un posdoctorado en Berkeley (Estados Unidos) y estuve dos años allá. Regresé y después me quedé trabajando en el Centro Atómico y dando clases en el Instituto. En 1980 y 1981 también fui contratada para dar cursos en la Universidad de California en Davis.

Usted ha sido pionera en la enseñanza de las ciencias y es autora del libro de física aplicada a temas de biología y medicina “El caballo esférico” para docentes de educación media. ¿Cómo surgió la idea de escribirlo?

En alguna reunión de enseñanza de la física me invitaron a dar una charla, y hablé sobre los rayos X y sobre qué ocurre cuando se hace una radiografía. En el público había muchos docentes secundarios de física, que no tenían idea del tema. Algo lamentable. El docente tiene que ser más importante y para ello tiene que estar más capacitado y ser más autónomo.

En la introducción de su libro destaca lo importante que es que en vez de que los chicos digan “¡puaj, física!”, entiendan que puede ser interesante. ¿Cómo se logra eso?

¿Cómo se logra eso? Lo más importante es que el docente no pierda el asombro y el interés y la sensación de transmitir entusiasmo. Eso es clave.

DRA GRUNFELD

Verónica Grunfeld se distingue por haber sido la primera mujer egresada del Instituto de Física de Bariloche, hoy llamado Instituto Balseiro (IB).

Crédito foto: Laura García Oviedo / Prensa Instituto Balseiro.