Los insectos transmisores del Chagas tienen una tolerancia al frío mayor a la que se pensaba, revelaron científicos del CONICET en la UBA. El estudio va a mejorar la elaboración de escenarios futuros asociados con el cambio climático y otras variables.

 

(13/03/2015 – Agencia CyTA-Instituto Leloir)-. Los vectores que transmiten el parásito de la enfermedad de Chagas, las vinchucas, tienen una gran capacidad para tolerar temperaturas extremas. El hallazgo sorprendió a los científicos y va a ayudar a diseñar, por ejemplo, modelos sobre la distribución del insecto en distintos escenarios de cambio climático.

Los investigadores estudiaron las dos especies de vinchucas más importantes desde el punto de vista epidemiológico: Triatoma infestans, predominante en América del Sur, y Rhodnius prolixus, característica de las zonas tropicales. Y encontraron que mientras la primera permanece activa entre aproximadamente 0 ºC y más de 50 ºC, la segunda soporta un rango térmico entre 6 ºC a 50 ºC.

“Nos sorprendió ver su gran capacidad de resistencia y tolerancia al frío”, señalaron a la Agencia CYTA Gerardo de la Vega y Pablo Schilman, del Laboratorio de Ecofisiología de Insectos de la Facultad de Ciencias Exactas y Naturales de la UBA. “Dado que los inviernos de la región (junto a otros factores) determinan la distribución de las vinchucas, nuestros resultados podrían hacer más precisas las estimaciones sobre su distribución geográfica actual y afinarán la elaboración de diferentes escenarios futuros”, agregaron los también integrantes del Instituto de Biodiversidad y Biología Experimental y Aplicada (IBBEA), que depende del CONICET y la UBA.

Según Schilman, es la primera vez que se miden temperaturas críticas mínimas y máximas en alguna especie de vinchuca de las más de 140 especies que existen.

De todos modos, De la Vega destacó que si bien las variaciones climáticas son cruciales en el comportamiento de las vinchucas, “sin dudas que el factor que más limita la distribución de los vectores de enfermedades está dado por la capacidad y las políticas de cada estado en relación a cada enfermedad”.

El trabajo fue publicado en la revista “Ecography” y también participaron con el investigador del CONICET, Jorge Rabinovich, y las becarias doctorales Paula Medone y Soledad Ceccarelli, del Centro de Estudios Parasitológicos y de Vectores (CEPAVE), que depende del CONICET y de la Universidad Nacional de La Plata.

De acuerdo con la Organización Panamericana de la Salud (OPS), la enfermedad de Chagas es una patología endémica en 21 países en el continente americano y se estima que hay cerca de 100 millones de personas en riesgo de infectarse.

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Foto de una vinchuca, transmisores del parásito de la enfermedad de Chagas.